EL CLUB DEL DESEO romance Capítulo 6

—Te gustó la chica, ¿cierto? — Gael miró a su amigo y sonrió.

—Joder, ¿la has visto? Esa mujer es la más hermosa que he visto en mi puta vida.

—Sí, la he visto y tienes razón, es muy hermosa, pero también vi que es muy inocente Gael, ella no es para ti — Gael frunció el ceño al oírlo — No hagas esa cara, sé que eres un buen hombre, eres justo, no mientes, eres un gran jefe, y un puto genio para los negocios del Club, pero también sé que eres un mujeriego, que no te gusta las relaciones con una sola mujer, que no eres fiel, así que ella no ella no es para ti, a kilómetros se nota su inocencia, su pureza, su ingenuidad, su dulzura, así que será mejor que lo dejes ahí. — Gael sabía que Mason tenía razón.

—Lo sé, no te preocupes, no pienso meterme con ella, pero es que ella es algo tan maravilloso, pero no voy a corromperla, voy a respetarla, incluso cuidarla y protegerla del imbécil que tiene como padre, ese hombre no me da buena espina Mason, si quise matarlo al oírlo ofrecerme a su hija, ahora que sé quién es, más quiero matarlo ¿cómo hay seres humanos tan malditos que son padres? Hay unos que desean ser padres y la vida no les da ese privilegio, y a los que sí, muchos no merecen ese título. — Mason asintió, Gael tenía razón.

—Aún no lo sé amigo, yo también me he preguntado lo mismo muchas veces, pero creo que es una pregunta para la cual no tenemos respuestas.

—Lo sé, ahora voy a ver a ese hombre, tal vez ahora con un poco menos de alcohol en su organismos se comporte mejor.

—¿Quieres que te acompañe? — Gael negó con la cabeza antes de hablar.

—No, quiero que te encargues de las cosas de Audrey, para que todo esté listo para cuando ella entre. Además hay que llamar a 3 de las mujeres que vinieron hoy, para que también entren el lunes, las tres que creía mejores están en un círculo, comprueba a ver qué te parece y luego haces las respectivas llamadas, de las que vienen mañana escogeremos también. Quiero más modelos, así si alguna se va, no tenemos que buscar a nadie.

—Es una buena idea, ya mismo me voy a poner eso.

—Gracias Mason. — Gael salió de la oficina, no podía dejar de pensar en las palabras de su amigo, realmente tenía razón, pero es que la muy condenada estaba tan hermosa, buena y perfecta, pero ella estaba prohibida, él no era para ella, así que debía mantenerla largo de él.

En cuanto llegó a las pequeñas celdas que tenía, se fijó sin ningún tipo de disimulo en el hombre y ahora que conocía a Audrey, sí tenían cosas parecidas.

—¿Te han traído algo de comer? — trató de ser algo amable, cuando lo único que deseaba era golpearlo.

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