El Invitado de La Boda romance Capítulo 18

Al día siguiente: 15 de septiembre, 2018

Nuevamente la alarma del despertador dicta que es hora de levantarse, pero a pesar de que me parece totalmente injusto el despertarme temprano; mi humor cambia por completo cuando le veo a ella durmiendo a mi lado en esta cama.

Es verle aun durmiendo boca abajo y semidesnuda lo que me hace sonreír. Pienso en la noche de anoche y vuelvo a sentir todas aquellas cosquillas por dentro. No solo hemos actuado como esposos frente al señor Winter y su esposa, sino que también hemos continuado con nuestro teatro en esta habitación. Nos hemos besado con ganas infinitas y hemos hecho el amor como si el mundo fuese a acabarse hoy.

—Buenos días hermosa. — Le susurro acercándome a ella.

Le escucho murmurar e inevitablemente mis dedos comienzan a acariciar suavemente su espalda. –Déjame dormir un momento más. — Me pide.

—Por mi te dejaría dormir todo el día, pero debemos irnos a trabajar; hoy es el último día de la convencion. – Le informo.

—Ya...— Se queja y finalmente se gira en la cama hasta que quedamos frente a frente. Se ve demasiado sexy y ni hablar de la manera que su cuerpo semidesnudo me provoca. —¿Por qué me miras así?— Me pregunta divertida y hace un intento por cubrirse con la sabana, pero lo le detengo.

—Déjame apreciar el paisaje divino que eres. — Le pido. Me acerco a ella y enredo mi pierna con las suyas mientras que uno de mis brazos rodea su cintura. –Daria lo que fuese por quedarme aquí contigo para siempre. — Confieso.

Se sonríe, pega su frente a la mía y lentamente roza la punta de su nariz con la mía –No me tientes Martin, sé muy bien lo que nos espera al regresar y no sé si estoy preparada para ello.— Me dice.

Quiero no dudar, quiero no tener miedo, pero me es imposible. Le escucho hablar de esta manera y no puedo dejar de preguntarme si al llegar a Orlando habrá un nosotros o ella simplemente se arrepentirá de todo y volverá a su vida habitual con Fernando. —¿No te estarás arrepintiendo de esto, no?— Cuestiono preocupado.

Son sus dedos los cuales rozan mi rostro delicadamente y cuando llegan a mis labios me hacen sentir que me quemo por dentro. –No, no me estoy arrepintiendo y no me arrepentiré de esto.— Me susurra.

Sus labios van acercándose mas a los míos, mis sentidos se anticipan a lo que viene, pero todo se desvanece cuando su boca se junta con la mía de una manera eufórica. Nos dejamos llevar mutuamente a lo que nuestros labios y cuerpo nos exigen y es así que terminamos fundiéndonos nuevamente.

[...]

Nuestro amanecer ha hecho que tengamos que apurarnos para llegar al centro de convenciones y ni siquiera tuviésemos tiempo para desayunar. –Iré a nuestro puesto, tu ve por algo de desayunar y me lo traes, ¿si? — Me propone antes de que pasemos las enormes puertas que marcan la entrada de la convención.

—De acuerdo, estaré contigo en un momento.— Informo y sin poder evitarlo me despido de ella con un casto beso.

El lugar esta abarrotado de gente y la tarea para llegar hasta el café más cercano parece ser una travesía en medio de la jungla. Afortunadamente los astros parecen haber alineado y llego al café justo antes de que se forme una fila infernal que quiera hacerme salir huyendo de aquí.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Invitado de La Boda