El Amor De Antonio romance Capítulo 410

-Me gusta cumplir años según el calendario lunar.- dijo Aquiles tranquilamente, lo que le dio la respuesta a ella.

Luego, se volvió, Alina le siguió.

-¿Quieres beber algo?- La miró Aquiles.

Alina esbozó una sonrisa, -Como quieras.-

Aquiles levantó las cejas y se volvió hacia la cocina, y Alina se sentó en el salón mirando alrededor.

Dentro de poco, Aquiles salió de la cocina con dos botellas de bebida en la mano.

Le dio una a Alina y se sentó frente a ella.

Abrió la botella y tomó un sorbo mirando a Alina, dijo, -Alina, ¿estás libre últimamente?-

Alina se quedó sorprendida, -Sí, ¿qué pasa?-

Aquiles la miró fijamente, -Quiero que me eches una mano.-

No sabía si era ilusión, Lydia creía que estos días Aquiles era un poco raro.

Después de lo de su padre, siempre que no tuviera trabajo, iba a acompañar a ella y su madre, pero estos días ni vino a la familia Zabala.

Incluso cuando le llamó, él tuvo una actitud indiferente, como si le molestara mucho.

¿Acaso de verdad no estaba a gusto con ella?

Lydia estaba inquieta, pensaba que tenía que preguntarle claro, no quería ser tratada así.

Entonces vino a la empresa, pero no esperaba que apareció una mujer que no debía estar en su oficina.

Alina.

Antes de abrir la puerta, se podía entreoír risas, pero cuando empujó la puerta, las risas pararon de inmediato.

Alina, sentada en el sofá cuando la vio se levantó de repente y dijo con miedo, -Lydia.-

Lydia le miró de reojo fríamente y luego echó un vistazo a Aquiles, él estaba sentado tranquilamente ni cambió de color por su llegada.

Un disgusto surgió por dentro, Lydia había adivinado algo, pero ella optó por ignorar.

-Aquiles, ¿por qué no vienes a mi casa estos días?- preguntó ella.

-No quiero ir.-

Una respuesta breve dejó a Lydia aturdida, se mordió los labios y echó una mirada a Alina, esbozó una risa de burla, -¿Era por ella?-

Aquiles y Lydia se miraron a los ojos, ni lo reconoció ni lo negó.

Él estaba tan tranquilo que ella se puso más inquieta.

Ella respiró profundamente y ordenó su cabeza, dijo directamente, -Aquiles, ¿qué intentas hacer ahora?-

Él siguió mirándola y no dijo nada.

En este momento. Alina dijo, -Lydia, no obligues a Aquiles, él solo… solo no sabe cómo contártelo.-

-¿Quién eres?- Lydia la miró fijamente con enojo.

Alina se quedó aturdido, murmuró con la cara ofendida, -Lydia, sé que estás enfadada, pero creo que debo contarte te la verdad.-

¿La verdad? Lydia entrecerró los ojos, parecía que iba a saber algo.

Alina echó un vistazo lleno de amor a Aquiles que estaba mudo al lado, en seguida, se agachó hacia Lydia, -Lo siento, Lydia.-

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Amor De Antonio