EL CLUB DEL DESEO romance Capítulo 8

Tal y como Gael dijo, no bajó al club en toda la noche, realmente estaba cansado, tenía años que no se tomaba una noche, pero no sentía bien, su cuerpo aparte de estar cansado, se sentía algo débil, con sueño y pesadez, por lo que algo se alarmó en él.

—!Mierda! No me puedo enfermar, además soy un hombre sano — se dijo así mismo, pero buscó unas pastillas se las tomó y decidió acostarse y descansar, tal vez era eso lo que su cuerpo necesitaba, para poder sentirse mejor.

Al día siguiente aunque no sé sintió perfecto, sí, se sentía mucho mejor, cuando se bajó de la cama y vio la hora se sorprendió. Eran las dos de la tarde, buscó su teléfono celular que había puesto a cargar desde que él subió a su casa.

Tenía varias llamadas perdidas tanto de Rachel, como de Indiana y puso los ojos en blanco.

También tenía un mensaje de Mason.

"Creo que sigues fuera de servicio ?? descansa amigo, lo necesitas y no te preocupes por nada, yo estaré al pendiente de todo y Jenny va ayudarme."

Gael sonrió, ¿Qué haría sin su amigo? Pero su sonrisa se borró cuando recordó que hacía dos horas Audrey había llegado, por lo que corrió a bañarse y alistarse para un nuevo día de trabajo, quería ver su comportamiento después de lo de ayer.

Se visto con un traje de tres piezas azul oscuro con rayas, una camisa blanca sin corbata, su loción no podía faltar.

Bajó muy ansioso, no sabía porqué, pero quería verla.

Saludó a todos como era su costumbre, aunque esta vez ellos lo miraban sorprendido, el jefe nunca se tomaba un día o una noche.

Gael no vio a Mason por ningún lado, supuso que estaría en la oficina, pero lo que más buscaban sus ojos era una hermosa castaña de ojos verdes.

Dio varias vueltas al lugar y no la vio, sólo vio a Lili conversando con José y estuvo tentado a ir y preguntarle por Audrey, pero ya había perdido mucho tiempo buscándola, frustrado sin saber la razón entró molesto a su oficina, quedándose anonadado con lo que sus ojos veían, ¿acaso estaba muerto y se había ido al cielo?

Audrey estaba malditamente sexy limpiando su oficina, al parecer cantaba muy bajito y se movía al ritmo de una música que él no escuchaba, fue cuando notó que traía audífonos. Tragó grueso al ver como se inclinaba para limpiar su gran escritorio, uno en dónde podía acostarla y abrirla de piernas, para follarla una y otra vez. Había visto miles de veces a Lili con ese uniforme tan provocativo, pero nunca en su puta vida se había excitado tanto al verlo puesto en alguien, ni con sus hermosas bailarinas que siempre terminaban en una lencería muy sexy.

Gael recorrió las largas y hermosas piernas de Audrey, y aunque una parte de él le decía que se fuera y la dejara hacer su trabajo no pudo, se acercó muy lentamente a ella, cerró sus ojos al percibir un olor de coco y vainilla.

Levantó sus manos, quería tocarla sentirla, pero sabía que no era correcto, por lo que se detuvo inmediatamente y muy suave tocó su hombro.

Audrey que estaba muy concentrada brincó del susto, y se giró de inmediato, observando que su jefe estaba muy cerca de ella, estaba malditamente guapo.

—Lo siento, no quise asustarte.

— No hay problema, no le sentí llegar, además Mason me dejó poder usar mi celular para escuchar música. — dijo como disculpándose y explicando por qué tenía audífonos, Gael la miraba embobado, cosa que la estaba incomodando, ¿por qué sigue tan cerca?

Audrey no había podido dejar de pensar en él luego de lo que había visto, hasta en los malditos sueños apareció, sueños en los que él la penetraba y ella gemía sin parar.

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