El Amor De Antonio romance Capítulo 263

El suave sonido de la música de piano fluía en el restaurante. El ambiente era especialmente romántico y cálido.

Antonio la miró con ojos sonrientes. Le preguntó con voz suave. -¿Cómo me das confianza?-

-Dame la mano. - Clara sonrió misteriosamente.

Antonio levantó las cejas. Le tendió la mano.

Clara la cogió con la mano. Lo miró un momento y luego bajó la vista y escribió en su mano.

Eres la vista más hermosa.

Esta fue la palabra que escribió.

Los ojos negros de Antonio se desbordaron de ternura durante un rato. La curva de sus labios se ensanchó.

-¿Qué te parece esto? - Clara levantó la vista con una sonrisa, -¿Estás seguro ahora? -

-Sí. Especialmente seguro. - Antonio tomó su mano entre las suyas. Suavemente, le preguntó, -¿Cuándo aprendiste a hablar así? -

-Um... - Clara reflexionó un momento. Luego sonrió y dijo, -Lo he aprendido de memoria en mi vida diaria. Es algo natural...-

-Lo has aprendido de memoria. - Antonio repitió la palabra juguetonamente. Luego preguntó, -¿Mi mujer se dejó influenciar por mí?-

-¿Qué te parece? - Clara hizo un guiño juguetón.

-Entonces tendré que decirlo más a menudo. Así me sentiré honrada de escuchar tus palabras de amor. - dijo, medio en broma, medio en serio.

-Querido Antonio. ¿No sabes que demasiadas palabras de amor se vuelven inútiles? - Clara lo miró con fingida seriedad.

-No. Las palabras que se te dicen no son inútiles. -Su apuesto rostro estaba lleno de confianza. -Porque todas salen de mi corazón. -

Clara se sintió conmovida en su corazón. Pero fingió que no podía soportarlo y sacudió su cuerpo, -Antonio. Eso es mucho hablar de amor -.

Antonio se rió a carcajadas, -Acostúmbrate. -

Entonces. Le soltó la mano. La conversación cambió, - En el coche. ¿Qué querías decirme? -

Él cambió de tema bruscamente. Clara se congeló y luego dijo, -Es ese centro de investigación en Estados Unidos.-

-Sí. ¿Qué pasa? -

-Es.- Clara se quedó pensando un rato, -Lydia tuvo una cita a ciegas hoy. Y su cita a ciegas solía ser un miembro del Instituto. -

Las cejas de Antonio se fruncieron, -¿Un miembro del Instituto? -

-Eso es lo que me dijo Aquiles. Lydia dijo que acababa de regresar al país. -

La investigación era ilegal y estaba prohibida. Podían imaginar la clase de gente que trabaja allí.

Esta vez prometieron tratar a su suegro. Pero sólo gracias a la enorme cantidad de dinero que dio accedieron a hacerlo.

Así que Ignacio del que hablaba Clara tampoco era un hombre sencillo.

-¿Qué clase de hombre es? - preguntó Antonio.

Clara pensó por un momento, -Era un hombre muy amable. Tenía un temperamento amable. No se sentía como si hubiera trabajado en un centro de investigación como ése. -

-No se puede juzgar a un hombre por su apariencia. -dijo Antonio con ligereza.

Clara no pudo evitar reírse, -¿Cómo puedes decir lo mismo que Lydia? Ni siquiera sabes lo mala que ha sido hoy con Ignacio. -

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