El Amor De Antonio romance Capítulo 275

Aunque era la segunda vez que veía a los amigos de Antonio, Clara ya podía saludarlos familiarmente.

-Imanol, Gerardo, Magno, ¿cómo están chicos?-

Llamó sus nombres correctamente. Gerardo no pudo evitar exclamar, -Clara, ¡qué buena memoria tienes! Recuerdas nuestros nombres con solo una vez que nos había visto.-

Clara sonrió, -Si no puedo recordar los nombres de vosotros tres, incluso yo misma me menospreciaré.-

Tan pronto como dijo esto, todos los demás se rieron.

-Gerardo, ¿crees que todos tienen la misma capacidad cerebral que la tuya? Realmente, solo para ti es difícil recordar los nombres de los demás.-

Aquiles se bromeó a Gerardo desde un lado, lo que provocó que Gerardo se diera la vuelta y pateara su pantorrilla con insatisfacción, -Si todavía revelas mis defectos aquí, ten cuidado chico. Voy a contar a Clara que todavía orinabas en la cama a los nueve años.-

Hubo un silencio sepulcral en el cuarto y luego hubo un estallido de risas agradables.

Gerardo miró a otras personas sin saber la causa, -¿De qué os reís?-

De repente, sus hombros se hundieron. Giró la cabeza y se enfrentó a un hermoso rostro lleno de tristeza que lo asustó tanto para que moviera el trasero hacia atrás rápidamente y gritó, -Aquiles, ¿qué estás haciendo?-

-Gerardo, la desgracia viene de tu boca. ¿Lo entiendes?-

Aquiles entrecerró los ojos que brillaban con una luz fría.

Gerardo parpadeó inocentemente, -Aquiles, ¿lo entiendes ahora?-

No solo Aquiles lo entendió, sino que incluso Clara y los demás también lo entendieron.

De hecho, Gerardo pretendiera contar accidentalmente su anécdota vergonzosa, pero fue intencional.

Aquiles sintió que había sido bromeado y no tenía intención de involucrarse con Gerardo en este asunto también para desviar la atención de todos.

Cambió el tema y le dijo a Antonio, -Antonio, he arreglado las cosas sobre Cristian. Debería ser insoportable para él.-

Clara arqueó las cejas, ¿Cristian? ¿No fue el hombre que la llevó por la carretera anteayer?

-¿Cristian?-Imanol frunció el ceño cuando escuchó el nombre, -¿Por qué vino a la Ciudad Paz?-

-Tiene amorío con una celebridad femenina recientemente, y debería haber venido a ver a esa mujer.-respondió Magno por los hermanos de la familia Nevada.

-Magno, ¿por qué sabes más que Antonio? ¿Acaso has mandado a alguien que lo vigilara?-Bromeó Imanol con una sonrisa.

-No lo vigilo, solo para investigar su propósito de venir a la Ciudad Paz.-Cuando dijo esto, Magno subconscientemente miró a Antonio, que estaba en silencio.

Imanol se dio cuenta y se volvió para mirar a Antonio, -Antonio, ¿le pediste que lo hiciera?-

Antonio dijo, -Sí. Cristian apareció de repente en la Ciudad Paz, así que le pedí a Magno que me ayudara a investigar su propósito de venir aquí.-

-Pensé que tendría algún propósito para venir aquí, pero no esperaba que fuera por una mujer.- Hablando del cuarto joven maestro de la Familia Nevada, Magno no ocultó su desprecio.

Gerardo se burló cuando escuchó las palabras, -¿Todavía estáis preocupados de que Cristian tenga otro propósito para venir aquí? Lo estáis demasiado sobreestimando. Cristian es un Don Juan, tan romántico que tiene todos sus pensamientos en las mujeres y no tiene tiempo para pensar en otras cosas.-

-Así es, pero…-Imanol miró a los demás, -No olvidéis que su hermano, Arturo no es una persona sencilla.-

Hablando de Arturo, el cuarto volvió a quedarse en silencio.

A excepción de Clara, que no conocía la situación de la familia Nevada, todos los demás mostraron una expresión ligeramente seria.

Entonces Clara no pudo evitar preguntarse si este Arturo era una persona terrible.

-Bueno, no mencionéis a las personas que arruinan el estado de ánimo.- Aquiles tomó la iniciativa a gritar, levantando la copa de vino en la mesa de café con una mirada impaciente. Se levantó la cabeza y lo bebió a un sorbo todo el vino.

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