El Amor De Antonio romance Capítulo 49

-Sí. El ambiente de mi familia es muy malo.-

Aquiles sonrió, y sus palabras volvieron a ser informales.

Clara dijo –Es la primera vez que veo a alguien satirizarse. Pero, José te llama Señor Díaz, ¿eres tercer hijo en tu familia?-

-Sí. Antonio y yo tenemos la misma madre, el segundo y el cuarto tienen una misma.-

Aquiles habló sarcásticamente estas palabras, hay un significado inexplicable en sus ojos .

Clara González estaba un poco sorprendida. Habló estas palabras en ese momento por su curiosidad.

Pero, Aquiles le dijo el secreto en su familia.

Era muy complicada la familia rica. Y ella estaba entiendo que por qué Antonio no habló contigo las cosas de su familia.

-Lo siento.- Clara González dijo.

Aquiles no le importaba, y dijo –No pasa nada, eres mi familiar. Pero, la relación de esta familia es muy complicada, por eso no saber estas cosas en este momento es lo mejor para ti.-

-Vale.-

Clara estaba de acuerdo con él, y no continuó preguntarle.

...

Cuando Antonio estaba viajando por negocios en otro país, Clara también aprovechó este tiempo, se puso en contacto con la guionista rápidamente, y dio sus propias opiniones a la guionista para corregir este guión.

Después, Clara con el consentimiento de la compañía, eligió otros actores.

Entre ellos, había actores famosos y actores ordinarios, también había los actores que acaban de entrar en esta industria. Y estos actores eran muy adecuado para los papeles de esta película. Cuando hizo todas las cosas, sólo necesitaba esperar la consecuencia.

En el tercer día, Antonio regresó del extranjero, Clara dijo a Aquiles que quería ir al aeropuerto para recogerlo.

En la sala del aeropuerto, había muchos viajeros. Pero, cuando este hombre apareció en la sala, todo el mundo se dio cuenta de él.

Clara miró a su marido y tenía las mariposas en el estómago. Y tenía el sentimiento que no se vieron muchos años.

Antonio miró a su esposa fijamente, y también tenía las mariposas en el estómago.

Cuando salieron de la sala, Clara cogió al coche, Aquiles y José también quisieron cogerlo, pero Antonio no permitió y los ordenó –Tomad taxi.-

Entonces, no esperó a que esas dos personas reaccionaran, luego sentó en el asiento del conductor, se fue.

Aquiles y José se quedaban allí como dos piedras.

-¿Les dejamos en el aeropuerto?-

Estaban Mirando con simpatía a las dos figuras cada vez más pequeñas detrás de ellos, Clara  sonrió y preguntó a Antonio.

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