El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 20

-Laura levantó la cabeza y miró a Max con seriedad. No había rastro de obscenidad en los ojos, y en cambio, eran tan claros como un joven. Laura estaba segura de lo que pensaba en su corazón, y dijo a la ligera, -Gerente Max, a veces supone un gran cansancio fingir ser sátiro. Será tan bueno ser quien eres. ¿No estás cansado así? -

Obviamente no era el que solía mariposear, ¡pero fingía ser así!

-¡Ah! - Max se quedó un poco atónito, riendo por un momento. "¡Laura, me has sorprendido realmente! ¡Parece que me conoces bien! -

Max se puso de pie y se sentó junto a Laura, muy cerca ...

Laura dio un paso atrás para mantener la distancia. Él se sentó hacia delante de nuevo y Laura se alejó otra vez hasta que se retiró al final del sofá ...

-Laura, ¿crees que yo soy guapo? - Le preguntó Max a Laura con seriedad.

-¡Claro! - Respondió ella. -¿Pero puedes sentarte ahí? -

Murió de vergüenza. Fue la primera vez que estaba tan cerca de un hombre, y no se acostumbraba.

En el otro extremo, una mirada aguda se disparó hacia ella. Las comisuras de los labios de Max se curvó con una sonrisa impredecible. Siguió moviendo. -Laura, ya que también piensas que yo soy guapo, ¡sé mi novia entonces! -

-¡Ah! - Laura se sorprendió. -¡Gerente Max, es el mejor del mundo su nivel de hacer bromas! -

-¿Tienes novio? -Max alzó una ceja.

-Eso no es cierto. ¡Gerente Max, no me hagas bromas! -Laura se levantó porque no quería hablar las cosas inexplicables con este hombre desvergonzado. Si se sentase tan cerca de las mujeres en el banquete, comenzarían a mirarlo enojadamente.

Inesperadamente, tan pronto como alzó el cuerpo de pie y notó la mirada inquisitiva que venía de todos lados al mismo tiempo, Laura se puso nerviosa y casi tropezó.

-¡Ten cuidado!", Max la abrazó y sostuvo su cuerpo. -Laura, dije que tuvieses cuidado. Todavía no he propasado contigo y estás tan asustada. -

Laura frunció el ceño, avergonzada. -¡Lo siento! -

Ella quería levantarse, pero él le dobló la cintura. No pudo sostenerse y se acostó en los brazos del hombre. -Jaja, ¡me gustan las que toman la iniciativa! -

Maxno se olvidaba de fijar la mirada en Oscar que estaba bebiendo en el otro extremo del banquete. Sonrió con extrañez y le abrazó a Laura con más fuerza. Su barbilla se colocó deliberadamente de manera ambigua en el hombro de Laura. El largo cabello de la chica a él le cubrió precisamente los labios. No obstante, se vio desde el otro lado que pareció que se besaban con intimidad.

Maxse estremeció de repente cuando le pasaron las miradas frías de Oscar. Estaban tan frías como si le hiciese que volviese de repente al pasado. ¿Desde cuándo Oscar era tan importante para Laura?

-¡Gerente Max, déjame ir!- La voz de Laura se había bajado porque estaba a punto de morir de vergüenza.

-¡Está bien! ¡También creo que es aburrido charlar así! -Max cambió el espíritu maligno en ese momento y soltó la mano de una manera serena, mirando a Laura con los ojos puros.

La cara de Laura se sonrojó y murió de vergüenza. Tan pronto como adquirió la libertad, inmediatamente huyó y se sentó en el sofá al otro lado lejos de él.

Y la mirada que venía del salón era como una flecha afilada manchada de veneno, y no podía esperar para matar a Laura. ¡Pensaba que deberían ser de las admiradoras de Max!

Cuando se quedaba de piedra, vio a un hombre que caminaba en frente no muy lejos, apuesto y erguido. Las miradas de todos en el pasillo siguieron sus pasos. Cuando anduvo hacia el lado de Laura y Max como un rey, Laura reaccionó y se puso de pie. -¡Presidente! -

-¡Hola! Oscar, querido, ¿por qué tardas en venir aquí? - Max dijo con intención porque creía que debería haber venido cuando estaba abrazando a Laura hace poco.

La mirada de Oscar pasó sobre la cara ruborizada de Laura. Cuando notó su rostro blanco que parecía haberse pintado un poco de polvo, frunció el ceño.

Luego miró a Max fríamente, que estaba sentado al lado. -¡Eres aburrido! -

-¡Por eso charlé con Laura! -Max hizo encogimientos de hombros. -¿De verdad, Laura? -

-¡Ah! - Laura no sabía qué decir. No pudo decir nada y le miró cuidadosamente a Oscar. La luz brilló en su rostro. Era un rostro naturalmente frío, no tan blanco y hermoso como Max. La cara de tez clara y seriedad tenía la indiferencia y la agudeza después del bautismo de viento y escarcha. Contaba con los rasgos faciales tallados. Bajo las espesas cejas negras, un par de ojos eran como un estanque profundo sin fondo. Tal vez los labios poco fruncidos se debiesen a la indiferencia de tiempo largo, por lo tanto, las comisuras de sus labios se inclinaban ligeramente. E incluso si estuviese frente a su amigo Max, la frialdad de su rostro jamás se desvanecería.

-¡Oscar! ¡Eres demasiado serio, que has asustado a Laura! - Diciendo en broma, Max entrecerró un par de ojos atractivos como las flores de melocotón y le miró a Laura que retorcía las manos.

Todos miraron hacia aquel lado. Oscar y Max estaban sentados frente a la chica vestida ordinariamente al mismo tiempo. ¿De dónde era?

-¡Presidente, Gerente Max, si me disculpan! - Laura se dio cuenta de las miradas y se levantó apresuradamente, porque no quería estar con ellos y caminó hacia el balcón fuera del salón como para escapar, evitando los ojos terribles.

Pasó rápidamente un rastro de frialdad en la expresión de Oscar, y en un minuto volvió a la normalidad. Le miró a Max a la ligera y dijo -¡No flirtees con ella! -

-¿Por qué? -Max alzó las cejas. -¡No hay muchas mujeres como Laura que sean tan inocentes! -

-Si quieres jugar, ¡juega con otras! - Advirtió Oscar. -¡Con ella no se puede! -

-Oscar. - La voz clara fue acompañada por la sonrisa perfecta de Max.

No obstante, Oscar respondió solamente con frialdad -¡Recuérdalo! -

-Oscar, estás enojado. - Sensiblemente consciente de la alienación en su tono, Max recordó la mirada cuando la abrazó a Laura. La sonrisa desapareció en su rostro y él dijo en serio -¡Está bien! Ya que es la mujer tuya, no haré nada. ¡Lamento mi amor incondicional! Pero Oscar, ¿Laura es verdaderamente tu mujer? -

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