El Amor De Antonio romance Capítulo 229

La habilidad culinaria de Albina era muy buena, por lo que Clara no pudo controlarse, y se comió dos cuencos de arroz y un cuenco de sopa.

Al final de la comida, sintió que su barriga se estaba explotando, como si fuera a vomitarlo todo si abría la boca.

Ella salió difícilmente del comedor. Cuando Antonio la vio sujetando la cintura y caminando lentamente paso a paso como una mujer embarazada, sacudió la cabeza con impotencia y risa.

Se levantó y caminó hacia la cocina, después de un largo rato salió con una taza en la mano.

En el salón, Clara se acostó en el sofá con las manos y piernas extendidas. Su expresión decía que la vida ya no tenía más sentido.

Su barriga estaba a punto de estallar. Como se sentía muy incómoda, no le importó su imagen, solo quería acostarse en el sofá hasta el fin del mundo.

Cuando Antonio se acercó y vio tal escena, se rio impotentemente, luego caminó hacia ella y le pasó la taza que sostenía, -Esto es agua de espino, bebe un poco para ayudar la digestión.-

Clara lo tomó, lo miró y dijo emocionada, -Antonio, eres tan bueno.-

Él siempre era tan atento y considerado, por eso era imposible que ella no lo amara cada vez más.

Antonio sonrió gentilmente, pero no dijo nada.

Conmovida, bebió media taza de agua de espino. En realidad, no le sentó nada bien bebérselo, ya estaba más que llena, pero ¿cómo podía rechazar su gesto tan atento?

Así que solo pudo sufrir un poco por su parte, de todos modos, el espino también ayudaba la digestión.

Después de beber, Antonio tomó la taza y dijo en voz baja, -Descansa un rato, luego te llevaré a pasear.-

Clara susurró, -Está bien.-

Antonio le frotó el cabello ligeramente, luego con la taza se levantó y caminó hacia la cocina.

Al mirar su figura alta y esbelta, su mirada lentamente se volvió más gentil.

No pudo evitar pensar, ¿qué les pasará cuando envejezcan? ¿Seguiría dispuesto a servirle un vaso de agua de espino?

Pensando en ello, no pudo evitar sonreír, eso ya será cosa del futuro. Lo más importante ahora era apreciar el presente y apreciar lo que tenían ahora.

...

La noche siguiente, Aquiles convirtió las actividades diarias de Gustavo en un informe y se lo entregó a Clara personalmente.

Clara miró por encima y luego preguntó, -¿Es esta la trayectoria de su actividad a lo largo de un día o es su rutina de todos los días?-

-Pregunté a otros ancianos de la comunidad y me dijeron que mientras hace buen tiempo, Gustavo suele pasar los días así.-

Aquiles aún sentía miedo recordando la situación difícil que se encontraba cuando fue a preguntarle a otros ancianos hoy, así que dijo, -Clara, no me mandes a hacer esto en el futuro.-

-¿Por qué?-

Clara, que estaba leyendo atentamente el informe, preguntó sin levantar la cabeza.

-Porque... da miedo.-

¡¿Miedo?! Clara levantó la cabeza, mirándolo con asombro, -¿Qué tipo de miedo?-

Solo era observar la vida cotidiana de Gustavo en secreto, ¿qué miedo podría dar?

-Es... es...- Aquiles no supo cómo explicarlo, pero después de un buen rato, no tuvo más remedio que decir en voz baja, -Simplemente da miedo.-

Clara no sabía qué expresión poner, -Eso es demasiado ambiguo.-

Aquiles suspiró profundamente, -Clara, ¿sabes lo terribles que son los viejos? Sobre todo los que tienen hijas o nietas solteras en casa, eso es realmente aterrador.-

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Amor De Antonio