Desde un matrimonio falso romance Capítulo 25

—Se trata de una película del siglo XVIII que se empezará a rodar en breve. En vista de tu excelente comportamiento la última vez, te voy a encargar esta tarea. Puedes designar a tu propio grupo, y dirigirás a tu grupo y serás responsable de todos los diseños de vestuario y maquillajes para esta película.

La directora le describió el trabajo en detalle con su voz dulce y tierna. Cuando levantó la vista, se encontró con la mirada de Mariana. En la mirada de la directora, se notaba la admiración y elogio por Mariana.

Pero Mariana no estaba nada tranquila.

¿Una película del siglo XVIII? Nunca había diseñado este tipo de trajes, y casi todos sus diseños fueron vestidos modernos.

Esta tarea era a la vez un reconocimiento y un gran reto para ella.

Tenía bastante confianza en sus diseños para la ropa moderna, pero los trajes antiguos eran un poco difíciles para ella.

—Puedes firmar aquí.

Naturalmente, la directora no le dio la oportunidad de negarse y cogió un bolígrafo y se lo entregó a ella.

Mariana cogió la pluma y dudó un poco.

—¿Qué pasa? ¿Tienes alguna duda?

—Directora, es que nunca he estudiado los trajes antiguos, por eso...

—Entonces ve y estudíalo, no hay nada difícil. No necesitas pensar en otras cosas en la empresa, si alguien de tu grupo no obedece, puedes decírmelo, no te preocupes por el resto.

Al igual que la última vez, Mariana comprendió que la directora no estaba discutiendo con ella sino dando una orden.

—Bueno, intentaré hacer un buen trabajo.

Tras firmar su nombre en el documento, Mariana le dio las gracias y se marchó de la oficina.

Cuando volvió al departamento de diseño, Mariana explicó la situación a sus colegas del departamento y éstos se sorprendieron mucho.

Todo el mundo sabía que «Emperatriz Santa» sería un gran éxito cuando se estrenara, y se decía que todos los participantes que la protagonizaban eran actores famosos.

Por lo tanto, el diseño del vestuario de esta película sería una tarea que no debía subestimarse.

Ahora, la empresa había dado este proyecto a Mariana, lo que demostraba que la empresa confiaba mucho en ella.

Pero la empresa no sólo confiaba en ella, sino que también creía en la capacidad de Mariana, por lo que accedió gustosamente.

Mariana estaba aún más segura de cumplir esta tarea al obtener el apoyo de sus compañeros, e inmediatamente buscó varios materiales sobre la ropa del siglo XVIII para estudiar y ampliar sus conocimientos.

No se sabía cuánto tiempo pasó. Mariana miró el reloj de pulsera y se dio cuenta de que era hora de salir del trabajo.

Mariana condujo de vuelta a casa. La villa, que se situaba en los suburbios, parecía especialmente silenciosa en el crepúsculo.

«Es muy tarde, ¿aún no ha regresado?»

Un rastro de pérdida apareció en los ojos de Mariana.

—Señora, has vuelto.

Cuando la criada la vio entrar, se apresuró a acercarse y a saludar con preocupación. Ella asintió con la cabeza como respuesta, y parecía estar ligeramente agotada.

—¿Quiere algo?

—Prepárame un sándwich, por favor, mándalo al pequeño estudio, luego puedes ir a descansar, ya se hace tarde.

Tras decir esto, Mariana se dio la vuelta y subió las escaleras.

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