El Amor De Antonio romance Capítulo 303

Al fin, no compró Clara el vestido sexy.

Incluso si quisiera comprarlo, Antonio no estaría de acuerdo.

¿Cómo podía permitir que ella se llevara un vestido tan seductor en público? Su belleza solo podía pertenecer a él.

Mientras salían del estudio, Lydia se acercó a Clara y le susurró al oído, -Clarita, cuídate después de regresar a casa.-

Se le llenaba de dudas toda la cara, Clara no entendió a qué se referían esa frase.

No comprendió el significado de las palabras de Lydia hasta el momento en que llegaron a casa.

Ella y Antonio entraron a la habitación una tras otra.

- Antonio, quiero...-

Antes de que pudieran salir de la boca las dos palabras "ducharme", se empuñó la muñeca y solo sintió un fuerte vértigo. Y cuando reaccionó, ya estaba presionada contra la puerta.

La figura de Antonio apretó estrechamente a Clara, sin dejar ningún espacio en lo más mínimo.

Ella sintió que el cálido deseo sexual de Antonio se iba aumentando. Y las mejillas blancas se ruborizaban un poco. Aunque antes ya habían hecho el amor muchas veces, ahora todavía se sentía tímida.

-Todavía no me baño.- ella murmuró, levantó la mano contra su pecho tratando de empujarlo poco lejos.

Se le bajaron los ojos, que ella no se atrevía a mirarlo.

Los ojos negros entrecerrados, le pellizcó Antonio la barbilla, la levantó para encontrarse con sus pupilas claras, y se le curvaron los labio lentamente,- No me importa.-

A continuación, besó sus labios rojos. Invadió el ápice caliente de la lengua hacia su boca, que se revolvía desenfrenadamente entre los labios. El sabor pertenecido a él de repente se extendió por todos su sentidos y conciencias.

-Hmm...- sonó como así, que no sabía cuánto fatalmente seductor era este sonido para un hombre.

Su beso se venía cada vez más caliente y desenfrenado, y la mano iba arriba de manera lenta a lo largo de las curvas de la cintura, que finalmente llegó a su espalda y le quitó del vestido.

El vestido se resbaló y se dispersó alrededor de su pie, como una flor en plena floración.

El viento travieso entró a hurtadillas por la ventana, agitó las cortinas bailando. La luz de la lámpara de pared se reflejó en la pared, que reflejaba a una pareja entrlazada en la cama.

Toda la habitación se llenaba un ambiente encantador y suave.

Después de una larga ausencia, Vasco volvió a estar de pie en la tierra de la Ciudad Paz.

-Vasco, ¿quieres pasar por el Canal Ordinario o el VIP?- la representante de Vasco, Silvia Chavez lo siguió detrás servilmente.

Él hizo una pausa de caminar, - ¿Afuera están seguidores?

- Sí, hay tantos hoy.- Silvia sabía que no le gustaba que sus seguidores se organizaran de forma espontánea para recogerlo en el aeropuerto, así que él preguntó más que de costumbre.

-¡ Por el VIP!- sin dudarlo ni un minuto, Vasco echó una respuesta.

Llegó directamente desde el Canal VIP al estacionamiento subterráneo, donde se quedaba el coche de niñera, que se ofrece lo diario que necesitan las estrellas, como una niñera y así se denomina.

Justo cuando Vasco se dirigía hacia el coche, unas chicas corrieron de algún lugar. El guardaespaldas reaccionó muy rápidamente y impidió a las chicas quien iban a correr hacia Vasco.

-Vasco, somos tus seguidores. ¿ Podrías tomar una foto con nosotras?-

-Vasco, ¿ podrías darme un autógrafo?

-Vasco, en serio me gustas mucho. Quiero pedir una foto contigo, ¿ vale?-

Todas las expresiones de Vasco se cubrieron por las gafas de sol, que nadie podía saber su estado de ánimo.

Pero Silvia, quien ya trabajaba con él durante largo tiempo, conocía tanto su genio, pues rechazó directamente a esas seguidores.

-Lo siento, tenemos prisa. Y Vasco no tiene tiempo para darles autógrafo.- Mientras decía así, ella guiñó a los guardaespaldas.

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