Francisco se tomó el tiempo para venir al Grupo González, con la intención de recoger a la nueva presidente del Grupo González - Cecilia.
Pero sin esperar, vio a Cecilia sentada en el suelo a la entrada del edificio.
Estaba aturdida y luego se le acercó rápidamente.
-¿Cecilia?-
Cecilia estaba a punto de levantarse por su cuenta, y cuando escuchó la voz familiar, inmediatamente se sentó en el suelo, levantó la cabeza y miró a la persona entrante con tristeza.
-Francisco.- Ella encogió la boca y gritó lastimeramente.
-¿Qué te pasa?- Francisco no se apresuró a ayudarla a levantarse, pero sino frunció el ceño condescendientemente.
Al ver que no la ayudó a levantarse, sino que comenzó a interrogarla, Cecilia se sintió un poco infeliz.
Ella hundió los ojos y le extendió la mano, -Francisco, primero tienes que ayudarme a levantarme, así puedo decirlo con claridad.-
Escuchó una voz coqueta con un dejo de insatisfacción.
Los ojos de Francisco brillaron,cubriendo sus emociones complicadas.y la ayudó a levantarse.
Después de pararse levantarse con firmeza, Cecilia se palmeó el polvo de su cuerpo y dijo casualmente, -Clara ganó.-
-¿Qué?- Las pupilas de Francisco se encogieron, apretó su brazo abruptamente y preguntó con severidad, -¿Qué diablo está pasando? ¿No me dijiste que podías podrías ganar?-
Cecilia levantó los párpados ligeramente, con su mirada en su rostro hermoso,pero distorsionado por la ira y sus ojos eran tan indiferentes que se sentía triste y fría.
-¿Crees que Francisco compañero mayor todavía te ama? No, está cansado de ti, de lo contrario habría hecho tal cosa conmigo.-
La orgullosa voz de Amaya sonó resonó en sus oído fijando sus ojos en el rostro tan familiar como desconocido, en vez de contestar, preguntó,
-Francisco, ¿te casarás conmigo?-
Él no esperaba que ella preguntara eso. Francisco se sorprendió visiblemente y lentamente soltó la mano que le pellizcaba el brazo. No respondió directamente, pero dijo, -No es el momento de hablar de esto.-
Pero Cecilia entendió lo que quería decir, le bajó las pestañas para cubrir la tristeza en sus ojos y dijo en un tono tranquilo, -Esta vez perdí Totalmente, es posible que me quitaran el 43% de acciones.-
Esto era una situación en la que Francisco no había pensado, y Cecilia no notó la frialdad en sus ojos porque bajaban sus miradas.
El silencio se extendió entre los dos. Después de mucho tiempo, Francisco dijo, -Vamos a casa primero y luego pensarémos qué hacer.-
Después de hablar, Francisco se fue primero.
Cecilia levantó la cabeza mirando el Edificio del Grupo González, entrecerró los ojos y apareció una luz fría en sus ojos.
Pensó ella, -Clara, tarde o temprano, recuperaré al Grupo González.-
En otoño, el sol brillaba y la brisa era suave, era buen tiempo para hacer excursión..
Lydia bostezó, acostada en la mesa con un rostro cansadoY sus ojos brillantes como agua cristal miraban afuera a través del ventanal del restaurante.
Mirándolo, sus párpados estaban casi pegados.
El maldito Aquiles dijo que se vistiera hermosamente y le esperara en el restaurante Galaxia.
Así que se levantó temprano, se vistió y llegó al restaurante Galaxia media hora antes de la hora prevista, pero ya había pasado más de una hora y todavía no vino él.
No contestó el teléfono, por eso quería irse,Pero temía que él venía y no podía encontrarla.
Mira, llegó tarde, pero ella seguía pensando en él, tan amable y considerada.
Justo cuando estaba a punto de quedarse dormida, la voz entusiasta del camarero sonó en sus oídos.
-Sr. Díaz, Señora Mercedes, por favor entren.-
¿Sr. Díaz?
Lydia inmediatamente se sentó Atentamente y miró siguiendo la voz. Se le pareció una familiar figura alta y delgada.
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