El Jefe romance Capítulo 20

En el forcejeo la rubia logro pasar sus manos por debajo de sus pies, y con ello pudo quitarse la cinta de la boca. Luego el de sus tobillos. Cuando estuvo libre, miro a los dos hombres que se golpeaban mutuamente… o bueno más bien a Lión golpear a ese sujeto. Entonces ¿no era el quien mando a secuestrarla? No, no, aquello debía ser un error si era el quien la había intentado asesinar varias veces… ahora estaba peor que antes.

Mientras tanto, Lión cuando fue atacado por aquel hombre bastante grande y macizo, su cuerpo fue impulsado contra la cómoda que se encontraba a sus espaldas tirando al suelo todo lo que se encontraba sobre ésta. Con la rodilla golpeo el estómago del tipo un par de veces, en cuanto se lo quitó de encima un golpe seco fue a parar en la nariz de éste tirándolo al suelo. En segundos Lión saco de su bolsillo un puño de metal que metió entre sus dedos.

El agresor se puso en pie ignorando lo que este llevaba en la mano… para cuando se aproximó a Walker el golpe que recibió en la boca lo aturdió. Al quedar de rodillas sobre el suelo mientras un chorro de baba roja salía de su boca Lión le propino una patada dolorosa en las costillas conjuntamente lo tomo por el cuello de su ropa.

—¿Quién te envió? Pregunta acercándolo a su rostro.

—Jodete, pendejo. Éste le escupe la cara.

Cabreado por lo que había hecho el tío, Lión en un arrebato de ira comenzó a golpear la cara del tipo una y otra vez hasta que su puño quedo bañado en sangre. Para cuando noto que este no abría los ojos soltó el cuerpo. Irguió su cuerpo respirando pesadamente, giro el rostro hacia un lado divisando a la rubia quien se encontraba de pie detrás de él.

—Ya me estoy hartando de salvarte el culo. Le dice dándose la vuelta por completo pero quedándose quieto donde estaba. —¿Qué carajos haces? Pregunta al verla temblar como gelatina pero con su arma en las manos.

—No pretendo permitirte que me hagas daño.

—¿Hacerte daño? Pregunta incrédulo. —Te acabo de salvar de los planes de este sujeto, estúpida.

—Pero has venido en medio de la madrugada a mi casa, ¿Por qué? Pregunta con chorros de sudor corriendo por su frente. —No parecen las intenciones de un buen samaritano.

—Suelta mi arma, ni siquiera la sabes usar. Da un paso hacia ella, pero la joven le quita el seguro lo que logra que éste retroceda.

—Aprenderé así sea por las malas.

—Baja el arma Eileen, no sabes en lo que te meterás si me haces algo.

—Si lo sé, me quitare a un maldito acosador de encima. Eres un desgraciado, has enviado ese tipo para secuestrarme. ¿Me crees idiota o qué?

—Si hubiera hecho eso, ¿porque razón lo golpearía hasta morir?

La chica titubeo un momento… él tenía un buen punto, pero no podía dejar engañarse. Todo aquello podría ser una tetra nada más para engatusarla. No se dejaría engañar, él había aparecido en la madrugada en su apartamento, no tenía idea de cómo le había hecho para entrar pero allí estaba. Para nada bueno irrumpió en su hogar.

Lentamente Eileen comenzó a retroceder saliendo por la puerta, mientras que Lión daba pasos hacia ella mirándola fijamente a los ojos. Esos ojos azules daban tanto miedo, era como si pudiera predecir cada movimiento de ella.

—¿A dónde piensas ir?

—Lejos de ti.

—¡Sera difícil!

Entonces de la nada la rubia abre los ojos como platos cuando nota que el sujeto que estaba en el suelo se pone en pie cayendo sobre el cuerpo de Lión. Estos dos se desploman en el suelo al mismo tiempo, pero no duran mucho ya que Walker se gira propinándole incesantes golpes en la cara. Pero de la nada aquel sujeto lo tomo por el cuello con fuerza.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Jefe