El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 21

Hedi y dos guardaespaldas venían aquí con prisa corriendo y jadeando.

Qué vergonzoso que Senda corría demasiado rápido que otros quienes hacían ejercicio todos los días casi no podían alcanzarlo. ¡Qué vergüenza!

Pero, qué estaba pasando Mauren. ¡Qué pobre estaba!

Senda recogió a Mauren con una mano, caminando hacia Vinay.

Mauren parecía super débil sin fuerza, y se acostó entera encima a Senda, desapareciendo poco a poco la conciencia.

Pero ella todavía se podía sentir que Vinay estuviera super asustado, y Bita temblando su cuerpo, nada de oculta.

Todos tienen miedo a este hombre quién empoderado por Díos.

Vinay observó a Senda viniendo a su lado sin poder hacer nada. Él quería dar unos pasos atrás, pero no se movía por la razón de que sus piernas estaban sin ninguna fuerza.

Senda Se detuvo frente a Vinay. Vinay jadeando dijo con voz alta -La primera regla de nuestra familia es que está prohibido lastimarse mutuamente entre toda la familia. ¿Senda, mi hermano, todavía recuerdas de eso?

Si su voz no estaba temblorosa, su respiración no estaba jadeando, y sin la cara tan blanca, Sería más convincente.

Senda apretó los puños, como si estuviera listo para luchar.

Vinay estaba muy asustado como si no pudiera estar de pie, y le dijo a Senda- ¡Senda! Es la puta chica me provocó primero, además ella me abofeteó. ¿Por qué no puedo devolverla? -

Senda apretó los puños con más fuerza, y se levantaron sus manos.

Vinay casi se arrodilló por él. Con la situación más urgente, el gritó con miedo – Hermano Senda, nuestra abuela está muy enferma. Voy a verla todos los días. ¿Si supiere que tenía herida, deberá…? ¡Oh! –

Le dio un puñetazo en el estómago. A Vinay le dolaba muchísimo. Él se agachó bajando junto con los sudores fríos.

Aún estaba con tanto sufrimiento, él no podía pedir perdón a su hermano, porque él también era el segundo hijo de la familia Pérez, no quería dejar de su orgullo.

Vinay se quedó callado, miró fijamente con enojo, pero no se atrevió a decir ni una palabra.

En realidad, Senda no lo golpeó con más fuerza, él todavía tenía clemencia por la causa de la enfermedad de su abuela. Si no consideraba de eso, lo contrario, un puñetazo podría dejar a Vinay quedarse en el hospital.

Vinay lo sabía claramente que no podía vencer a Senda, por la razón de que no había nada de sus compañeros, y no ayuda para él.

Pero nunca lo olvidaría de este puñetazo en aquel momento. En cualquier día, iría a devolverlo a diez veces.

- ¿Su mujer? - Senda fijó todas las miradas en Bita López.

Bita estaba asustado por su mirada despiadada temblando y casi dobló la rodilla.

Este hombre era frío de verdad, y su frío hacía toda la persona intranquila, hacía todos no atreverse a mirarle directamente.

- Yo… yo no soy… -

Vinay dijo con voz ronca - Sí, ¿qué va de eso? ¿Cómo se compara mi mujer con la fea tuya? –

Se negó a conceder la competencia, porque Senda no hacía más a él, no podía hacer más, por la causa de su abuela.

Vinay apretó el puño y quería levantarse, pero era verdad que su estómago le dolaba mucho que no pudiera estar de pie.

-Bien-.

La palabra -bien- de Senda era muy confusa, nadie lo sabía el significado. Todos estaba asustados.

Senda abrazó a Mauren quién estaba casi comatosa caminando hacia el coche.

Se fue, y sólo quedaba la oración más fuerte que -lo que pasa a mi mujer, le devuelvo a diez veces-.

-SÍ-.

Aunque se fue, pero todavía quedaron Hedi y sus dos guardaespaldas.

Vinay estaba muy enfadado con la cara de acelga y dijo- Senda, ¿Cómo te atreves a hacerlo? Si lo haga, iré a llamar nuestra abuela. Yo… ¡Dejadnos salir! –

- ¡Que No! Senda, nada de mí, no soy la mujer de Vinay. Sendra, dame una oportunidad-.

Bita fue capturado por los dos guardaespaldas asustando y temblando – no quiero… -

- ¡Hedi, no te pruébelo!¡Si intenta hacer cualquier daño a ella, te moriré seguramente!

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