El Amor De Antonio romance Capítulo 412

Cuando Clara dijo a Antonio que Aquiles había cedido ante su padre, Antonio se puso descontento y llevó un buen rato sin decir nada.

Clara pudo sentir claramente la frialdad que exhaló su cuerpo.

Estaba enfadado.

Ella suspiró por dentro, Aquiles se lo buscó, y ahora empujas a Antonio en un abismo profundo.

Al cabo de un largo silencio, Antonio dijo lentamente, -Clara, que venga Aquiles.-

Clara asintió, -Bien.- y llamó a Aquiles inmediatamente.

Tan pronto como recibió la llamada de Clara y supo que Antonio lo quiso ver, Aquiles no se atrevió a tardar, vino en el coche en seguida.

Una vez entró en el salón, sintió la opresión de Antonio, y Clara lo estaba mirando con simpatía.

Antes de venir, Aquiles sabía que Antonio debía estar enfadado por haber cedido a su padre, por eso se había preparado a ser regañado por él.

-Antonio.- llamó levemente.

Antonio levantó la cabeza y lo miró con una mirada fría, poco después, movió los labios, -Aquiles, ¿no me crees?-

-No, no.- Aquiles meneó la cabeza como si fuera un sonajero, -Eres el hombre en que más confío en este mundo.-

-¿Pues por qué no me hiciste caso y viniste a la familia Díaz?-

Aquiles se quedó sin palabras y no supo cómo explicárselo, no pudo decir que lo hizo solo en un arrebato.

-Sabes que me estás socavando?-

Aquiles hizo una mueca embarazosamente, todas explicaciones se convirtieron en una disculpa, -Lo siento.-

Antonio le miró de reojo fríamente y dijo, -Mañana vienes a la familia Díaz conmigo.-

Aquiles se quedó aturdido, él no entendió por qué tuvo que volver, pero no se atrevió a preguntar más, solo respondió obedientemente, -Ya, lo sé.-

-Antonio, ¿por qué quieres volver a la familia Díaz?- Clara tampoco sabía su intención de este acto.

Apareció una luz en los ojos de Antonio, se puso a reír con frialdad, -Es hora de mostrar mis cartas.-

Luego miró a Aquiles con una mirada significativa.

Esta mirada le dejó entender todo, se le pusieron los ojos grandes, dios mío, Antonio no iba a……

Clara vio lo sorprendido que estaba Aquiles, ella frunció las cejas y dijo, -¿Qué cartas?-

-Pronto lo sabrás.-

Él no le dijo qué pasa aquí, aunque ella estaba curiosa, no siguió preguntando.

Como él dijo, ella lo sabrá pronto.

Por fin Guillen vino al hospital a ver a su abuelo por lo que dijo Alejandra.

Pero él no vino solo sino con Alejandra.

En la puerta del cuarto del enfermo, Alejandra paró y se volvió riendo a él, -No entro yo, entras tu solo.-

-¿Por qué?- Guillen no pudo entender.

Alejandra le explicó con voz suave, -Tengo miedo de que el abuelo se enfade al verme, y tú lo estarás también, y volváis a tener discusión, eso es lo que no quiero ver.-

-Si no entras, pues nos vamos.- Si había que humillarla, él prefirió estar enfadado con el abuelo y no verlo.

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