DESVIADO (COMPLETO) romance Capítulo 19

Comí algunas frutas picadas de desayuno porque no tenía ganas de salir a desayunar en la cafetería, me bañé y me coloqué una camisa negra y un pantalón negro al igual que los zapatos. Está haciendo frío así que complementé mi vestimenta con una chaqueta que le robé a Blas, me encantan las chaquetas de cuero que utiliza.

Mi celular comenzó a sonar, una videollamada de Jacob así que de inmediato contesté.

— Oye pensé que este fin de semana sí ibas a venir— me reprochó el pelirrojo.

Le había escrito a Zac y a mi padre avisándoles que me iba a pasar el finde estudiando para mis exámenes lo cual no es mentira, pero la verdadera razón es porque tengo que ir a la casa de mi profesor.

— Lo siento, tengo que estudiar, esta semana son los parciales y no me puedo dar el gusto de reprobar— dije.

El pelirrojo estaba sentado en su cama, sin camisa y con pantalón de pijama ¿Por qué se ve tan bien? En serio los genes del tío Lucas son perfectos.

— ¿Y por qué estás tan arreglado a estas horas? ¿A dónde vas a salir? No me digas al fin conseguiste novio— me comenzó a preguntar Jacob.

¿Por qué todos quieren que tenga novio? Acaso no pueden creer que disfruto de mi soledad y que el amor es un tercer plano.

— Solo voy a comprar comida no te ilusiones, vas a tener que aguantarme hasta viejito, planeo ser el tío solterón— jugué.

Mentirle no era mi plan, pero no puedo decirle lo que voy a hacer.

— No creo, ya te llegará algún feo que te aguante— me molestó.

— ¿Por qué no me aguantas tú mejor? — cuestioné con malicia.

La risa de Jacob me hizo volver a la realidad, yo realmente no lo decía en broma.

— No gracias, no me van los góticos — admitió.

Sonreí con falsedad, los toques en la puerta me hicieron entrar en razón.

—Tengo que irme, hablamos en la noche, me saludas a tu papá y a la mamá de Zac— dije antes de colgar.

Guardé el teléfono en mi pantalón junto con mis llaves, abrí la puerta y un hombre de traje negro me indicó que saliéramos. Ese debe ser el chófer.

Seguí al hombre mayor hasta donde estaba el auto estacionado, se parecía mucho al auto de chófer de mi padre, me subí sin negación alguna, noté en el viaje que el hombre que manejaba me miraba con curiosidad.

Ignoré eso y miré hacia la ventana esperando llegar a la casa de aquel hombre lo más rápido posible, nos adentramos en un camino que parecía privado y luego de casi una hora llegamos a una casa que parecía más bien mansión, sabía que a ese hombre le gustaban los lujos, pero no pensé que tanto.

El chófer me abrió la puerta y lo seguí hasta la entrada donde ingresó su huella para que la puerta se pudiera abrir, la decoración me parecía anticuada, los muebles y demás se veían costosos, había estado en casas así por los eventos de mis padres, pero a mí parecer la decoración podía mejorar.

— Le avisaré al señor que ya está aquí— me dijo el hombre antes de perderse de mi campo de visión.

No pude evitar acercarme a la parte de la sala que estaba decorada con fotos familiares, se veía que era una familia un poco numerosa, una de las fotos que llamó más mi atención es donde estaba mi profesor con su prometida y una chica de cabello castaño. Está sonriendo aquel hombre casi de piedra, me dio escalofríos.

— Joven— me llamó una mujer detrás de mí.

La mujer vestía un uniforme llamativo que lograba identificarla como cocinera de la casa.

—Sí, dígame— respondí amablemente.

Su mirada viajó por mi cuerpo antes de hablarme nuevamente.

— ¿Desea algo de comer?— preguntó amablemente.

Tenía hambre no lo podía negar, mi estómago no estaba lleno solo con frutas.

— La verdad sí, no he almorzado— confesé.

— Discúlpeme un momento y le traeré algo de comer— me avisó.

Que mujer amable, mi sonrisa desapareció de mi rostro cuando aquellos ojos azules se cruzaron con los míos. Por primera vez lo veía con una vestimenta menos formal, lucía una camisa blanca con botones y un pantalón negro sin olvidar sus típicos accesorios costosos, reloj y anillos.

— Carlos puedes retirarte— le ordenó a su chofer antes de dirigirse hacia donde estaba yo.

Solo quiero terminar esto para irme.

— ¿Solo viste ropa negra?— me cuestionó.

Me molesta que me pregunten eso, acepten que no todos se visten igual.

— Sí, siempre listo para algún funeral— comenté con sarcasmo.

Creo que estar fuera de la universidad me hacía sentir que no tenía la obligación de tratarlo como mi superior.

— Joven le preparé un sándwich— dijo la mujer antes de entregarme el plato.

Sonreí de inmediato, en serio mi estómago se lo agradecía.

— Muchas gracias, es usted muy amable— agradecí de inmediato.

—Con gusto, con su permiso. Sr. Belenger me retiro para comprar alimentos para la comida de la noche— avisó la mujer.

No presté mucha atención a lo que le hablaban porque quería satisfacer mi hambre primero, no tardé mucho para terminar mi delicioso sándwich.

— Gracias Sr. Belenger— agradecí antes de entregarle el plato.

Este dejó el plato en la mesa más cercana y se acercó a mí.

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