El Amor De Antonio romance Capítulo 174

Desde que Clara se desaparecía, Aquiles había estado tan inquieto, se ponía de pie de repente, luego se sentaba de repente y toda la persona parecía particularmente ansiosa.

Lydia miraba a Aquiles que había caminado de un lado a otro varias veces, y gritaba insoportablemente, -Aquiles, ¿puedes sentarte? Estoy mareada.-

Aquiles se mordía el labio con agravio, -No puedo sentarme quieto.- Si pudiera sentarse quieto, ¿por qué caminaría?

Lydia suspiraba impotente, -El presidente Antonio ya ha recogido a Clara, lo que significa que Clara está a salvo. No te preocupes más por eso.-

Eso era correcto, pero...

-Me temo que el castigo de Antonio para mí será bastante severo.-

Bueno, esto era lo que más le preocupaba ahora.

-¡Resultó ser por esto!- Lydia finalmente lo entendía, decía con mala actitud, -Mereces ser castigado por Antonio.-

-Mi querido primo será exiliado a la desierta Sudáfrica, creo que mi destino también es preocupante.-

Aquiles negaba con la cabeza y suspiraba de nuevo, como si el cielo se estuviera cayendo.

-Guillén se va de viaje de negocios, no digas que parece que no puede volver.-

Lydia lo miraba en blanco y continuaba, -Solo tienes que pedirle a Clara que interceda por ti, y creo que el presidente Antonio no te avergonzará demasiado.-

Al escuchar esto, Aquiles estaba inspirado, -Sí, ¿por qué olvidé que Clara también estaba aquí?-

Lydia ponía los ojos en blanco, ¿por qué Aquiles era tan estúpido?

En este momento, había un sonido en el pasillo, Aquiles y Lydia se miraban mutuamente, y luego corrían hacia el pasillo al mismo tiempo.

-¡Clara!-

-¡Clara!-

Al ver a Clara entrar por la puerta, los dos exclamaban al mismo tiempo.

Clara se sorprendía y sonreía, -¿Estáis tratando de asustarme hasta la muerte?-

-¡Clara!- Aquiles estaba emocionado, y se abalanzaba sobre ella con las manos abiertas.

Clara se hacía a un lado y él corría por nada.

-Clara.- Aquiles miraba a Clara con tristeza.

Clara sonreía con picardía, -Aquiles, ¿estás seguro de que quieres abrazarme?-

-Yo...- Aquiles sentía una mirada fría caer sobre él, lentamente levantaba la cabeza, veía a Antonio, y rápidamente explicaba con una sonrisa, -Antonio, no quiero abrazar a Clara, de verdad no quiero.-

Clara sonreía exageradamente a un lado, y Lydia lo regañaba con frialdad, -Cobarde.-

Luego, daba un paso adelante y abrazaba a Clara, -Gracias a Dios, finalmente regresas sana.-

-Lo siento, te hice preocuparte por mí.- Clara le daba unas palmaditas en la espalda suavemente, su pequeño rostro lleno de culpa.

Lydia la soltaba, con la crueldad en sus ojos, -Clara, no te preocupes, te vengaré y nunca perdonaré a Nidia y ellos.-

-Sí, yo también.- Repetía Aquiles, -Joder, ¿creen que Clara puede ser intimidada por ellos? Definitivamente les haré pagar un precio enorme.-

-Aquiles, Lydia.- Clara los miraba conmovida.

Se sentía satisfecha con ellos.

Y justo cuando Clara estaba conmovida y quería llorar, la voz fría de Antonio sonaba.

-Aquiles, preocúpate primero por ti mismo.-

Al escuchar esto, Aquiles se congelaba por un instante con la indignación en su rostro, y luego gemía, -Clara, tienes que salvarme.-

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