Una voz muy bonita. Baja y profunda, con un poco de sensualidad. Muy adecuada para un locutor. La voz también era joven.
Laura dio un paso atrás. Dijo nerviosamente en voz baja -Sí.-
Después de decir eso, levantó la cabeza. Pero vio sus labios fuertemente fruncidos. La impaciencia en los ojos parpadeó. Los labios mostraron un indisimulado sarcasmo. -¿Sabes lo que debes hacer?-
Laura percibió que era un hombre severo. Por un momento se sintió demasiado asustada para decir algo.
-¿Qué? ¿Eres tímida? - La mano de él le acarició suavemente la barbilla. -Levanta la cabeza.-
Laura se vio obligada a levantar la cabeza y mirarle a los ojos. Nerviosamente tragó saliva.
-Hmm. No tienes mal aspecto. ¿Te has duchado? -
El corazón de Laura latía como un tambor. -Sí.-
-¡Vamos! Al dormitorio. La voz del hombre seguía siendo baja y golpeaba los oídos de Laura .
-¡Sí! -Ella era obediente. Sabía que tenía que ganar ese dinero para salvar la vida de su hermano inmediatamente.
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