El Invitado de La Boda romance Capítulo 70

La fiesta ha transcurrido entre risas, baile, comida, y momentos increíbles con nuestra familia y amigos. No estoy muy seguro si hacer feliz a Alai Parker es mi misión en esta vida, pero sin duda alguna es una de las cosas que disfruto más. La recompensa que obtengo cada vez que ella es feliz, vale más que cualquier otra cosa en el mundo. Sus besos son una fuente inagotable de felicidad, sus dedos la sensación más increíble para sentirte vivo, y su manera de moverse sobre mí, aquella puerta al paraíso que solo se puede conocer en este mundo tan terrenal cuando estas tan enamorado de alguien como yo lo estoy de ella.

Se sostiene apoyando sus manos sobre mi pecho y con sus caderas me vuelve loco de la manera que solo ella puede y sabe hacerlo, se inclina un poco a mi para besarme y rápidamente regresa a su posición para hacer que cada movimiento sea tan perfecto como lo es ella —no tienes idea de cuanto es que te amo— le digo llevando mis manos a su cintura en medio de toda esta locura y la manera que echa su cabeza hacia atrás, hace que su cuerpo se mueva de tal manera que note el cambio que ha pasado en su cuerpo, pero es tarde para todo cuando todo mi ser se deshace por ella en un orgasmo que se sincroniza con el suyo y la hace gemir de la manera más jodidamente sensual del mundo.

—Ufff…— dice entre risas que son producto del placer y se deja caer sobre mi cuerpo para que yo la abrace fuerte.

—Aun sigue siendo tu cumpleaños… asique… feliz cumpleaños preciosa— digo divertido y se sonríe.

—Tu eres mi mejor regalo… bueno, tu y nuestro hijo— murmura agitada y me da un beso de esos que detienen el tiempo para después bajarse de mi y acomodarse a mi lado.

Los dos intentamos recuperar el aliento y nos acomodamos de lado para mirarnos el uno al otro sin decirnos nada, pero con el correr de los minutos, encuentro el oxigeno que me hace falta y llevo una de mis manos hacia su vientre —¿te diste cuenta? — le pregunto y de inmediato ella mira su cuerpo.

—¿Se me nota ya? — cuestiona y se acomoda en la cama para poder observar mejor esta área de su cuerpo y al darse cuenta de lo que le hablo sonríe triunfal —¡hijito! — exclama de la manera más adorable del mundo.

—Muero de amor contigo— le digo amarrando mis brazos a su cuerpo y la atraigo hacia mí.

—No lo puedo creer… se nota… poco, pero se nota— me dice con su mirada clavada en la mía y lentamente enreda sus piernas en mí.

—Me imagino como será nuestro hijo… me pregunto si será una niña igual de hermosa que tú, o será un niño…— comento enredando mis dedos en su cabello.

—No lo sé, lo que ya te dije antes es que me gustaría la parejita— me dice feliz.

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