Después de Traicionado romance Capítulo 52

Mateus

La noche se prolongó, ni siquiera dormí bien, temprano en la mañana fuimos al hospital a revisar lo que se necesitaba para el traslado de Melissa, tan pronto como todo se resolvió, salimos para el hospital penitenciario, no tardó Mucho tiempo para que Melissa fuera dada de alta y apareció siendo transportada en una incubadora, le dimos un vistazo rápido a nuestra pequeña y pensé que mejor Mirella se iba con Leonardo por el embarazo, yo me voy con Mel en la ambulancia.

Antes de irnos, el médico nos informó que Patricia será dada de alta en tres días y será trasladada a la prisión de mujeres.

— Nos vemos en el hospital amor.

Le doy un beso.

— Leonardo, cuida de ellos.

Le guiño un ojo y él sonríe. Sigo a Melissa todo el camino, memorizando cada parte de ella, tan pronto como llegamos, me dicen que espere, Mirella y Léo pronto se unen a mí y nos quedamos allí durante unas dos horas esperando noticias hasta que el médico viene a hablar con nosotros. .

— ¿Responsables de Melissa Soares?

— Somos nosotros.

Hablo tomado de la mano de Mirella.

— Somos los padres y este es su padrino.

Veo sorprendido a Leonardo, aún no había hecho la invitación, pero como Mirella y yo ya habíamos decidido que él, Carina, Tiago y Arthur serían los padrinos de los trillizos, ellos también lo serán de Mel, Mirella lo mira y sonríe.

— ¿Cómo está ella?

— Buen padre, Melissa por lo que pudimos apreciar es una pequeña guerrera, le va muy bien a un recién nacido que además de ser prematuro estuvo expuesto a drogas, si sigue así en una semana irá con ella habitación y en diez días se irá a casa, probablemente habrá que hacerle seguimiento por su asma, pero nada que no se pueda tratar y controlar, salvo que no queden secuelas ni problemas de desarrollo.

— ¡Gracias a Dios!

Mirella y yo hablamos juntas.

— ¿Podemos verla?" ¿Cómo son las visitas? ¿Puede tener una cita?

— Cálmate mami. Te dejaré entrar ahora, puedes quedarte diez minutos. A partir de la tarde se puede venir en el horario de visita, que es todos los días de nueve a diez de la mañana y de cuatro a cuatro de la tarde. Cuando Melissa vaya a la habitación, como su hospitalización es privada, los padres podrán acompañarla, y podrán recibir visitas de nueve a seis de la mañana.

— Eso es óptimo.

digo y luego nos vamos a quedar con el pequeño un rato.

— No veo la hora de tomarte en mis brazos mi muñequita, papi te ama.

— Recupérate pronto mi amor, todos te esperan.

Los diez minutos pasan volando, y luego tenemos que irnos, almorzamos y vamos a la empresa, para organizar nuestros horarios y rutina, como solo Mirella y yo podremos visitar a Melissa mientras ella está en la UCI, decidimos siempre voy a la empresa entre visitas, así que por la mañana iremos primero al hospital, viniendo directamente a la empresa y saldremos a las tres y cuarto y después de visitar el hospital iremos directo a casa, necesito Mirella a descansar, al fin y al cabo está embarazada de trillizos.

Y así van pasando los días, hoy durante la visita de la mañana tomé la manita de Melissa como lo vengo haciendo estos últimos cuatro días, pero hoy me apretó el dedo, como si me dijera que sabe que estoy con ella, mi el corazón casi me explota en el pecho y no pude controlar las lágrimas de felicidad, cuando Mirella vio la escena ella también se emocionó, ahora estoy aquí, sentada en mi oficina, haciendo mil planes para mi familia.

— ¿En qué estás pensando, mi amor?

— ¡En nosotros!

— ¿Nosotros?

Habla acercándose, la agarro por la cintura y le beso el vientre.

— ¿Cómo están los amores de papá? Sí nosotros, nuestra familia, qué feliz estoy de tenerlos cinco.

La acerco a mi regazo para besarla, y ella profundiza el beso y me susurra al oído.

— Tus amores están bien, pero sabes que vine aquí por una razón.

Me besa el cuello y me muerde el lóbulo de la oreja.

— Hmm, ¿cuál es mi bien?

Pregunto gimiendo.

— Necesito a mi esposo dentro de mí.

Ella afloja el nudo de mi corbata.

— ¿Es necesario?

Pregunto llevando mi mano a su vagina debajo de su falda.

— ¡Ahhh, me vas a matar así!" Vino preparado es travieso? ¿Dónde están tus bragas?

Circulo Circulo mi dedo sobre su clítoris y sin esperar respuesta la penetro con un dedo, metiéndolo y sacándolo rápidamente.

— Haaaaaaa... Me lo quité antes de venir aquí. Ahhhh, amor, eso es delicioso.

Ella habla entre los gemidos que deja escapar.

— Poooooorraaaaa amor, estás gimiendo así no lo soporto.

La vuelvo a sentar en mi mesa, me abro el cinturón y el pantalón, bajándolos junto con mi ropa interior lo suficiente para liberar mi polla, la penetro sin previo aviso, le doy fuertes embestidas y Mirella se muerde los labios tratando de contener sus gemidos, yo luego bésala, intensificando los movimientos.

— Ahhh, jodidamente caliente, ven pa' mí amor, ven, ven, que te acompaño.

Digo gimiendo y jadeando. Como si estuviera esperando mi orden, siento que me aprieta la polla y tiemblo de orgasmo, lo que me hace llegar al éxtasis de inmediato.

— Mi amor, qué delicia es esto visitar.

Digo salir de ella y vestirme, así que la ayudo a arreglarse.

— Yo te amo mi linda.

— Yo amo más.

Ella dice, me besa y vuelve a su cuarto, trabajamos un poco más y vamos a visitar a nuestra Mel. Y así pasan otros tres días.

Llegamos al hospital para ver a Mel, pero no estaba en la incubadora ni en la UCI, mi corazón ya estaba acelerado.

— ¿Dónde está mi hija?

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