Después de terminar el trabajo del día, Clara salió del edificio de oficinas junto con sus colegas.
El cielo siempre estaba oscuro en la Ciudad Paz en otoño, y las luces de la calle también se encendieron temprano, y la línea de luces era muy bonita de ver.
Tras despedirse de sus compañeros, Clara se dirigió a la parada del autobús.
De repente, un coche se detuvo a su lado, giró la cabeza sorprendida, sólo para ver que la ventanilla del coche se bajaba lentamente, revelando el apuesto rostro de Guillen.
Clara no pudo evitar sonreír, -Guillen.-
-Clara, déjame llevarte de vuelta.-
-No hace falta, cogeré el autobús de vuelta yo solo-. Clara lo rechazó y luego continuó, -¿No tienes que ir a acompañar a Alejandra? Date prisa y vete, no te preocupes por mí.-
Guillen frunció el ceño, -Clara ¿no has conducido hoy?-
Clara dijo, -Bueno, mañana es fin de semana, así que pensé en tomar el autobús de vuelta y disfrutar de la escena de la calle, hace mucho tiempo que no la disfruto.-
Durante este periodo, ella tenía demasiadas cosas que la molestaban y todos sus nervios estaban tensos, por lo que quería bajar el ritmo.
Coger el autobús era una buena opción.
-Clara, es mejor que te lleve. Es tarde para llegar a casa en autobús, y mi hermano podrá preocuparse de ti. Guillen abrió la puerta del coche y se acercó para ayudarla a abrirla con una actitud muy decidida.
Clara suspiró impotente, -Sólo hay veinte minutos de viaje desde aquí hasta Villa Dragón, no tardaré en llegar a casa.-
Antes de que las palabras salieran de su boca, Clara salió corriendo.
Al ver su figura huyendo, Guillen no pudo evitar sonreír, pensaba que su cuñada era la más madura y estable entre las tres chicas, pero no esperaba que también tuviera un aspecto tan infantil.
Como su cuñada no estaba dispuesta a dejar que la enviara a casa, no la obligó, cerró la puerta del coche, se subió a él, arrancó el coche y se marchó.
Después de recorrer una distancia, Clara frenó lentamente, detuvo sus pies para mirar hacia atrás y vio que ya no había rastro del coche en el lugar original donde Guillen había aparcado.
No pudo evitar dar un suspiro de alivio y siguió caminando hacia la parada del autobús.
El andén estaba lleno de gente, y Clara se apretujó en la parte delantera, estirando el cuello para ver si el autobús había llegado.
El autobús no estaba a la vista, pero sí vio pasar un coche rojo que se detuvo junto a ella.
Al principio pensó que era para recoger a alguien del andén, así que dio un paso atrás, sólo para ver que la ventanilla del vagón se bajaba y salía una voz conocida.
-Clara.-
Al oír el sonido, se agachó rápidamente para mirar dentro del coche, con su delicada carita de sorpresa.
Sorprendentemente, fue Telma.
-Gerente Telma.-
Debió de tener sus intenciones al ponerse el coche a su lado.
Como era de esperar, sólo para escuchar la voz de Telma una vez más.
-¿Puedo invitarte a cenar?-
Como si temiera su malentendido, Telma añadió, -Cenemos juntos como amigos.-
Clara levantó las cejas sorprendida, ¡Telma realmente la consideraba una amiga!
Fue toda una sorpresa para ella.
Así que, directamente abrió la puerta del coche y se sentó, mientras se ponía el cinturón de seguridad, le dijo a Telma con una ligera sonrisa, -La invitación de un amigo, tengo que ir.-
Telma le devolvió la sonrisa, no dijo nada y arrancó directamente el coche, que se incorporó al tráfico.
-Bueno, volveré después de la cena. Voy a...-
Clara estaba en la entrada del restaurante hablando por teléfono, no miraba hacia adentro.
Telma estaba hablando con el camarero sobre algo, sólo vio que el camarero asiente y se va.
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