El Jefe romance Capítulo 15

Ella sintió como sus brazos fueron liberados y en ese instante abrió los ojos, dándose cuenta que el hombre que la acosaba estaba golpeando brutalmente a los agresores. La rubia retrocedió varios pasos pegando su cuerpo de la pared.

Lión al notar a esos tipos queriendo abusar de la rubia sintió ira, él era el único que tenía derecho a molestarla. Cuando pillo que la tenían sujeta y que el líder de estos puso las manos sobre su bata, de un salto cayó del segundo piso de las escaleras de incendio. En cuando estuvo en tierra firme al primero en golpear fue al idiota que toco a la rubia.

El sujeto cayo de bruces contra el suelo, mientras que los otros dos soltaron a Eileen para arremeter contra él. Lión giro su cuerpo rápidamente dejando su puño marcado en la nariz del primero al que llego a él. El segundo saco una navaja bastante grande.

—¡Hasta aquí llegaste imbécil! Sonríe amenazándolo con el arma blanca.

De pronto Lión fue tomado por la espalda inmovilizándolo justo cuando este se abalanzo contra el empuñando la filosa arma. Impulsado con el cuerpo del otro, de un salto Lión golpeo el pecho del sujeto con ambos pies zafándose del agarre del tío quien parecía sorprendido por como este se defendía. En segundos Walker le proporciono un golpe en la tráquea muy preciso. El sujeto cayó al suelo sin vida.

Los otros dos al ver que su líder estaba muerto intentaron salir corriendo, pero el mafioso tomo la navaja que había tirado uno de estos. Velozmente se la lanzo a uno quien cayó al suelo muerto, el otro siguió corriendo pero no llego muy lejos porque Lión sacó su arma y de un tiro en la cabeza lo asesino.

Las piernas de la rubia eran de gelatina, estaba horrorizada de como ese hombre había asesinado a esas personas a sangre fría. Si, eran unos desalmados por lo que pensaban hacerle, pero de allí a querer que estuvieran muertos ¡mierda! Cuando mucho presos. Ella miro con ojos llorosos como de los cuerpos expedía mucha sangre, lo que la hizo tragar en seco.

Al levantar la mirada se fijó que Lión se había dado la vuelta mirándola seriamente con aquella arma en las manos… aun con las piernas de gelatina Eileen fue impulsada a correr por una descarga de adrenalina. La rubia marcho nuevamente hasta las escaleras, pero nada más al poner un pie en el primer escalón metálico un brazo se cerró alrededor de su cintura.

—Noooooo… grito golpeando el brazo de Lión.

—¡Deja los malditos gritos! Le dijo exasperado.

—Suéltame, eres un asesino. ¡Sueltameeeeee! Ayudaaaaa. Gritaba fuera de control.

—¿Asesino? Pregunto con descredito. — Te he salvado de esos perros sarnosos y aun así pides ayuda, estúpida mal agradecida.

Este lanza el cuerpo de la mujer contra el suelo, esta termina por caer sobre un charco de sangre del cual se pone en pie asqueada y lloriqueando. Intenta correr en el sentido contrario, hacia la calle. Pero nuevamente los brazos de Lión la atrapan.

—Mantén la maldita boca cerrada, sino me veré obligado hacerte lo mismos que a estos perros.

—Por favor. Suplicaba llorando como una chiquilla. —Suéltame, no me persigas más… por favor ya basta de tanto acoso.

—¡No! ahora guarda silencio. Ordena cuando escucha las sirenas de la policía. —Y cubre esa maldita desnudez tuya. Le dice con molestia.

El oficial de la policía bajo en segundos con su arma en las manos, pero al ver a Walker en medio de todo aquello volvió a guardarla. Camino de forma pasible hasta donde se encontraba el en compañía de una mujer quien no paraba de gimotear.

—Señor Walker, me sorprende verlo aquí en la escena de un crimen.

—Oficial… estos sujetos pretendían abusar de esta chica. Señala a Eileen sentada en el escalón de las escaleras de incendio intentando inútilmente cubrir sus piernas manchadas de sangre.

Lion al ver que no servía de nada, se quita el saco dejándolo sobre sus piernas… la chica lo acepto para poder taparse ya que habían muchos policías revisando los cadáveres, pero ninguno se acercaba a ella para hacerla alguna pregunta.

—Entonces, ¿ella está bien? Pregunta el jefe de la policía.

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