El Amor De Antonio romance Capítulo 262

El hombre salió. Tenía una cara ordinaria y un cuerpo delgado. Pero con una expresión dura y sombría.

¡Este hombre era peligroso!

Cecilia frunció el ceño. Una mirada inquisitiva y recelosa se posó en el hombre.

Había alguien más en la casa. ¿Cómo podía no saberlo?

El hombre se acercó. Primero, asintió a Cecilia. Luego a Ofelia, -¿Qué necesita que haga? -

Ofelia giró la cabeza hacia Boris, que estaba tirado al pie de la escalera, -Deshazte de él. -

Aaron siguió su mirada. Los ojos parpadearon ligeramente.

Ofelia le devolvió la mirada. -¿Qué? ¿No haces este tipo de cosas siempre? Sigues teniendo miedo.-

Aaron apartó los ojos y la miró con frialdad. Luego se dio la vuelta y bajó las escaleras.

No era que no pudiera oír el sarcasmo en la voz de Ofelia. Pero qué más da. No se equivocaba. Hacían este tipo de cosas con los muertos todo el tiempo.

Así que. No había manera de discutir eso.

-Mamá. ¿Quién es él? - Cecilia vio que Aaron movía a Boris sin miedo, y su ceño se frunció aún más. Sintió que Aaron a no era simple.

-No tiene que importarte quién es. Sólo tienes que recordar. Todo lo que quieras hacer a continuación. Aaron te ayudará. - Ofelia ocultó la identidad de Aaron. Porque no quería que su hija supiera quién era su padre biológico.

-Pero... - Cecilia intentó pedir más información. Pero Ofelia la interrumpió con voz severa, -Bien. No hay más preguntas. -

Cecilia se congeló al instante. Había incredulidad en sus ojos. Era la primera vez que su madre se mostraba tan mala con ella.

Su rostro serio y frío le hizo sentir miedo. Sentía que la madre que tenía delante era muy extraña. Como si no la conociera.

Cuando vio que su hija la miraba fijamente, Ofelia se dio cuenta de que había exagerado. Se calmó rápidamente y suavizó su tono, -Cecilia, es que tengo miedo de que si sabes demasiado, tengas una carga psicológica. No podrás hacer nada. Así que hay cosas que no debes preguntar tanto. Si quieres hacer algo, hazlo. -

Cecilia la miró fijamente durante mucho tiempo. Luego asintió con la cabeza, -De acuerdo, mamá.-

Cuando terminó de hablar, giró la cabeza para mirar hacia abajo. Ya no estaban Aaron y Boris. Sólo el charco de sangre en el suelo era de un rojo especialmente intenso a la luz. Y el horror.

Cecilia se asustó tanto que se apresuró a retirar los ojos y le dijo a Ofelia, -Vuelvo a mi habitación.- y se dio la vuelta y se fue.

Cuando Aaron Magrina movió a Boris. Descubrió que aún tenía aliento.

Pasó años en la sangre y la furia. Él no sabía cuántas vidas estaban en sus manos ensangrentadas. Pero en ese momento. Realmente se sintió compasivo al ver el doloroso rostro pálido de Boris.

Y quizás por lo que su hermano mayor le dijo aquella vez.

-Aaron. En todos estos años, cuantas veces casi nos matan. Pero por suerte sobrevivimos. Paso a paso, tenemos el poder que tenemos hoy. Pero me siento muy cansado. No hay manera de que me gane la vida tratando con la muerte como cuando era joven. El único pensamiento que tengo cuando cojo un cuchillo es cortar la garganta de un enemigo. Estoy realmente cansado de ese tipo de vida. Si es hora de empezar de nuevo. Elegiría ser una persona normal. Vivir una vida normal. -

Una pizca de nostalgia apareció en su expresión cuando su hermano mayor habló.

En aquel momento, no sabía nada del pasado de su hermano. Sólo cuando vio a Ofelia se enteró de que su hermano mayor había tenido una relación y también una hija.

Comprendió lo que significaba la nostalgia en el rostro de su hermano.

También pensó en sus ancianos padres. Desde que tomó el camino de no retorno a la mafia. No se atrevió a verlos. Temía traerles problemas.

Hace décadas que no se encuentra con ellos. También deben tener la misma edad que Boris.

Mientras rememoraba todos los recuerdos, giró el volante y el coche dio la vuelta, dirigiéndose al hospital de la ciudad.

Si pudiera. Quería salvar a la gente, no matar gente.

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