El Amor De Antonio romance Capítulo 247

-¡Huh! -Lydia se rió a carcajadas. -Clara, ¿tanto confías en Guillén? Y si sólo se está divirtiendo y dejará a Alejandra cuando se canse de ella? ¿Qué pasará entonces?-

Así es. No se fiaba de Guillen, y no se fiaba de que luchara contra su abuelo por Alejandra. Como miembro de una familia poderosa. Nunca hubo compromiso ni protesta.

Clara sonrió ligeramente. -Creo a Guillén.-

Luego lo miró. Él parecía callado. -Eres primo de Antonio, y sé muy bien qué clase de hombre es Antonio. Así que creo que tú y él sois la misma clase de persona. Puedes ser bueno con Alejandra.-

Hizo una pausa y soltó una carcajada. -Por supuesto. Si es que acabas traicionándola. Entonces ...- Su mirada se volvió repentinamente seria. -Te destruiré. -

-Cuñada. No te defraudaré. -Esa fue la promesa de Guillén.

Pero Lydia no lo apreció. -Guillen, Clara confía en ti. Yo no confío en ti. De todos modos. No apruebo que Alejandra y tú estéis juntos. Antes no. Ni ahora. Y no lo aprobaré en el futuro. -

Lydia dejó su punto extraordinariamente claro también. Una relación que comienza con amor es una relación que sólo es juntos. Entonces, pronto será derrotada por la realidad.

Era la mejor amiga de Alejandra. Nunca permitiría que su amada Alejandra fuera herida en lo más mínimo.

-Lydia ... ¿Qué sentido tiene esto? -Clara se mostró impotente ante las objeciones de Lydia. Para ser sincera. En el fondo ella sentía lo mismo que Lydia. No estaba de acuerdo ni apoyaba la relación de Alejandra y Guillén.

Pero lo entendía mejor que Lydia. Algunas cosas no estaban a su altura.

Fue entonces cuando Alejandra habló. -Lydia, yo puedo tomar mis propias decisiones. Cualquier daño que pueda sufrir en el futuro. Me encargaré de ello yo misma. Así que no necesito tu aprobación ni tu apoyo.-

-Alejandra, ¿de qué estás hablando? - Susurró Clara con incredulidad.

Lydia se sintió herida. Porque eran las mejores amigas. Así que estaba preocupada por ella. Pero ahora al escuchar lo que decía le daban ganas de llorar. No necesitaban su aprobación ni su apoyo. Eso significaba que pensaban que ella se entrometía.

Su pensamiento de que se preocupaba por Alejandra fue malinterpretado así. Cualquier otra persona no se sentiría bien.

Lydia sintió un fuego en el pecho. Era particularmente incómodo.

Clara vio que no se veía bien y se apresuró a consolarla. -Alejandra estaba demasiado nerviosa y dijo lo que no debía. No te lo tomes como algo personal. -

Lydia sonrió a Clara. -Clara, no dijo lo que no debía. Lo sé perfectamente. -

-Lydia... - Clara intentó tranquilizarla pero al ver que se volvía para mirar a Alejandra. -Te considero una buena amiga. Por eso te he dicho tanto. Ya que no crees que te estoy ayudando. Entonces no tengo nada más que decir. Te dejo un último mensaje ...-

Se levantó. Alejandra y Clara la miraron. Sólo para ver su fría sonrisa. -Tú eres la que tendrá que cargar con las consecuencias, buenas y malas. -

Tan pronto como las palabras salieron de su boca. Se dio la vuelta y se dirigió a la puerta.

Al ver esto, Clara se levantó apresuradamente. Le dijo a Alejandra con impotencia y descontento - Alejandra, no deberías decir eso. -

Después de eso. Luego se fue detrás de Lydia.

Alejandra las vio salir como una estatua. No miró hacia atrás durante mucho tiempo. Era como si estuviera muda.

-Alejandra, ¿estás bien? -Guillén la miró preocupado.

Las lágrimas resbalaban lentamente por su rostro. Ella se rió. Se rió a carcajadas. Cuanto más se reía, más fuerte caían las lágrimas.

Finalmente. Escondía su cara y lloraba de dolor.

Guillen la tomó en sus brazos. La consoló suavemente - La amistad entre tú y Lydia no puede romperse con una frase. Cuando las dos estéis relajadas. Volved a hablar de ello. Creo que os reconciliaréis. -

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