El Alpha Millonario © romance Capítulo 16

Capítulo quince

Pov Wade

Aquí estoy debatiéndome entre si la fregué o no.

¿Qué he hecho?

Cuando me separé sus ojos estaban tan hermosos y luego cambiaron a temor puro. Sus lindos ojos. No me puedo culpar por sentirme atraído por ella, es inevitable, todo es perfecto: ojos, aroma, cuerpo.

Cuando la besé por primera vez me sentí en el maldito paraíso donde revolotean cupidos y mariposas, me sentí por primera vez lleno a plenitud.

Necesito su dosis de amor diaria.

Tener que matar y degollar, ser frío y calculador cuando algo no me gusta, dar órdenes una y otra vez, cargar grandes negocios y empresas para que no se vayan al suelo es agotador. Por lo general, cuando no la había encontrado todo era sencillo y ahora aquí en la comodidad del cuarto de invitados me encuentro con un trago en una mano y en la otra una foto de ella.

Cierro los ojos y mi mente viaja nuevamente al principio de toda nuestra locura en el bar. Esos recuerdos nunca se me van a olvidar. Tiro el último sorbo de whisky en mi boca y mis oídos escuchan resonar unos tacones por el pasillo.

No tengo ni que esforzarme por saber quién es.

Antes de que empiece a tocar la puerta puedo oler el miedo de Natalia a kilómetros, ella sabe que no es bueno molestar al Alpha en estas ocasiones, pero sinceramente ya no sé qué hacer.

Si solo matarla o amenazarla.

Me tienen harto su comportamiento.

En estos días le dije que se largara de la empresa ya que su acoso llegó a tal punto de esperarme en los estacionamientos, pero eso no pareció afectarle porque me besó, sinceramente eso no me lo esperé. Cuando levanté la mirada la camioneta iba saliendo del lugar y pude sentir el enojo de mi Sarita lo que me hizo sonreír.

Estaba celosa.

Eso me encantó, jodidamente me encantó.

Sara estaba poniendo atención en mí. En cuanto a Natalia a penas la prado salió del lugar la deje plantada. Ella está dañando todo lo que realmente quiero y eso es lo que me molesta, me molesta también el hecho de que yo no tenga los cojones bien puestos como para decirle a Sara como soy.

En una mezcla de sabor amargo vuelvo a tomar del whisky en mi vaso sin importarme lo quemada que estará mi garganta después —¿Qué quieres, Natalia? —la escucho suspirar —No vengas con lo mismo o daré la orden de que te encierren —cierra su boca y camina a pasos lentos.

—Solo venía a ver como estabas.

Volteo —¿Ahora resulta que te preocupas por mí? —enmarco una ceja.

—Como no me voy a preocupar.

Es tan persistente.

—Te lo dije. No estoy de ánimos para hablar de tus juegos de niña chica, ¿puedes retirarte o lo tengo que decir cómo Alpha? —me sirvo otro trago dándole la espalda.

Su suspiro resuena por toda la habitación y da media vuelta para irse. Saco mi iPhone y reviso las otras fotos que me han mandado los investigadores.

¿Acosador?

Tal vez no debería llamarlo así, sino como un aseguramiento de que no tenga a nadie. Aprieto el celular en mis manos y lo estrello en la pared.

¿Por qué no puedo ser normal como ella?]

Tonto, si fueras normal ni siquiera hubieses sido empresario.}

¿Y eso que tiene?, el dinero no lo es todo.]

Sí, eso lo tengo en cuenta, lo que digo es que no hubieses podido conocer a tu otra mitad, no hubieses conocido a su madre, ni a su padre y posiblemente estuvieras con otra persona.}

Eso puede ser verdad.]

Es que es la verdad.}

Miro el móvil todo dañado en el suelo y suspiro. Eso fue estúpido.

Tendré que mandar a comprar otro.

Devuelvo la botella de whisky a la reserva y salgo de aquel solitario cuarto para ir a descansar.

Mañana me espera un arduo negocio con unos alemanes.

Llego al cuarto y respiro profundo como el primer día que nos conocimos, casi derramo baba por ella y aun así las cosas no fueron bien por culpa de mi mal temperamento. Cuando me di cuenta de que estaba en el auto con Matías y Elizabeth me calmé, pero a cuestas le dije a Matías que la llevara a mi cuarto y este obedeció, ahora es él quien que paga los platos rotos por mi culpa.

Entro y recuerdo como ese día le quité las sábanas, como la mire de pies a cabeza una hora sentado escaneado su tan delicado cuerpo, su respiración tranquila y su tal aroma que me vuelve loco, la volví a tapar y empecé a desvestirme a espaldas de ella, si despertaba poco me importaba que me mirara, porque era obvio que le gustaría la vista, es normal sentir atracción uno por el otro, recogí mis cosas y me fui a bañar sintiendo esas mariposas en el estómago que me hacían reí, me había gustado verla, me había gustado que se bañara en mi cuarto, me había gustado que usara mis cosas, sonriendo como tonto escuché como su respiración se hacía más pesada y temblorosa.

Ella estaba despierta y con miedo.

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