Clara se quedó en el hospital toda la mañana y Antonio se quedó con ella toda la mañana.
Al mediodía, Alejandra vino a visitarla y le dijo seriamente-Hay una buena noticia y una mala, ¿cuál te gustaría escuchar?-
-¿Puede ser amable conmigo ya que estoy enferma? ¿Por qué menciona malas noticias tan pronto como entra?-
Clara la miró con cierta insatisfacción y dijo, -Primero te contaré la buena noticia-
-Te ascendieron, directora.-
-¿De verdad? ¿Y la mala noticia?-
-Esa perra Elisa sigue siendo tu mando superior- dijo Alejandra con una expresión sombría.
Clara se sorprendió un poco y no supo qué expresión hacer, -¿Qué tipo de malas noticias es esta, no es normal?-
Alejandra negó con la cabeza y dijo enojada, -Hoy escuché la conversación telefónica de Elisa y Cecilia en la sala de café inesperadamente. El accidente de que te drogaron anoche fue idea de Elisa.-
-¿En serio?-
La expresión de Clara cambió después de escuchar esto, -¿No te equivocas?-
-No. Supongo que podría ser porque hiciste muchas contribuciones a la compañía esta vez, lo que la puso celosa. Así que planeó esto con la perra Cecilia.-
Después de las palabras, el rostro de Clara se puso sombrío y sus ojos se volvieron muy complicados.
Los ojos de Antonio a un lado eran aún más aterradores, tan fríos como el hielo, lo que hizo que Alejandra se sintiera muy asustada.
Pero él no habló, sino que miró a Clara en silencio, como esperando a que ella tomara una decisión.
Después de un largo silencio, Clara de repente respiró hondo, como si ya hubiera decidido algo. Primero miró a Antonio para tranquilizarlo, luego volvió la cabeza para mirar a Alejandra y dijo, -Estoy muy interesada en el puesto de subdirector general. ¿Qué te parece que me haga cargo?-
Alejandra estaba atónita y le dio a Clara una mirada increíble. Luego, había excitación en sus ojos, y ella siguió asintiendo, -Está bien, por supuesto!¡Eres más adecuada para esa posición que Elisa! Clara, eres tan ambiciosa…¡Yo te apoyo!-
-Tranquila, todavía es un poco pronto para derrocarla.-
Clara entrecerró los ojos, lo que dio un indicio de peligro.
Alejandra hizo un gesto con la mano con indiferencia, -No te preocupes, incluso si no funciona ahora, tómate tu tiempo. De todos modos, deja que esa mujer viciosa sufra!-
-Yo también lo creo.-
Clara sonrió y miró a Antonio. El hombre la miró fijamente, con sus delgados labios ligeramente levantados, -Querida, haz lo que quieras hacer. Me encargaré de todo por ti, incluso si el fin del mundo.-
-Bien.-
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