Desde un matrimonio falso romance Capítulo 27

—Mira este diseño de mierda, tan cursi y inferior. ¿Tu capacidad profesional es tan mediocre?

—Y este diseño ya está desfasado. ¿Lo sabes o no?

—Este vestido apareció en otra película, ¿tengo que volver a utilizarlo para mi trabajo?

En el set, la voz enfadada del director llegaba de vez en cuando desde el camerino.

Mariana miró la ropa esparcida por el suelo y no supo qué decir por un momento.

Había trabajado incansablemente, noche y día, para diseñar estos vestidos, pero el director no estaba satisfecho, diciendo que el diseño de estas ropas era demasiado anticuado.

«¿Cuál es el problema clave?»

—¿Y este vestido? ¿Qué le parece?

Mariana sacó otro vestido, pero el director ni siquiera lo miró y lo tiró al suelo.

—¿Os he pagado tanto dinero y vuestro equipo me da un diseño tan mediocre? Con un calendario tan apretado para el rodaje de la película, ¿puedes permitirte perderme tanto tiempo? Si no estás a la altura del trabajo, lárgate del set cuanto antes.

El director maldijo, sin dar a Mariana ninguna oportunidad para refutar en lo más mínimo.

Todo el set se calló al instante. Todos miraban hacia Mariana. Tanta gente la miraba fijamente, que se sentía muy avergonzada.

Ella apretó las manos y tembló ligeramente, intentando reprimir la emoción de querer enfadarse.

—Director, no te enfades. Por favor, dale a la señorita Ortiz otra oportunidad.

En ese momento, Andrea dijo con fingida preocupación, pero un destello de placer brilló en sus ojos, que desapareció en un instante.

—Después de todo, la señorita Ortiz fue nombrada directamente por la empresa, y probablemente los superiores no conoce mucho sobre sus puntos fuertes.

Andrea murmuró en voz baja al oído del director. Mariana no pudo oír lo que hablaban, pero no debía ser nada bueno.

—Mariana, no creas que te voy a temer sólo porque la compañía te respalde. Te advierto que si retrasas el rodaje, ¡todavía puedo echarte del set!

El significado del director era bastante claro: Mariana tenía algún amparo en la empresa que le ayudaba para trabajar en el set.

—Uf, pensé que esta Mariana era experta en el diseño, pero parece que no es así. Resulta que se apoya en las relaciones personales de la empresa para entrar en nuestro set.

—Así es. Cuando ella se presentó por primera vez en el set, la señorita Solís dijo que era muy profesional, pero ahora parece que todo es una mentira.

—Antes nunca he oído hablar de ella, resulta que sólo es una payasa que cuenta con sus contactos personales.

—Así es, mira estos vestidos que ha diseñado, con un estilo muy cursi. Nos ha retrasado mucho tiempo y aún no hemos empezado la prueba de rodaje.

El personal de la tripulación hablaba fuera de la puerta. Con tanto alboroto en el interior, cualquiera podía percibir la gravedad del asunto.

En la habitación.

Mariana bajó la cabeza y no dijo nada.

Su cuerpo temblaba y no sabía qué hacer.

Admitió que su trabajo no era muy creativo, pero al menos no era tan malo como había dicho este director.

¿Se apoyó en sus contactos para entrar en el set? Sólo ella sabía que ella misma no tenía nada y nada.

«¿Debo rendirme?»

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