Después de Traicionado romance Capítulo 50

Mateus

Pasamos el domingo en familia y el lunes Mirella consiguió concertar una cita con su médico, quien nos aconsejó que esperáramos a que terminara el primer trimestre de embarazo para viajar, ya que ella está embarazada de trillizos hay que tener un poco más de cuidado, lo cual no será posible, ya que este era el mes que podría estar fuera de la empresa, en los próximos tengo muchos proyectos que necesitarán mi presencia, pero estamos felices y vamos a dejar este viaje para unas vacaciones en familia cuando los trillizos son mayores.

Carina y Mirella estan practicamente en el mismo periodo de gestacion, el terreno lo compre para hacernos una casa, si, la obra esta practicamente lista, pero creo que pronto la casa sera pequeña, ya que solo tiene seis cuartos, de aqui dos meses se terminará la obra.

Hace una semana que me entere de la llegada de los trillizos, y esta semana Mirella sentia nauseas y vomitaba todos los dias a la misma hora, y me pregunte como en casi dos meses de embarazo no notaba nada? Me había dado cuenta de que estaba más llena, pero aparte de eso, no vi que tuviera náuseas ni se sintiera mareada, y ella dijo que lo había estado teniendo desde el principio, le pregunté cómo no me había dado cuenta, ya mentalmente culpándome por eso. ser un mal marido.

Me respondió que las primeras veces estaba sola en su cuarto, y luego lo disfrazó y trató de no estar cerca de mí en esos momentos, lo cual se lo hice prácticamente imposible esta semana, ya que no la dejo por nada.

Menos mal que quiero ser parte de todo, le agarro el pelo para que vomite, le doy un baño si es necesario, salgo de casa a las tres de la mañana en busca de algo que ella está en el humor para, no quiero perderme ningún momento de nuestro embarazo.

Se cumplió otro mes y fuimos al obstetra en la mañana, lloré como una tonta cuando vi a mis bebés y escuché el sonido de los corazones, pero aún no podíamos ver lo que eran, su posición lo impedía, Mirella está trece semanas y todo ha ido bien, Carina tambien consulto, y para variar la familia trapera estaba toda junta, y no se como le hace Leonardo, pero tenia razon otra vez, y la pequeña Clara esta en camino, celebramos mucho, Arthur y Tiago, pronto sacaron un par de zapatitos de una bolsa haciéndonos reír.

Estoy en mi oficina, revisando un proyecto, Mirella me ha echado de la suya, diciendo que no la dejo trabajar, cuando entra Leonardo.

—¿Ya sabes cómo golpear?" ¿Qué pasa si estaba desnudo o teniendo relaciones sexuales?

Juego sin apartar la vista del ordenador.

— ¿Qué estarías haciendo desnuda en la oficina?" Y teniendo sexo sé que no lo estaba ya que Mirella está en su oficina.

— No sé, ¿jugando a recordar el dulce amor que hice con mi esposa en la mañana?

— Todo lo que piensas es en sexo, ¿verdad? No es de extrañar que vaya a tener tres hijos a la vez. Pero déjate de gilipolleces de que el asunto es serio.

Lo miro y veo que está preocupado a pesar de sus bromas, incluso cerró la puerta con llave.

— ¿Qué sucedió?

— ¡Encontraron a Patricia!

Se me hela la sangre, pero pregunto de todos modos.

— ¿La policía o sus investigadores?

Tan pronto como regresó a la justicia, Leonardo mandó a los investigadores a buscar a Patricia, no podíamos correr el riesgo de que algo le pasara a nuestra familia, como casi sucedió cuando Marcos reapareció.

— ¡La policía!

— Que se pudra en la cárcel

Suspiro de alivio.

— No es tan sencillo, tenemos problemas.

— No quiero saber de esa mujer, nada de ella, te lo dije, se puede pudrir en la cárcel, no me importa.

Hablo exasperado.

—Tranquilícese hombre, a mí tampoco me importa esa mujer, pero Mirella es su único pariente vivo, y la llamarán a la comisaría y aunque no lo fuera, nos citarían para el juicio.

— ¡Qué carajo!

Me paso la mano por el pelo.

— Y sigo adelante, la situación no es nada buena, tuve acceso a la declaración de Patrícia, creo que es mejor que hablemos con Mirella antes que con la policía.

Tomo una respiración profunda tratando de calmarme.

— DE ACUERDO. Pide a todos que se vayan directo a casa al final del día, hablaremos allí, veré si Tiago y Arthur pueden venir.

— Todo bien.

Se va y yo me quedo ahí, perdida en mis pensamientos, hasta que entra Mirella.

— Cariño, ¿podemos almorzar en ese restaurante italiano del centro?" ¡Queremos comer pasta con albóndigas!

Habla tímidamente mientras alisa la pequeña barriga que ya notamos y yo sonrío tratando de ocultar mi preocupación.

— ¿Esta todo bien?

Maldita sea, ella ya se dio cuenta de que algo andaba mal.

— Así es, comamos pasta y albóndigas entonces.

Hablo ya levantándome a su encuentro, disimulando mi nerviosismo.

— ¿Qué pasó, amor? Te conozco y sé que hay algo que te preocupa.

— No mucho, querida, solo un cliente indeciso que me estresa, cada hora quiere cambiar algo. No te preocupes, ¿de acuerdo? Y vamos, no quiero que mis bebés nazcan como albóndigas.

Le doy un beso en la frente y nos vamos al restaurante, gracias a Dios ella parece haber creído mi excusa, pasé todo el almuerzo tratando de ocultarlo, distrayéndola con asuntos de bebé, y por la tarde traté de actuar lo más natural posible.

Llegamos a casa y no tardaron ni cinco minutos en llegar Arthur y Tiago, como siempre con regalos, un lazo para el pelo para Sara y Luz, un par de zapatos para Clara y tres enteritos blancos a juego con Soy del padrino para los trillizos. .

Tan pronto como están todos en casa, Leonardo inicia la conversación. Me siento junto a Mirella abrazándola y acariciando su vientre, tratando de protegerla de alguna manera de lo que está por venir.

— Bueno, reunimos a todos aquí porque necesitamos hablar sobre algunos eventos. Mi, la policía encontró a Patricia, seremos citados al juicio y usted, como único familiar vivo, será llamado a la estación de policía.

Siento a Mirella estremecerse.

— Cálmate, amor, estoy contigo, siempre lo estaré.

Le doy un beso en la cabeza que está apoyada en mi pecho.

“Está bien, subiré al estrado, pero no sé si quiero verla.

Dice tratando de calmarse.

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