El Amor De Antonio romance Capítulo 239

Cuando la princesa consentida escuchó esto, dijo con gran alegría, -Entonces pidamos un menú de novios.-

¡Menú de novios!

Aquiles movió los ojos, -Me temo que esto no es bueno.-

-¿Qué pasa, de todos modos, después de hoy, seremos novios.-

la princesa consentida le dio una mirada tímida, mostrando su feminidad.

Aquiles se quedó sin habla ¿Quién le dio la confianza de que se convertirían en novios?

¿Habías preguntado si él quería o no

-Señora Mercedes en realidad yo...-

Aquiles quería explicar, pero fue interrumpida por ella, -Oh, solo llámame la princesa consentida, no seas tan despectivo.-

Después de hablar, bajó la cabeza con mucha timidez.

Aquiles se quedó sorprendido y ni siquiera quería decir nada.

En comparación con una mujer tan pretenciosa, la personalidad directa y atractiva de Lydia era un poco más agradable.

Ya no le preguntó la opinión de la princesa consentida y le dijo directamente al camarero que estaba al lado, -Cualquier comida preparada, excepto el menú de novios, ¡gracias!-

-Aquiles...- la princesa consentida miró hacia arriba y lo miró con sorpresa, -¡Quiero el menú de novios si o si!-

Aquiles se fingió como si no la hubiera escuchado, por lo que tomó el menú en la mesa y se lo entregó al camarero.

-No lo escuches, solo tráenos un menú de novios, el más caro.-

la princesa consentida no entendía cómo de repente él se volvió así, pero tampoco quería comprometerse.

El camarero no supo a quién escuchar durante un tiempo, así que miró esto y aquello con vergüenza.

Aquiles respiró hondamente, sonrió a la princesa consentida y dijo en voz baja, -la princesa consentida, espera hasta que seamos pareja para comer el menú de novios. Después de todo, es la primera vez que nos vemos hoy. Realmente no es apropiado que pidamos el menú de novios.-

Tan pronto como Aquiles fue gentil, la princesa consentida no tuvo más resistencia, y asintió tímidamente, -Te escucho.-

Aquiles exhaló un suspiro de alivio en secreto y luego le dijo al camarero, -Solo sigue lo que acabo de decir.-

El camarero respondió –OK.- luego tomó el menú y se apresuró a salir de la caja.

La caja se quedó en silencio, la princesa consentida bajó la cabeza y jugó con los dedos, levantaba ocasionalmente la cabeza para echar un vistazo a Aquiles, e inmediatamente bajó la cabeza cuando cruzó la mirada con él.

Se quedó sin remedios Aquiles, era realmente impotente para quejarse de la timidez deliberadamente fingida de la princesa consentida.

Entonces, extendió la mano para tocar su bolsillo y quiso sacar su teléfono para echar un vistazo, pero no lo encontró.

Sus ojos se abrieron de repente, y cuando se cambió de zapatos esta mañana, pareció poner su teléfono en el zapatero.

Todavía se preguntaba por qué Lydia no hizo una llamada, porque se olvidó de traer su teléfono celular.

Ahora, podría ser más problemático para él explicárselo a Lydia.

El sonrió amargamente.

-No saben lo odioso que es mi prometido. Nos vamos a casar y estoy embarazada, pero él todavía ve secretamente a otras mujeres afuera. ¿Por qué soy tan pobre?-

Lydia estaba rodeada por varios camareros, lloró y les contó sobre su “lamentable” situación.

-No esperamos que un hombre tan guapo con el señor Aquiles, ¿es tan maldito?-

Dijo uno de los camareros con incredulidad.

En ese momento, otra persona resopló con frialdad, -Cuanto más guapa es la gente, más inquieta está. Qué asco que es mujerieco aprovechando su linda apariencia.-

-Cierto, las personas más guapas tienen más probabilidades de engañar.-

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