El Amor De Antonio romance Capítulo 301

Después de salir del estudio de bodas, Clara y las demás no se fueron a casa sino al hospital.

Todo el tiempo Lydia siguió hablando nada más que desaprobaba que Alejandra fuera al hospital para visitar a Lolita.

Alejandra solo miró por la ventana en silencio, dejándola hablar sin decir nada.

Compendió lo que pensaba Lydia. Desde el punto de vista de Lydia, tal cosa que pasó a Lolita era simplemente de su culpa y no podía atribuirse a otros.

Pero ella no iba a visitar a Lolita, sino a ese niño.

El niño era inocente.

Ahora, tan como que ella cerraba los ojos, apareció el deslumbrante rojo oscuro en su mente, que hacía que su corazón se inquietara en absoluto. Sin una visita, en serio no podría sentirse cómoda por el resto de su vida.

Llegaron a la consulta urgente del hospital, preguntaron a la enfermera y supieron que Lolita ya había sido enviado a la sala de operaciones para ser rescatada.

Por tanto, ellas se acudieron apresuradamente a esa sala donde vieron a Gregorio.

Y Gregorio también las vio.

-¿ Para qué venís aquí? -

Su rostro estaba tan hosco, y la mirada hacia ellas era tan glacial como si se mezclara la escoria de hielo en su ojos.

Clara se encapotó levemente, echó una ojeada a la sala con las luces encendidas y luego explicó sus intenciones- Solo nos preocupamos por Lolita.-

- ¿Os importa?- Gregorio rio sarcásticamente,- si no hubiera sido por vosotras, ¿ le habría pasado tal cosa a Lolita? ¿ La preocupáis? No seáis hipócritas.-

Al escuchar sus palabras, Lydia, quien no quería venir originalmente, estaba enojada y le gritó,- Gregorio, obviamente es que Lolita provocó problemas primero y le tocó el insulto, ¿ por qué ahora se convirtió en nuestra culpa?-

-¡Lydia!- Alejandra la llamó en voz baja.

Lydia dio la vuelta y vio que Alejandra sacudió la cabeza de manera ligera, con una súplica en su cara.

¿Esto significó pedirle que no hablara más?

De repente Lydia estaba deprimida y sentía que se ahogaba un fuego en su pecho que no podía desechar, por lo que se agriaba mucho.

Pero cuando vio el ruego en los ojos de Alejandra, solo pudo decir con ira, -¿qué?-

Clara le dio unas palmadas en el hombro y dijo en voz baja, -No dejes a Alejandra en un dilema.-

Lydia echó una ojeada a ella, curvó los labios y dejó de decir nada.

Clara levantó los ojos mirando hacia Gregorio, dijo en un tono frío, -Gregorio, aquí es el hospital. No queremos molestar a los demás. Claro, si no quieres hablar con nosotras, puedes ignorarnos como si no estuviéramos aquí. Sabremos la salud de Lolita después de que ella salga del quirófano, nos marcharemos de inmediata.-

Los miró Gregorio con odio, aunque había mucho resentimiento hacia ellas en su corazón, ella tenía razón. Aquí era el hospital, y Lolita todavía se hallaba en el quirófano. Ahora no era el momento de hablar de rencor.

Después de reflexionar, Gregorio no dijo más y solo fijó los ojos en el quirófano, como dijo Clara, las ignoró como si no se quedaran aquí.

Clara lanzó un suspiro de alivio, luego dio la vuelta y sonrió a Alejandra.

La última la miraba con agradecimiento y susurró, -Gracias.-

Clara meneó la cabeza, sonriendo. Luego le estrechó la mano y la acompañó a esperar en silencio que salga Lolita.

El Grupo Nevada.

En la oficina del presidente, había iluminación abundantístima.

Antonio se sentaba en la silla de jefe, revisó los documentos y puso acotaciones bajando la cabeza.

Aquiles caminaba ida y vuelta frente a la vitrina de vino, con una expresión muy confusa.

Guillen se mantenía erguido en el sofá con una ordenador portátil en el muslo. Fijó los ojos negros en la pantalla y sus delgados dedos tocaron rápidamente el teclado.

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