El Amor De Antonio romance Capítulo 255

Después de terminar el trabajo del día, Clara salió del edificio de oficinas junto con sus colegas.

El cielo siempre estaba oscuro en la Ciudad Paz en otoño, y las luces de la calle también se encendieron temprano, y la línea de luces era muy bonita de ver.

Tras despedirse de sus compañeros, Clara se dirigió a la parada del autobús.

De repente, un coche se detuvo a su lado, giró la cabeza sorprendida, sólo para ver que la ventanilla del coche se bajaba lentamente, revelando el apuesto rostro de Guillen.

Clara no pudo evitar sonreír, -Guillen.-

-Clara, déjame llevarte de vuelta.-

-No hace falta, cogeré el autobús de vuelta yo solo-. Clara lo rechazó y luego continuó, -¿No tienes que ir a acompañar a Alejandra? Date prisa y vete, no te preocupes por mí.-

Guillen frunció el ceño, -Clara ¿no has conducido hoy?-

Clara dijo, -Bueno, mañana es fin de semana, así que pensé en tomar el autobús de vuelta y disfrutar de la escena de la calle, hace mucho tiempo que no la disfruto.-

Durante este periodo, ella tenía demasiadas cosas que la molestaban y todos sus nervios estaban tensos, por lo que quería bajar el ritmo.

Coger el autobús era una buena opción.

-Clara, es mejor que te lleve. Es tarde para llegar a casa en autobús, y mi hermano podrá preocuparse de ti. Guillen abrió la puerta del coche y se acercó para ayudarla a abrirla con una actitud muy decidida.

Clara suspiró impotente, -Sólo hay veinte minutos de viaje desde aquí hasta Villa Dragón, no tardaré en llegar a casa.-

Antes de que las palabras salieran de su boca, Clara salió corriendo.

Al ver su figura huyendo, Guillen no pudo evitar sonreír, pensaba que su cuñada era la más madura y estable entre las tres chicas, pero no esperaba que también tuviera un aspecto tan infantil.

Como su cuñada no estaba dispuesta a dejar que la enviara a casa, no la obligó, cerró la puerta del coche, se subió a él, arrancó el coche y se marchó.

Después de recorrer una distancia, Clara frenó lentamente, detuvo sus pies para mirar hacia atrás y vio que ya no había rastro del coche en el lugar original donde Guillen había aparcado.

No pudo evitar dar un suspiro de alivio y siguió caminando hacia la parada del autobús.

El andén estaba lleno de gente, y Clara se apretujó en la parte delantera, estirando el cuello para ver si el autobús había llegado.

El autobús no estaba a la vista, pero sí vio pasar un coche rojo que se detuvo junto a ella.

Al principio pensó que era para recoger a alguien del andén, así que dio un paso atrás, sólo para ver que la ventanilla del vagón se bajaba y salía una voz conocida.

-Clara.-

Al oír el sonido, se agachó rápidamente para mirar dentro del coche, con su delicada carita de sorpresa.

Sorprendentemente, fue Telma.

-Gerente Telma.-

Debió de tener sus intenciones al ponerse el coche a su lado.

Como era de esperar, sólo para escuchar la voz de Telma una vez más.

-¿Puedo invitarte a cenar?-

Como si temiera su malentendido, Telma añadió, -Cenemos juntos como amigos.-

Clara levantó las cejas sorprendida, ¡Telma realmente la consideraba una amiga!

Fue toda una sorpresa para ella.

Así que, directamente abrió la puerta del coche y se sentó, mientras se ponía el cinturón de seguridad, le dijo a Telma con una ligera sonrisa, -La invitación de un amigo, tengo que ir.-

Telma le devolvió la sonrisa, no dijo nada y arrancó directamente el coche, que se incorporó al tráfico.

-Bueno, volveré después de la cena. Voy a...-

Clara estaba en la entrada del restaurante hablando por teléfono, no miraba hacia adentro.

Telma estaba hablando con el camarero sobre algo, sólo vio que el camarero asiente y se va.

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