El Idiota De Mi Jefe (COMPLETA) romance Capítulo 59

Siento como un hormigueo recorre todo mi cuerpo desde la punta de mis pies hasta mi cabeza, una y otra vez le daba vueltas en mi cabeza a todo esto, lo que haré lo que pasara dentro de unas horas.

El sudor en las palmas de mi mano no desaparecía, mi corazón palpitaba más rápido de lo normal, miraba por la ventana a toda esa gente con vestidos bien hermosos y trajes muy elegantes platicando y otros los que apenas llegaban saludando a los que conocían, trago grueso sin dejar de mirar, niños corrían en el pasto jugando a ladrones y policías.

Tranquilízate Lili, respira hondo

Una y otra vez me lo repetía para ver si dejaba de estarlo, pero en vez de eso más me ponía nerviosa, más me ponía aterrada y quien no lo estaría el día de su boda.

Respiro hondo una y otra vez, intento dejar mi mente en blanco, no me ando arrepintiendo de tomar esta decisión lo contrario de eso estoy más que segura que es esto lo que quiero, más que nada.

La puerta del cuarto donde me encuentro se abre, pero no miro quien es, me quedo aquí parada quieta viendo por la ventana a toda esa gente que ha venido por parte de las dos familias.

-Lili –dice muy bajo que poco alcance a escuchar, los nervios no desaparecen para nada- querida... -una mano con delicadeza toma mi hombro girando me despacio, lo primero que veo son sus ojos igualitos a los míos con un brillo que es imposible de poder ocultar, es ese brillo de una madre orgullosa y llena de felicidad, es ese brillo que está lleno de sentimientos eh emociones- mi niña hermosa... te vez tan bella.

Una sonrisa despacio aparece en mi rostro al escucharla, toma mis manos entre las suyas y se da cuenta de que ando temblando.

-Así mero estaba yo cuando me case con tu padre –una sonrisa melancólica aparece en su rostro- recuerdo muy bien lo nerviosa que estaba ese día, tu abuela no sabía que hacer conmigo ya que estaba muy pálida –suelta una risita- tenía miedo de tropezarme con el vestido y caer de cara al suelo frente a todos, tenía tanto miedo que... al ver a tu padre en el altar esperándome... -me mira- todo ese temor y nervios desaparecieron por arte de magia, el temor y nervios son de que estaba tomando una buena decisión en mi vida.

-Creo que me desmayare –suelto.

-No lo creo, eres fuerte mi querida hija, demasiado fuerte... además... -lleva una mano a mi vientre ya un poquito grande sonriéndome- esta hermosa criaturita y los otros dos que están haya bajo con tu hermano son la prueba de que no ahí dada de que preocuparse.

-Sé que no me estoy equivocando, pero... estos nervios no me dejan en paz.

-Lo harán –me da un beso dulce en la frente- estoy muy orgullosa de ti Lili y sé que tu padre también lo está, aunque no lo podamos ver él está aquí con nosotros, siempre lo ha estado.

-Como me hubiese gusta que aún lo estuviera. –sonrie y en ese momento la puerta es tocada dos veces para luego ser abierta, Amanda con un gran vestido negro con las mangas cortas de encaje de dama de honor aparece ante nosotras, una gran sonrisa se forma en su rosto al verme con el vestido de novios que por cierto es el que según... usaría para su boda que no era así, el vestido que estuvimos buscando era para mí, cuando me lo entrego y vi que era el que me había enamorado no deje de llorar.

-Debo de confesar que, aunque ya se te note un poquito esa pancita aun te sigues viendo súper mega hermosa y sexy en ese vestido –suelta maravillada acercando se a mí.

-Qué bueno es saberlo –suelto riendo, Amanda me abraza y yo respondo igual.

-No sabes lo feliz que estoy que seas tú la que haya elegido Luke como esposa, estoy feliz por ambos Lili.

-Gracias, Amanda.

Mientras llegaba el momento me la pase platicando con mi madre y Amanda para poder por lo menos estar un poquito tranquila, ellas no dejaban de preguntarme en donde pasaríamos la luna de miel que la verdad yo no tengo idea de donde será, Luke nunca me dijo donde la pasaremos en nuestra noche de bodas cada que le preguntaba cambiaba el tema con una gran facilidad, lo que, si se es que nos llevaremos a Mateo y Camila, ninguno de los dos queremos estar lejos de ellos así que no será como todas las lunas de miel, con el nuevo integrante a esta familia que está por venir no podremos hacer el amor por un largo tiempo, Luke no le importo eso, él quiere que este bien en mi embarazo para que cuando llegue el momento no tengamos un problema o algo.

Cuando nos enteramos de que un miembro más se uniría con nosotros Luke se quedó sin palabras, estaba tan feliz que en cualquier momento iba a explotar, hacia todo lo posible por estar en casa conmigo y con los niños, no quería perderse ningún momento de mi embarazo, cada que llegaba del trabajo se ponía hablarle a mi vientre de cualquier cosa, luego en brazos tenia a Mateo y Camila contándoles que tendría otro hermanito.

Ver a Luke así de feliz, me enamoraba aún mas de el, la forma en que mira a Mateo y Camila, la forma en que miraba mi vientre maravillado y la forma en mi dice una y otra vez lo mucho que me ama hace que mi felicidad aumente más y más.

Luke desde el primer día en que lo vi cuando sus ojos chocaron con los míos hizo un lazo que nadie y nada podrá romper fácil.

El hombre que amo como nadie en este mundo, es el hombre que ahora será mi esposo, es el hombre que a pesar de todo nunca se fue de mi lado que a pesar de los fuertes golpes que nos puso la vida con firmeza reclamaba su lugar a mi lado a mi vida.

Soy feliz más que feliz de dar este paso.

La hora llega y junto con mi madre y Amanda salimos del cuarto donde nos encontrábamos, bajamos la escaleras de la casa y paramos en la gran ventana de vidrio que daba al gran jardín de la casa adornada para la ocasión, una fila de árboles hacían un arco debajo de las cillas donde son ocupados por los invitados y el camino que me llevara al altar está marcado por pétalos blancos, de los arcos que forman las ramas de los arboles cascadas de flores caían danzando por la brisa, aun lado del altar se encontraba un violinista, un pianista y un guitarrista esperando la señal de su guía.

Poco podía alcanzar a ver, mi madre y Amanda se habían despedido de mi para ir a tomar sus lugares, yo esperaba a mi hermano que me llevaría al altar.

Jugaba con mi ramo de flores esperándolo, no miraba al exterior porque si no los nervios volverían.

-Se puede saber qué hace una mujer tan bella y hermosa aquí sola –alzo la mirada y veo a mi hermano apoyado en el marco de la puerta de cristal mirándome con una gran sonrisa.

-Estoy esperando aun tonto que dicen es mi hermano –suelto.

- ¿Tonto? –se lleva una mano al pecho fingiendo que mis palabras lo hirieron- me dueles, hermanita.

-Qué bueno.

Se acerca a mi mirándome de arriba hacia abajo aun sonriendo cuando está muy cerca de mi soy testigo de cómo unas lágrimas caen en su rostro una tras otras, entre abro mis labios a punto de decir algo que mis palabras se quedan atoradas en mi garganta pues, me jala hacia el para abrazarme escondiendo su rostro en el hueco de mi cuello, siento como todo su cuerpo tiempla y de eso sollozos escucho provenir de él.

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