El Idiota De Mi Jefe (COMPLETA) romance Capítulo 3

El despertador fue a parar por algún lugar de mi habitación, no paso ni unos segundos y la alarma de mi celular empezó a sonar.

A regañadientes me senté en la cama y me tallé los ojos tomé mi celular y vi la hora.

Ahogué un grito al ver la hora -7:10- tenía solo veinte minutos para llegar a mi primer día de trabajo.

Salte de la cama y corrí al baño, esto fue un récord, en bañar me en tan solo 10 minutos.

Me puse un vestido liso sin ningún estampado, pegado de la cintura para arriba y de abajo suelto y unos zapatos bajos, no es de mi usar vestido, pero viendo en qué lugar empezare a trabajar tengo que aguantarme.

Salí de mi cuarto y fui a ver a mi madre, toque y abrí la puerta, seguía dormida la cheque y todo para ver si se encontraba bien, dejé una bandeja de comida con su medicina y salí de ahí.

Era temprano a sí que las calles estaban con poca gente y carros.

Mi celular vibra en mi bolcillo de que me ha llegado un mensaje.

Lili, hola soy Samantha solo para avisarte de que tu jefe ya llegó ¡tienes que estar aquí ya!

Le respondí al instante de que ya estaba en camino, el taxi paro enfrente del gran edificio y le pagué.

Entre rápido directo al elevador y presione el botón 30 que es el último, estaba inquieta y nerviosa no sabía cómo era mi jefe.

Lo más probable sería un viejo de unos setenta y cinco años amargado y gruñón, espero que no sea así porque si lo es regresaría a casa con un gran dolor de cabeza.

Las puertas se abrieron y caminé directo al escritorio que estaba alado de la gran puerta donde supongo yo estaba mi jefe gruñón y amargado.

Deje mis cosas arriba del escritorio y caminé quedando al frente de la gran puerta solté un suspiro y toque la puerta dos veces, un voz muy firme y fría se escuchó del otro lado.

Abrí la puerta que la cerré detrás de mí y miré a todos lados era como la oficina de Evan solo que éste tenía unos sofás con una mesa de centro y su propia mini cafetería, mi vista se quedó parada a la persona que se encontraba de espaldas mirando por la ventana, donde se podía ver toda la ciudad.

Caminé hasta quedar al frente de su escritorio y hablé.

—Buenos días, señor Luke.

Él se voltea y casi se me salen los ojos.

¡No.…! No.... Por qué...

—Buenos días señorita Lili -sonríe- o mejor dicho chica que pega a la gente con el carrito del súper

Me quedé muda, no por lo guapo que se vea con ese traje negro y ese cabello peinado que Dios mío, si no por lo que dijo.

Conste que fue un accidente no es que me guste andar por ahí como loca pegando le a la gente con el carrito del Súper.

Desvíe la mirada y luego lo volví a ver.

—Fue un accidente, hasta ya me disculpé con usted -dije sin más.

—Si más de una vez - se sienta en su silla- así que eres mi nueva secretaria.

—No... Sólo estoy aquí para que me diga que me gusta estar pegándole a la gente con el carrito del Súper.

Su rostro se endureció y me di un golpe a la frente mental mente.

Él era mi jefe ¡¡¡¡Dios mío!!!!…. no puedo hablarle de esa forma.

—Lo siento -me disculpe.

—Señorita Lili, espero que esté capacitada para este puesto, espero mucho de usted -asentí- soy muy estricto, y quiero que sea rápida en cualquier cosa y sobre todo bien atenta.

—Sí, entendido señor.

—Bueno, bienvenida.

—Gracias, señor Luke.

Tomo unos papeles y una agenda que ya había en su escritorio.

—Estos son unos documentos de un evento dentro de cuatro días, y este es mi agenda me estarás acompañando en todos los eventos, atenderás las llamas y agendarás cualquier cosa, el evento que se aproxima es muy importante que espero no llegues tarde.

—Dentro de cuatro días.

No... Esto no puede ser mi madre tiene cita en el hospital.

—Sí, algún problema -me mira arqueando una ceja.

—Bueno, es que tengo un asunto.

Su rostro se pone serio.

—Señorita Lili, si es una de esas personas que le da prioridad al novio que, a su trabajo, es mejor que se vaya buscar otro trabajo que... –lo interrumpo levantando mi mano moviendo la de un lado para otro.

—No, no tengo novio ni nada de eso, es solo que... –me muerdo el labio bajando la mirada.

—¿Tiene algún problema?

Suspiro frustrado.

—Dentro de cuatro días tengo que llevar a mi madre al hospital es un chequeo.

—¿Chequeó? Se puede saber de qué.

—Tiene cáncer -abre sus ojos impresionado- y nunca falta a sus citas ya que es muy importante, si decide despedirme está bien.

—¿A qué hora es la cita de tu madre?

—A las 5:00 de la tarde.

—Ok, el evento empieza a las 6:00 y no tengo planeado llegar puntual, así que puede ir con su madre.

Sonrió agradecida.

—Gracias.

El día pasó muy rápido y pensé que este sería un trabajo muy pesado, pero no, me equivoqué es muy fácil. Me la pasé contestando llamadas y viendo unos documentos de las finanzas de la empresa y etc.

Ya eran más de las tres de la tarde y ya empezaba a guardar mis cosas apague la computadora dejando en orden mi escritorio, cuando estaba por irme la puerta de la oficina de Luke se habré apareciendo el con un portafolio en una mano y su celular en la otra, por lo que veo el también ya se iba.

—Ya. –dice al ver que yo también ya voy de salida

—Ya. –respondo un poco nerviosa.

Caminamos al elevador y esperamos a que abriera la puerta, se abre y entramos uno en cada esquina mirando hacia al frente. Ninguno de los dice nada, el silencio reino en el elevador y para variar no era de esos elevadores con música clásica.

Jugaba con mis manos intentando distraer me y no mirar lo hasta que por gracia de Dios mi panza ruge pidiendo comida, pero no rugió muy bajo si no rugió tan fuerte que acabó con el silencio en el elevador.

Sentí como me sonrojaba apenada por qué esta mi jefe aún lado de mí. No paso mucho cuando siento su mirada en mi por unos instantes y luego ya no, las puertas del elevador se abrieron y el salió primero y luego yo, salimos del edificio y él se para de golpe haciendo que yo también parará de caminar.

Se gira y sus ojos buscaron los míos.

—¿Qué te gustaría comer?

Su pregunta me tomo por sorpresa que me le quedo viendo como tonta por un rato.

—¿Que?

Se lleva una mano a su nuca revolviendo su cabello.

—Que... Te invito a comer.

—Ah... No, quiero...

—Sera como darte la bienvenida.

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