El hombre con la máscara de zorro romance Capítulo 6

Cinco años después.

-Mamá. ¿Cuándo llegaremos a casa de tía Teresa? Extraño tanto a Teresa!

En el avión. un lindo niño de cinco años estaba sentado al lado de una joven. Inclinaba su pequeña cara hacia ella.

-Ya casi llegamos. Tienes que ser agradable y tranquilo, ¿de acuerdo? Teresa nos recogerá. Pronto podremos verla. Siéntate bien.

Laura sonrió con ternura. Mirando la cálida e inocente sonrisa de su hijo pero de repente se sintió triste. Los ojos también estaban vacíos. Como si intentara ver otra cara a través de este rostro infantil. Su hijo biológico. Su propio hijo...

"¿Dónde estás ahora? Perdóname. No sé dónde estás. Lo siento." Laura pensó.

Una lágrima bajó por su cara. Cada vez que pensaba en el niño que se habían llevado. Su corazón sentía tristeza. El odio hacia este hombre con la máscara de zorro cada vez más profundo. ¿Cómo podía ser tan cruel? ¡Dejó que madre e hijo se separaron!

-Mamá. Estás llorando!- La pequeña mano se acercó y limpió las lágrimas de los ojos de mamá.

-Mamá no llores. Iker es bueno. ¡Iker protegerá a mamá!-

-Buen chico. ¡No estoy llorando! ¡estoy feliz! ¡Por fin hemos vuelto! - Laura se secó las lágrimas y besó la cara de su hijo.

Ese niño que había recogido al lado del río cuando estaba desesperada. Nunca pensó que sería tan dulce. La acompañó durante cinco años y le dio una gran alegría como si su hijo hubiera vuelto a ella.

-Mamá. ¡Quiero hacer pipí!- Gritó el pequeño con el ceño fruncido.

-Bien, entonces. ¡te llevaré! -

-¡No! Iré yo solo. Iker es un niño. ¡Mamá es una niña!-

Iker negó con la cabeza con firmeza. Se desabrochó el cinturón de seguridad.

-¿Pero puedes hacerlo tú solo? -

-¡Iker es un hombre!-

El pequeño se deslizó más allá de Laura. Corriendo hacia el baño de atrás.

Y un hombre alto en la tercera fila detrás de Laura se ha levantado por casualidad. La frialdad del hombre hizo que los demás en la cabina no se atrevieran a mirarlo. Levantó la mano y miró el reloj de diamantes que llevaba en la muñeca. Sus cejas se fruncieron mientras caminaba hacia el baño.

A grandes pasos llegó a la puerta del baño. Empujó la puerta para entrar. Iker levantó la cabeza para mirar a este hombre.

-¡Señor, Iker llegó primero! Voy a orinar primero! Ponte en la cola!-

-¡Uh!- miró hacia abajo y se dio cuenta de que había un niño de unos cinco años cerca de él. Oscar levantó las cejas.

-¡Juntos!

Iker también levantó la ceja, siguiendo su movimiento. -¡Tú estás aquí y yo no puedo orinar! por favor, sal primero!

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