El Invitado de La Boda romance Capítulo 19

[Horas después]

La convención finalmente ha terminado, los negocios que habíamos comenzado a conversar parecen haber sido concretados y con esto supongo que nuestra misión ha sido cumplida con éxito.

—Tendríamos que disfrutar nuestra última noche en Las Vegas, ¿no?— Me pregunta mientras vamos de regreso a nuestras habitaciones.

Le sonrió a pesar de que detesto la idea de tener que regresar a la realidad y su mirada lo dice todo —¿Y tu plan es?— Cuestiono y muerde su labio inferior.

—Vayamos a una discoteca.— Propone y rio.

—¿De verdad?— Pregunto sin creérmelo y asiente.

—De verdad, nos vemos en una hora en el pasillo. — Dice firme y supongo que ya no tengo elección.

—De acuerdo entonces.— Digo entre risas y nos separamos para ir a nuestras habitaciones.

[...]

Pantalón casual color negro, camisa abierta del mismo color y blazer haciendo juego, ni muy formal ni muy deportivo. Le espero en el pasillo tal y como habíamos acordado, la espero en el pasillo. No pasan ni diez minutos cuando ella sale de su habitación y yo me quedo sin aliento.

—¡Wow!— Digo al ver la increíble manera que le queda ese diminuto vestido de lentejuelas color dorado. Ella se sonríe, se gira en su propio eje y mi mirada se deleita al darse cuenta que su espalda está prácticamente al descubierto en su totalidad.

—¿Te gusta?— Me pregunta caminando hacia mi sin dejar de mirarme y simplemente asiento.

—Me fascina, te ves deslumbrante.— Digo como puedo.

Es ella quien me observa ahora mas de cerca y se sonríe —Tu también te ves muy sexy.— Me dice y toma el cuello de mi camisa —Me gusta tu camisa así abierta.— Comenta y muerde su labio inferior.

—Hermosa, si no quieres que te lleve a la habitación ahora mismo, es mejor que nos vayamos.— Advierto y ríe.

—Vamos entonces, iré a tu habitación, pero mas tarde.— Explica y me hace ver que esta noche promete demasiado.

Es ir caminando a través de los casinos de los hoteles y sentir como la mirada de todos los hombres se centran en ella al verle caminar y eso sin importar que estemos caminando tomados de la mano como la pareja que queremos ser y no somos en realidad.

En realidad, no puedo culparlos, yo haría lo mismo y en cierta manera lo hice, después de todo ella es casada, ¿no?

Me tortura la mente saber que soy el otro en su vida, pero también se que esto no es un simple desliz ni mucho menos un juego, lo nuestro ha escalado tan rápidamente que no nos esta dando tiempo a darnos cuenta de la dimensión de las cosas. Solo nos podemos disfrutar, sonreírnos mientras cenamos antes de ir a la discoteca y conversar acerca de los muchos temas que parece que tenemos en común.

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