Después de Traicionado romance Capítulo 14

Marcos

Llego a casa con Mirella, miro a mi padre que duerme plácidamente vigilado por Suelen y me voy a mi habitación, necesito una ducha.

— ¡QUÉ MIERDA QUE NADA FUNCIONA EN ESTA PUTA VIDA! —

Golpeo la pared mientras el agua fría cae sobre mi cabeza, mis pensamientos vuelan, analizando mi mediocre existencia...

Nací producto de un maltrato, nunca sabré quién el hijo de puta me implantó en el útero de mi madre, pero hasta que tuve suerte, incluso antes de nacer tuve un padre, aunque era muy joven, él me asumió como suyo y si se casó con mi madre, y así me convertí en Marcos Soares.

Pero mi familia feliz llego con fecha de caducidad, cuando yo tenía ocho años, cerca de cumplir nueve, con un poco de dificultad, mi madre me contó de mi concepción, mi padre me aseguró que para él no cambiaba nada, yo era un hijo Y ya está, me conformé y fui feliz, porque realmente me creí afortunado, al fin y al cabo tenía una familia unida y feliz, no éramos ricos, pero mi padre nunca dejó que nos faltara nada. Inmediatamente después de esta conversación difícil, papá vino a decirme que me habían ascendido a hermano mayor y que pronto tendría una hermanita o un hermanito.

Yo estaba feliz, pero nuestra felicidad duró poco, justo en los primeros meses del embarazo, mamá comenzó a tener problemas de salud, recuerdo escuchar a mi padre hablando por teléfono con mi tía, por supuesto que me escondí para que no viera a mi me dijo que el medico le aconsejo interrumpir el embarazo, ya que era muy riesgoso continuar, tanto la madre como el bebe podian morir, mi madre no acepto y decidio continuar con el embarazo. Esta conversación de mi padre me persiguió durante meses.

Mi madre logró llegar al octavo mes de embarazo con mucha dificultad, estaba radiante a pesar de sus problemas de salud, siempre me abrazaba y decía que su mundo azul estaría completo y tendría a sus tres Ms... Miguel, Marcos y Mateus , tendría un hermanito. Todavía recuerdo a mi madre empezando a sentirse mal, mi padre estaba desesperado y corrió con ella al hospital, antes de irse me dio un beso en la frente, me dijo que me amaba y que todo iba a estar bien. Esa fue la última vez que vi a mi madre con vida.

Mateus nació prematuro, y mi madre no pudo resistir el parto, pasé su velorio y funeral de la mano de mi padre, mientras Mateus permanecía en la UCI neonatal, siendo llevado a casa apenas una semana después de su fatídico nacimiento, mi padre llegó con ese bebé pequeñito, lo miré y lo odié por haber hecho marchar a mi madre.

Mi vida cambió, ya no tenía a mi mamá, tenía un bebé en casa que lloraba mucho, de hecho, uno no, dos, porque mi papá estaba haciendo todo lo posible para cuidarnos y trabajar, tratando de ser fuerte para poder criarnos, entonces llamó a su hermana para que lo ayudara, ella estaba casada y tenía un bebé de dos meses, como vivían en una cocineta, se mudaron a nuestra casa y mientras mi padre y mi tío trabajaban, ella cuidaba Nosotros tres.

Ese año no pude estudiar más y mi padre era muy comprensivo, no me podía concentrar, terminé sin ir a la escuela unos años, era rebelde, pero mi padre y mis tíos, siempre fueron pacientes y me trataron con amor y cariño y poco a poco ese dolor y enojo se fueron calmando con el tiempo.

Cuando tenía dieciséis años finalmente volví a la escuela, me daba vergüenza ser mayor que el resto de la clase, pero el primer día conocí a una niña de trece años, que también estaba fuera de lugar por ser mayor. , pronto se convirtió en mi amiga y mi primer amor. En casa las cosas también fueron mejores, ya no me sentía tan enojado con Mateus, y hasta me divertía con el mocoso que quería imitarme en todo.

Patrícia y yo siempre íbamos juntas a la escuela, empecé a ir a verla a su casa, sus padres trabajaban y ella solía pasar la tarde en casa de una vecina, ella también se las arreglaba para ir allí, inventando que tenía trabajo de la escuela para hacer . Tuvimos nuestra primera vez juntos, ambos éramos vírgenes y a pesar de ser torpes por no saber que hacer, fue muy especial, claro yo ya había disfrutado masturbándome, pero la sensación de correrme penetrando a una mujer, más aún siendo la chica que yo Me gusta, es mil veces mejor.

Nos iba bien, llevábamos saliendo unos tres meses, siempre encontrando la manera de hacer el amor, hasta en el baño y en la parte de atrás de la escuela lo hacíamos en el recreo. Todo fue maravilloso, hasta que de la nada Patricia desapareció, simplemente dejó de ir a la escuela, después de una semana sin noticias de ella, decidí ir a su casa, y me enteré por un vecino que no vivían allí desde hacía unos cinco años. días. Perdí totalmente el contacto con ella.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Después de Traicionado