El Amor De Antonio romance Capítulo 160

Clara no fue a trabajar durante unos días por sus quemaduras, y sintió que eso no era malo.

Ya que tenía vacaciones, iba a disfrutarlas.

Entonces, Clara le pidió a Lydia una cita. Desde el regreso de Lydia a la patria, las dos mejores amigas rara vez habían salido juntas.

Esta vez, durante las vacaciones, fue el momento perfecto para ponerse al día.

-Lo siento, llego tarde. -

Lydia tiró la bolsa despreocupadamente en una silla a un lado y se sentó frente a Clara.

Clara miró la pobre bolsa y negó con la cabeza, -Lydia, realmente no te tomas el dinero en serio. -

Lydia, que estaba bebiendo agua, la escuchó y le pareció extraño, entonces preguntó, - ¿Por qué dices eso? -

- ¡Eso! - Clara señaló con los ojos el bolso que estaba sobre la silla, -Ese es un bolso de edición limitada, mucha chica ya no puede comprarlo, me sorprende que no lo atesores. -

Los bolsos de edición limitada de las grandes marcas internacionales solían tener valor de coleccionista.

Acababa de tirar la bolsa por si se le hacía un rasguño, habría que desvalorizarla.

- ¡Dios mío! - Lydia puso los ojos en blanco, -Ahora eres la esposa de presidente, no tengas pensamientos tan plebeyos, compremos una nueva si la bolsa está rota, ¡tenemos el dinero de todos modos! -

Clara sonrió, -La señorita Lydia es tan rica que una plebeya como yo no puede competir. -

-En ninguna parte, todavía no puedo compararme con tu marido en término de moneda. -

Al oír esto, Clara no pudo evitar reírse a carcajadas, mientras que Lydia esbozó una gran sonrisa.

El aroma del café flotaba en el aire, y el melodioso sonido de la música de piano sonaba en el café mientras las dos estaban sentadas junto a la ventana, charlando agradablemente.

Fuera de la ventana, el cielo era azul y el sol brillaba con fuerza.

...

Justo cuando Clara estaba disfrutando de sus vacaciones, se produjo un nuevo cambio en la plantilla del Grupo Santa.

Elisa, que había sido destituida como subdirectora, resultó ser la ayudante del director general.

Ahora, no sólo Clara y Alejandra Guzmán tuvieron que trabajar bajo ella, sino también Telma Losa.

- ¡Están realmente en esto juntos! - Alejandra Guzmán se mostró desdeñosa con el asunto.

-Elisa, tienes que cuidarnos en el futuro, me temo que, si te vas, alguien aprovechará para intimidarnos-

La empleada que dijo esto miró a Alejandra con los ojos.

Alejandra escuchó y puso los ojos en blanco, ¿cómo podían ella y Clara hacer algo tan despreciable?

-No os preocupéis, nadie os intimidará estando yo cerca. - Elisa preparó sus cosas e inmediatamente un adulador la ayudó con sus cajas.

Rodeada de sus admiradores, Elisa se acercó a Alejandra como un orgulloso pavo real, se arrimó a sus brazos, miró a Alejandra y se burló.

-No pienses que por ser la subdirectora todo va a ir bien. Más vale que hagas bien tu trabajo o no será bueno que te despidan después. -

Mientras hablaba, Elisa se acariciaba el pelo rizado, que se había teñido de rubio a propósito, con una mirada de suficiencia.

Alejandra Guzmán replicó con desdén y sorna, -Asistente Elisa, es mejor dejar ese comentario contigo. -

Luego se levantó bruscamente, sus ojos recorrieron fríamente a varios de ellos, deteniéndose finalmente en la cara de Elisa y curvando sus labios en una sonrisa, -No seas tan orgullosa, un día te haré morir de forma horrible. -

Elisa se sonrojó, su sonrisa petulante se congeló al instante y miró con odio a Alejandra Guzmán.

-Alejandra, no te creas tan estupenda sólo porque te han ascendido, sólo eres una subdirectora. Elisa es la ayudante del director general y ahora es mucho más poderosa que tú. -

Los defensores de Elisa se lanzaron a dar explicaciones por ella, pero esas palabras divirtieron directamente a Alejandra Guzmán.

Alejandra no podía entender por qué había tantas tontas en esta empresa.

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