El Jefe romance Capítulo 2

La piel de la pelirroja blanquece mucho más de lo que ya es… sus ojos parecían desenfocados por la cercanía de su jefe. Y mucho más con aquella semejante altura, la chica estaba casi que se arqueaba solo para evitar que este se acerca más a su rostro.

—Lo lamen… lo lamento mucho señor Walker, no volverá a pasar. Dice ella rápidamente.

—No. Este lleva los nudillos a la mejilla de ella. —No volverá a pasar, pero yo podría pasarlo por alto si tú…

—Señor Walker, discúlpeme. Pero es que yo estoy casada.

Lion afino los ojos, enfocando las pecas de la nariz de aquella chica que sudaba a mares. No recordaba que en el currículo de esta estuviera plasmado que estuviera casada.

—No recuerdo haber visto esa opción marcada en tu currículo.

—Me he casado hace dos días. Dice con nervios. Y allí fue que Lión comprendió porque estaba llegando tan tarde últimamente.

—Te digo un secreto Vilma, ¡me gustan las mujeres casadas! Este sonríe con malicia acercándose a los labios de su secretaria.

—Por favor… señ… pero antes de que este pudiera tocar los carnosos y rosados labios de la chica asustada que estaba a punto de ceder a sus encantos, el maldito teléfono comenzó a sonar.

La chica abre los ojos y lo mira como esperando permiso para moverse… este solo le queda suspirar.

—Contesta. Le ordena alejándose de ella. Lión pilla a la chica tomar el aparato con manos temblorosas.

—Es Kara… dice que si puede subir.

—¡Que suba! Responde con fastidio.

Lión encamina sus pasos hasta su oficina, pero no antes de advertirle a su secretaria algo muy importante.

—Ya hablaremos de tus llegadas tarde, Vilma. Termina la palabra dándole la espalda a la pelirroja y cerrar la puerta.

Lión va directo hasta el bar de su oficina para servirse un trago… entonces la puerta se abre dándole paso a una mujer blanca sumamente delgada, con el cabello corto como el de un hombre. Sus ojos eran negros y profundos delineados con lápiz negro bastante grueso.

Su cuerpo era firme, vestía vaqueros ajustados en conjunto con un top rojo en forma de corazón. Lión al verla le ofrece un trago levantando el suyo, pero esta niega.

—No he venido para beber, Lión. Le dice con notorio fastidio.

—¿Entonces a qué? no te pedí que vinieras Kara. Responde tomando un trago.

—Ese viejo me tiene harta, es tan difícil de convencer. La chica se desploma sobre el sofá de cuero de Lión.

—Bueno, es tu trabajo Kara. Preocúpate de ese asunto.

—Lion, déjame asesinar al maldito viejo y resolvemos ese asunto. Espeta molesta.

—¡No! Bebe lo que resta del líquido ambarino de su vaso. —Quiero que siga vivo para cuando me firme los documentos.

—¿Por qué? Si lo elimino, sería fácil pasar su propiedad a tu nombre. Solo me tomaría unos días.

—Kara… solo has lo que te he dicho.

—¡Ahs! Que molesto eres. Odio hacer este trabajo.

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