En casa de Luisa
Joaquín se encontraba en arresto domiciliado, Esteban lo había arreglado de esa manera para ayudar a las chicas con los bebes, Oscar le había comentado como apoyaba a las chicas. Y se le ocurrió que de esa manera ellas estarían tranquilas.
-Joaquín me hablo el abogado me dijo que por la tarde vendría una persona para realizar un retrato hablado de las personas que vimos, Joaquín por favor cuenta todo- ella le preocupaba que Joaquín estuviera ocultando algo.
-no te preocupes Luisa hablare, por lo que me indicaron en la estación de policía mi caso no es tan simple y gracias a ese abogado mínimo no estoy encerrado ahí- él estaba dispuesto a decir acerca del tatuaje.
-bien me alegra escuchar eso- dijo esto y se recostó a dormir ella seguía teniendo el trabajo nocturno, era más fácil para ellas tener a Joaquín en casa, les apoyaba con las tareas domésticas y a cuidar a lo gemelos.
En la oficina de Julián
-joven Julián, porque está tomando es muy temprano para tomar venga le traje su comida no puede comportarse así- en cuanto llego Oscar lo empezó a regañar.
-déjame Oscar necesito el alcohol para respirar en este momento, mejor ven y acompáñame- dijo y lo abrazo queriendo servirle un trago.
-Julián que te pasa no eres así, desde cuando necesitas el alcohol para respirar- no entendía que tenía Julián.
-Oscar sabes quién es el padre de los hijos de Luisa – a Oscar esa noticia le cayó como balde de agua fría, y no sabía cómo reaccionar, así que solo negó con la cabeza.
-bien, Esteban insinúa que son mis hijos ¿puedes creer eso? está loco ¿verdad?- Oscar sabía que tarde o temprano se darían cuenta ya que estaban investigando a los tres jóvenes.
-¿y qué piensas?, ¿crees que sean? -pregunto con mucha cautela.
-¿Qué pienso?, no lo sé por eso necesito el alcohol – dijo en un grito
-¿y qué pasaría si en verdad fueran sus hijos?- Julián abrió los ojos con esa pregunta le estaba asegurando que si lo eran, él era muy inteligente y sabía leer entre líneas y Oscar siempre lo pasaba por alto.
-que sabes habla Oscar- le ordeno. Oscar pensó que ya había metido la pata, que dijera lo que dijera no le creería si no le satisfacía la respuesta así que decidió hablar.
-joven, mi esposa me dijo que conoció a la pequeña Uri pero no al niño ¿verdad?- dijo y empezó a buscar en su celular una foto de Ian y él ya le había tomado foto al retrato de Julián de bebe.
-habla sin rodeos sabes que no lo soporto- Oscar se acercó a él y le mostró la fotografía de Ian.
-el es Ian el hijo de Luisa- a lo que Julián solo contesto-¿y? -Oscar suspiro y prosiguió- vea bien la foto y me tome el atrevimiento de sacar una foto de la fotografía de usted de pequeño- dijo esto y busco la foto para mostrarla.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: EL CEO Y LA HUÉRFANA