El Jefe romance Capítulo 6

Eileen entro en aquel hermoso restaurante saturado de clientes adinerados, empezó a sentirse no muy cómoda yendo aquel lugar. Pero si allí estaba su cita que otro remedio tenia. Suspiro, siguiendo al cupiere hasta la mesa donde la esperaba el tal Williams. Al pillarlo de lejos noto que era bastante atractivo, pero ¿Qué tal era su personalidad? Se preguntó.

—Señor Severu… la señorita Smith ha llegado.

—¡Oh, Eileen! Este se pone en pie plantando un beso en su mejilla.

—Hola, Williams. Esta le sonríe.

—Siéntate por favor. Espero que te guste el champagne.

—Sí, me gusta.

Este le sirve una copa, para luego mostrarle una radiante sonrisa. Eileen se sonrojo un poco por las atenciones recibidas por parte de su cita. Pensó que quizás no iba a ser tan mala, si su compañero la iba a tratar de esa manera.

—Me alegra que hayas aceptado la invitación. Le dice el, dulcemente.

—Yo también me alegro. Dice bebiendo un sorbo de la copa.

La joven detalla mejor los rasgos de su compañero, quedando impactada por su gran atractivo. Era rubio, ojos marrones oscuros. Llevaba una insipiente barba que le daba un aspecto un poco más llamativo. Se sentía un poco más cómoda en su compañía, no lo iba a negar. Además, iba bien vestido podría ser un buen partido. Se alegró de haberse puesto aquel vestido de noche.

—Estas muy hermosa esta noche.

—Bueno, muchas gracias. Ambos se ríen mientras le dan otro sorbo a sus copas.

No era una maldita reunión de trabajo… era una maldita cita, ella había ido a ver a ese idiota a por una cita. Mataría a Kara se dijo para sí Lion. Pero que le podía ver de interesante a ese sujeto, era tan corriente. Típico hijo de papi.

Pidió otro trago sin apartar la vista de ella, parecía bastante contenta con aquel sujeto. Muy sonriente, hasta coqueta. Inclino su cuerpo en la silla, con una expresión imperturbable en su rostro tomaba trago tras trago.

Eileen disfrutaba de una agradable velada, hacía mucho tiempo que no la pasaba tan bien en compañía de un hombre. De pronto la joven siente una pesada mirada puesta sobre ella. Entonces disimuladamente busca a esa persona que la hace sentir inquieta. ¡Y lo encuentra!

Ella abre los ojos muy grandes, porque ese hombre no disimula para nada. Aun así, siendo pillado por ella no le importo porque la miraba fijamente con esos potentes ojos azules. Ella pestañeo repetidas veces, llevando sus orbes color ámbar a su compañero que hablaba y sonreía de manera dulce.

Intento concentrarse en él, pero ese sujeto no dejaba de verla. ¿Acaso tenía algo en la cara? No lo conocía de nada, era extraño que la estuviera observando de esa manera. Se preguntó desde cuando la estaría mirando. Esta mordió sus labios.

—¿Sucede algo, Eileen? Te veo incomoda. Su compañero frunce el ceño al ver su expresión.

—No, estoy bien. Sonríe, ocultando la mentira detrás de esa sonrisa.

—¿Segura? Es que siento que no estás aquí.

—Si. Si. Yo… pienso que es un poco tarde, estoy un poco cansada.

—Entonces te llevare a casa.

—¡Oh, no! Es que he venido en mi coche. Le dice ella disculpándose.

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