El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 22

-¿Por qué? - Un destello agudo brilló en los indiferentes ojos negros de Oscar.

La mirada helada era como la escarcha y la nieve en este invierno. Frías. Además de la indiferencia en los rígidos rasgos faciales, parecía que había un rastro de emoción inexplicable. -¿Debido a que te besé anoche? -

-¡Uh! ¡Presidente, no soy apta para este trabajo! - ¡Vino a trabajar en vez de ser acosada!

Una pizca de malicia surgió en los ojos de Oscar. -El proyecto de cooperación del Grupo WVL ya ha comenzado. ¿A quién quieres que le entregue yo? ¡Secretaria Laura, puedes dimitir y primero compensar las pérdidas de la compañía con 3 millón euros! ¡Tráelos y te irás inmediatamente! -

-¡Ah! - Laura casi pegó un grito. -¿Dónde está la pérdida de la empresa? -

-Ha pasado una semana, secretaria Laura. Me dejas cambiar de personal de repente, y ¿sabes cuántas oportunidades traerá esta semana? La ropa de invierno saliendo al mercado ganará el beneficio de cientos de millones cada día. Demoras una semana. ¡Es lógico pedirte 3 millón euros! -

-¡Eres irrazonable! - Se enojaba Laura.

-¡El negocio solo habla de reglas y ganancias! -

-¡No tengo dinero! - ¿Adónde iría a encontrar 3 millón euros? ¡No tenía 3 mil euros incluso!

-¡Entonces rechazo tu renuncia y vuelve a trabajar de inmediato! -Dijo fríamente Oscar.

Una expresión equívoca apareció en su rostro frío, y pasó una luz brillante en sus ojos.

Su aparición hizo que Laura entendiese claramente que el hombre ante ella se lo propuso con intención y sabía que ella no tenía dinero. -¡Lo hiciste a propósito! -

Apretó los puños a los dos lados del cuerpo. Se contenía, muy enojada.

Oscar guardó silencio y se puso de pie de repente.

Laura se encogió de miedo.

Las comisuras de su boca se curvaron inmediatamente y la luz en sus ojos era complicada y difícil de distinguir. -¿Te asusto? -

-¡Me voy a trabajar! - Se dio la vuelta abruptamente. Ya que la renuncia no fue aprobada, dimitiría después de terminar el proyecto de cooperación.

Laura salió de la oficina del presidente, abatida.

-Laura. ¿Qué dijo el presidente? - Pocas veces se vio que la secretaria Leila se interesó por los chismes.

-Secretaria Leila, ¿es cierto que cualquier que dimita tiene que pagar a la empresa 3 millones de euros? - Dudaba si la empresa Grupo Rasgado se había desarrollado a través de ese tipo de fraude, que era simplemente horrible.

-¡Ah! - La secretaria Leila estaba asombrada. -¿Por qué dices eso? ¿El presidente quiere que pagues 3 millones euros? -

-¡Finge que no te pregunté! - Ella, deprimida, no quería hablar demasiado sentada en su asiento.

Leila parpadeó. Fue la primera vez que escuchó tal rumor que el presidente se negó a dejar que sus subordinados renunciasen. ¿Había existido realmente alguna relación especial entre el presidente y la secretaria Laura?

-¡Buenos días! -Iris había llegado también. -¡Hola! ¡Laura! ¿Qué te pasó ayer? ¿Por qué no te encontré? -

-Estoy bien. ¡Estuve allí ayer! -Mintió.

-No es cierto. Laura, querida. ¡Pareció que te había ido desde hacía mucho tiempo! - Interrumpió una voz masculina con carcajadas.

-¿Querida? -Leila y Iris se quedaron con bocas abiertas.

-¡Sí! Querida Leila, querida Iris. ¿Estáis bien? -Max las miró vigorosamente a las tres mujeres, llamándolas queridas a todas.

Leila y Iris se miraron y todos entendieron que las habilidades de hacer bromas de Max eran comparables a las del Invencible de Oriental (Invincible East) en la novela..

Laura lo miró débilmente a Max que bromeaba y no dijo nada.

-¿Qué pasa? ¿Estás enfermo? - Le preguntó Max preocupado por la situación de Laura.

-¡Empiezo a trabajar! -Laura negó moviendo la cabeza con frustración.

-¡Pero no pareces bien! -Max estaba un poco confundido. -¿Qué pasa? -

-¡Estoy bien! ¡Voy a hacer café! -Laura hizo pucheros. Sacaron provecho de ella y quiso renunciar. Ese tipo quería pedirle una compensación en realidad, pero ella se vio obligada a ser besado. ¿A quién podía acudir para una compensación?

Pensando en trabajar en la empresa Grupo Rasgado en el futuro, Laura ni siquiera podía sonreír.

-¡Dame una taza de café! -Max vio que ella no quería decir, y luego fijó la mirada en las otras dos mujeres.

Leila movió la cabeza y Iris se encogió de hombros sin saber qué había sucedido.

-Entonces me voy a la oficina del presidente. ¡Queridas, adiós! -Max anduvo hacia la oficina con mucha elegancia.

Laura trajo el café de la mañana a la oficia del presidente. Llamó a la puerta y entró. Max se sentó en el sofá y Oscar, también lo hizo.

-¡Presidente, café! ¡Gerente Max, café! -Después de hablar con formulismo, Laura estaba a punto de irse, pero Max la detuvo.

-Laura, ¿qué te pasó hoy? ¡Pareces un poco extraña! -

Max lo miró a Oscar cuando la hacía preguntas, pero no había nada fluctuación en sus ojos.

-¡Todo bien! - Sonrió Laura. -¡Me voy a trabajar! -

-Secretaria Laura, ve al Grupo WVL hoy. Apresura el proyecto de cooperación lo antes posible. ¡Espero que tengan un plan práctico y efectivo! - Le dijo Oscar cuando Laura iba a partir.

-¡Sí!- Laura asintió con la cabeza, pero calumnió en su corazón. Este hombre era realmente más astuto que un zorro.

-Yo también me voy. Laura, ¡te llevaré allí! -Max tomó un sorbo de café y se levantó del sofá.

Oscar lo echó un vistazo. Max se sorprendió por la luz fría que estalló en sus ojos, y luego siguió preguntándole como si no le tuviese miedo. -Oscar, ¿por qué me miras? -

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