El Amor De Antonio romance Capítulo 258

Clara corrió escaleras arriba tan pronto como colgó, y se cambió de ropa cuando volvió a bajar.

Albina echó un vistazo y preguntó rápidamente, -Señora, ¿va a salir?-

-Sí.Albina, no necesitas prepararnos la cena por la noche. Antonio y yo saldremos a cenar.-

Clara se estaba cambiando de zapatos mientras hablaba con Albina.

-Está bien, lo entiendo.-

Clara puso las zapatillas de interior en el zapatero y le hizo un gesto con la mano a ella, -Albina, me voy.-

Albina la miró apresuradamente y murmuró confundida, -¿Qué prisa tiene señora?-

¿Problema urgente?

No, la señorita Lydia tuvo una cita a ciegas. Desafortunadamente, conoció a un hombre extraño y la necesitaba urgentemente para ir a rescatarla.

En el Restaurante Orchidaceae.

Un nombre muy elegante para ser el nombre de un restaurante.

También era un restaurante chino de muy alto nivel.

Si podía concertar una cita a ciegas en un restaurante así, ese hombre debía ser diferente.

Sin embargo, Lydia dijo por teléfono que el hombre daba tanto miedo.

Tenía mucha curiosidad por saber qué tipo de hombre podría asustar a Lydia.

Por supuesto, este tipo de evento raro no podría ser presenciado por ella sola.

Entonces ella llamó a Aquiles.

Los dos se encontraron en la entrada del restaurante y luego entraron juntos.

El camarero entusiasmado los saludó de inmediato, -Hola, ¿cuántos ustedes son?-

-Estamos aquí para encontrar a alguien.- Clara miró a su alrededor y luego preguntó, -¿La señorita Lydia está aquí?-

-Sí. Ella está en el placo de arriba.-

-¿Puedes llevarnos allí?-

-Síganme por favor.-

El camarero los llevó arriba hasta la puerta de un palco, luego levantó la mano y llamó a la puerta.

-¿Qué?- sonó una voz fuerte.

Tanto Clara como Aquiles se quedaron sin palabras...

Jamás distinguirían esta voz, era la de Lydia.

El camarero respondió con buen humor, -Señorita Lydia, tiene una amiga buscándola-.

Tan pronto como se oyó la voz, se abrió la puerta del palco.

Una figura salió corriendo y abrazó a Clara, -Clara, finalmente llegaste.-

Clara sonrió y la apartó, -Necesitas mi ayuda, si o si vengo.-

-Eres la mejor.-

Dijo eso, ella fue a abrazar a Clara nuevamente, Clara levantó la mano para detenerla, -No me abraces más.-

Lydia bajó las manos de manera celosa, la esquina de sus ojos se levantó para mirar a la figura alta que estaba a un lado, y un rayo de luz brilló en sus ojos.

-Aquiles, ¿qué estás haciendo aquí?- preguntó enojadamente.

-Vine para ver el espectáculo.- Esta respuesta fue bastante honesta.

-¡¿Ver el espectáculo?!- Lydia frunció el ceño, sus hermosos ojos parecían un poco infelices y su tono se volvió más frío, -Si vienes a ver el espectáculo, vete ahora.-

Aquiles arqueó las cejas, volvió la cabeza y le dijo a Clara, -Cuñada, ya que me recibe bien, yo me voy.-

Realmente se dio la vuelta y se fue.

Clara lo agarró apresuradamente, -Aquiles, si te vas ahora, simplemente no me respetas a tu cuñada.-

Aquiles extendió sus manos inocentemente, -Cuñada, no fue mi intención irme, fue alguien que me echó.-

Dicho esto, apuntó a Lydia intencional o involuntariamente.

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