Desde un matrimonio falso romance Capítulo 2

Mariana se quedó atónita por un momento y no supo qué decir.

Bajó la vista y ni siquiera tuvo fuerzas para dar un paso. Tras un momento de silencio, ella también se limitó a levantar la mano para agarrar el anillo de diamantes que llevaba en el dedo anular, y le costó hablar:

—No, no tengo nada que agregar.

—Está bien —Leopoldo parecía satisfecho con su respuesta—. Tengo cosas que atender, me iré primero.

Su tono era tranquilo, como si no viera la expresión de la mujer quien quería decir algo, y se dirigió directamente a la entrada.

Pero en el momento en que acababa de poner la mano en el pomo de la puerta y estaba a punto de abrirla, miró hacia atrás:

—Oye, hay una cosa más.

Este repentino movimiento suyo sobresaltó a Mariana,

—¿Qué es?

La mirada de Leopoldo recorrió su cara de pánico y se fijó en el vientre plano de la mujer, sus ojos se entrecerraron:

—No quiero que estés embarazada de mi hijo, debes entender lo que quiero decir.

Tras decir eso, sin esperar a que ella respondiera, se dio la vuelta y empujó la puerta.

El sonido de la puerta llegó a sus oídos, Mariana volvió en sí y dio un pisotón de disgusto,

«¡Todavía no he terminado la frase!»

Una ardiente sensación entre sus piernas le recordó tristemente que se había convertido en la mujer de Leopoldo.

***

Mariana recogió sus cosas y salió con su coche, buscando una farmacia en el camino.

Entró y compró una caja de píldoras anticonceptivas, tomó otra botella de agua mineral y se tomó las píldoras.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Desde un matrimonio falso