El Jefe romance Capítulo 25

Eileen salió al exterior del museo un poco desorientada y con el miedo a flor de piel. En realidad no estaba prestando atención de lo que pasaba a su alrededor. Solo quería alejarse de Lión lo más que pudiera…

Alguien dentro de una enorme camioneta negra encendió el motor en cuanto vio a Eileen abandonar el museo… el coche se puso en marcha a gran velocidad yendo en dirección hacia la rubia que corría sin sentido.

Mientras que Lión al salir del museo distinguió la cabellera rubia de la chica y fue detrás de ella, pero en eso percibió que una camioneta que no conocía iba a toda prisa detrás de Eileen.

— ¡Mierda! Masculla corriendo más rápido hacia la chica ajena al peligro. — ¡Eileen! Le grito pero ella solo corrió más rápido al escucharlo. — ¡Maldita sea! Éste saca su arma de la espalda.

La chica intento cruzar la calle al mirar de reojo como Lión la seguía asustándose aún más cuando lo vio sacar un arma de su cuerpo. Su corazón comenzó a latir muy rápido pensando que sufriría un maldito infarto. Pero cuando intento atravesar una enorme camioneta freno de golpe ante ella. Se detuvo en seco cuando pillo a un hombre alto y musculoso salir del vehículo para hacerse con ella.

— Noooooooo…. Grito cuando su cuerpo fue introducido en aquel coche.

— ¡Eileen! Grito Lión en lo que pillo que la subían a la fuerza en el carro. Apunto el arma en dirección al coche disparando un par de veces a los cauchos, pero el vehículo arranco tan rápido que no logro darle.

Volvió a su coche cuanto antes, poniendo en movimiento el Chevrolet Camaro. El motor rugió cuando salió detrás de aquella camioneta. Ambos coches conducían a toda prisa por las calles de Tampa. Lión no le perdía de vista siguiendo el automóvil casi que chocándolo. La camioneta acelero en cuanto tomaron rumbo de la autopista, al mafioso no le quedó más remedio que sacar el arma por la ventana y comenzar a disparar.

Los impactos de balas rompieron los cristales del coche, y fue cuando éste logro ver a Eileen quien se encontraba amordazada mientras se zarandeaba. Acelero el Camaro a todo lo que daba el motor chocando con el parachoques de la camioneta. En aquel momento Lión comenzó a ser baleado por sus enemigos. Pero como todos sus carros eran blindados ninguna bala le había daño.

Insistió en volver a chocar la camioneta, por la ventana de ésta dos sujetos se asomaron cada uno con dos armas las cuales descargaron contra él. El cristal del Camaro comenzaba a quebrarse pero resistiría mucho más.

— Malditos putos, están destruyendo mi coche… masculla metiendo un nuevo cargador en su arma.

Asomo la pistola por la ventana disparando de forma certera en la cabeza de uno de estos tíos. El sujeto quedo con la mitad del cuerpo colgado de la puerta, el otro entro nuevamente al coche mientras aceleraban. Lión hizo lo propio con el Camaro pero en esa oportunidad quedando aun lado de la muy magullada camioneta. Apunto el arma justo al conductor pegándole directo en la cien.

Lo que causo que el coche se coleara y terminara por salir de la carretera. En el camino ésta se llevó varios coches de por medio. Lión redujo la velocidad al ver la camioneta hacerse trizas. Freno el coche rápidamente, al bajarse corre hacia el en busca de Eileen. Al encontrarla la chica sangraba mucho por la cabeza, intento abrir la puerta pero estaba trabada.

— ¡Eileen! ¡Eileen! Despierta. Grito.

La chica no respondía… le propino una patada a la puerta lo que sirvo para que cediera, pero justo cuando pretendía sacarla alguien lo toma del hombro sacándolo del coche. Lión se percató que el sujeto que disparaba aún seguía con vida, golpeado pero seguía con vida.

— Aquí te mueres hijo de puta. Sentencia el extraño.

— Maldito bastardo, te haré sangrar.

Ambos comenzaron a golpearse brutalmente el rostro y cuerpo, quien más recibía golpes era el extraño ya que Lión sabia defenderse muy bien… tres golpes en la cara tiraron al sujeto en piso casi que inconsciente. Éste lo sujeto de saco manchado de sangre.

— ¿Quién te mando? Le pregunta amenazándolo con él la mano hecha un puño.

— Jo… jodete. Lión saco el arma de su espalda, le quito el seguro poniéndola al mismo tiempo en la frente de ésta.

— ¿Quién te envió? Insistió afincando el arma.

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