El corazón de Señor Peréz romance Capítulo 473

Al día siguiente, al anochecer, Hedi entró por la puerta con un montón de cosas.

Mauren estaba preparando la cena para Senda y volvió justo a tiempo para ver a Hedi salir de la habitación del hospital, con un montón de papeles en la mano.

-¿Qué es eso?- Se acercó rápidamente.

No sabía por qué, pero sintió que pasara algo.

La cara de Hedi no era muy agradable, obviamente decepcionada, pero aun así mostraba respeto al ver a Mauren.

-Unos documentos firmados por Senda.-

Hedi la miró y quiso hablar, pero, al pensar en lo que Senda le había explicado, tuvo miedo de decir algo.

-Olvídalo, Mauren, entra y ocúpate de él. No sé qué pasó ayer, su herida se agravó. El médico le dijo que descansara, pero no me hizo caso.-

Solo había una persona en el mundo que podía hacer que Senda se comportara.

-¿Qué son estos? ¿Qué documentos?-

Cuanto más quería Hedi evitar hablar del tema, más se angustiaba Mauren.

Recordó lo que Senda había dicho ayer y ella entró en pánico, -¿Es...?-

-Sí, Senda firmó el acuerdo de la transferencia de acciones.-

De hecho, Hedi estaba bastante decepcionado porque Senda había renunciado a todo, y eso tendría un impacto demasiado grande en la vida de Senda.

Como uno de sus hombres, por supuesto que no quería que eso sucediera.

Sin embargo, como era la elección de Senda, Hedi solo podía apoyarla.

-Senda transfirió todas sus acciones del Grupo Pérez a Orson, y también presentó su dimisión de su cargo como presidente del Grupo Pérez.-

-Senda no volverá a Ciudad Norte y, a partir de ahora, te acompañará para siempre.-

Hedi miró a Mauren y no tuvo más remedio que dar su bendición, -Mauren, no vuelvas a escapar, y no quiero que Senda viva tristemente de nuevo.-

-Aunque huyas, seguirá buscándote día y noche. Ahora que Senda no quiere nada, entonces luego te buscará más locamente.-

Ella podía imaginar los días en que Senda iba a todas partes del mundo, buscando a tientas para encontrarla.

¿Querría realmente ver a Senda así?

-Y, Mauren, ¿podrías rogarle a Senda que me deje seguirle?-

Hedi tenía miedo. Senda ya no quería nada, ¿acaso no los querría a sus hombres tampoco?

Habían seguido a Senda durante diez o casi veinte años.

Si Senda no los quería, en el futuro, realmente no sabían dónde iban y qué iban a hacer.

-¡Tonterías!- Lo que Mauren pensaba ahora no era qué harían ellos en el futuro, sino cómo podrían permitir que Senda firmara esos acuerdos.

-Espera un momento. No envíes los acuerdos y voy a hablar con él.-

-Es inútil.- Hedi le sonrió sin remedios, -Mientras no quieras volver con él, seguro que no le servirá todo esto.-

-Mauren, el temperamento de Senda, ¿no lo sabes?-

... Mauren estaba un poco amargo cuando entró en la sala.

Al ver que Senda se cambió de ropa, se asustó, -¿Qué más quieres hacer?-

-Nada, solo cambiarme de ropa.-

-¿Adónde vas?- ¿Por qué se cambió de ropa?

Sin embargo, Senda le cogió la mano con cara seria, -Tengo miedo de que salgas de repente, así que me cambiaré de ropa primero, para que al menos cuando salgas, pueda perseguirte decentemente en lugar de con un traje de enfermo.-

Las lágrimas que había ocultado durante tanto tiempo finalmente rodaron por su cara.

¡Este hombre, el loco!

Sí, desde el primer día que lo había conocido, había sabido que la sangre que corría por sus huesos estaba más loca que nadie.

Ella había tenido angustia, desesperación, felicidad y dificultades.

¿Era cierto que existía la opción de perdonarlo y de volver a empezar con él?

Pero, ¿qué pasaría con aquellos, a los que había herido ella y que había permitido dar esperanzas?

A primera hora de la mañana del tercer día, Mauren vio al hombre al que había dado esperanzas y que fue herido por ella.

Estaba de vuelta.

-Lo siento.-

Al verlo, las lágrimas rodaron por el rostro de Mauren.

-¿Me dices eso porque has decidido estar con ese tipo?-

La mirada de Noan era ligera, ni triste, ni molesta, ni enfadada, como si ya hubiera adivinado este final.

-En realidad, esto es bueno, al menos, ya no necesito tener presión.-

-Noan...- presión, ¿qué significó eso?

-Porque sé que no me quieres y solo me consideras como un amigo, un muy, muy buen amigo.-

Noan exhaló y miró al cielo. Luego la tristeza de esa mirada quedó completamente oculta al mirar hacia abajo.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El corazón de Señor Peréz