El Invitado de La Boda romance Capítulo 23

Algunos días después: 21 de septiembre, 2018

Ha sido la semana más tortuosa de mi vida, cada día en la oficina se me hizo eterno y no sé si fue porque apenas pude besarla o porque me mataba cada vez que él venía a buscarla para llevarla a su casa jugando a ser el matrimonio perfecto. Ella no ha dejado de repetirme a escondidas que no tenía nada de qué preocuparme, que es a mí a quien ama, pero los celos fueron inevitables cuando él la tomaba de la mano y se la llevaba cada tarde.

Un viernes más por la noche, uno que sabe diferente porque no tengo ganas de salir a ningún bar ni mucho menos hablar con nadie. Muero de celos con solo pensar que ella puede estar cenando con él y que después de algunas copas quizás terminen enredados en la cama. Sé que sería lo normal, que están casados, pero después de lo que hemos vivido y lo que ella me ha dicho, no podría superar el saber que han estado juntos una vez más.

Me sirvo una copa de vino y me siento en el sofá de dos piezas que he ubicado estratégicamente mirando hacia el vidriado de la sala. La vista me distrae un poco, el lago Eola se ve perfectamente iluminado por su inmensa fuente de agua ubicada en el centro del mismo, las luces de los edificios indican que la noche va comenzando y que alguna que otra fiesta ocurrirá en algunas de las discotecas ubicadas en las terrazas de los mismos. Me encantaría ir con ella a alguna de esas fiestas, bailar con ella pegada a mí y sentirnos libres como lo hicimos en Las Vegas, pero aquí todo es diferente, ella tiene una vida con él y yo solo puedo esperar a que esa vida termine para poder formar algún tipo de futuro juntos.

El ruido del timbre me toma por sorpresa y algo confundido dejo la copa de vino sobre el suelo y voy hacia la puerta, no se quien pueda ser…

Abro la puerta y no doy crédito a lo que veo, es ella y luce increíblemente hermosa con un mono color negro de pantalón largo y la parte superior sin mangas y con un trabajo de encaje sumamente sensual. –Hola.— Dice y se sonríe al darse cuenta con no digo nada.

—Hola, pero… ¿Qué sorpresa? ¿Cómo…? ¿Cómo has sabido donde vivía? — Pregunto entre risas nerviosas que le contagian.

—Tengo mis estrategias, pero ¿me invitas a pasar o me voy? — Me pregunta divertida y sin más, le tomo de la mano y le jalo para que entre al departamento, cierro la puerta con la ayuda de mi pie y sin darle tiempo a nada, enredo mis brazos en su cintura y le beso.

—Estaba pensando en ti.— Confieso sobre sus labios y se sonríe.

—Moría de ganas de verte.— Me confiesa y la manera que lleva sus brazos por encima de mis hombros y luego sus dedos comienzan a jugar con el final de mi cabello provocando que vuelva a sentirme vivo.

—Yo también, tenía muchas ganas de besarte y tenerte así de cerca, pero ¿me dirás como supiste donde vivo? Y sobre todo, ¿Cómo has logrado escaparte de tu casa? — Le pregunto y esa manera de sonreírme, me quita el aliento.

—Bueno, encontrar tu dirección ha sido fácil, solo busque tu expediente en la empresa. — Dice haciéndome sonreír. –Y se supone que estoy en una fiesta con algunas de mis amigas y que para no ir a casa después de beber, me quedare en casa de una de ellas, ya que vive en el downtown.— Me explica.

—Pero que lista has resultado para todo esto…— Digo acercándome a su boca –Entonces, ¿eso quiere decir que te tengo toda la noche para mí? — Cuestiono y es ella quien acorta toda la distancia entre nuestros labios para comenzar a besarme de esa manera tan perfecta que tiene de hacerlo y que me vuelve loco.

—Toda la noche…— Me susurra entre beso y beso y no sé si es que nos echábamos mucho de menos o que nuestros besos empiezan a subir la temperatura, pero terminamos desplazándonos por mi departamento mientras que nuestras manos van deshaciéndose de la ropa del otro entre una caricia y otra.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Invitado de La Boda