El Joven Secreto romance Capítulo 17

Samuel: ¿Quién?

Pregunta entrecerrando los ojos, como queriendo ocultar su reacción tan obvia.

May: Valentina.

Samuel: No sé de quién me hablás (levanta los hombros).

May: ¿Alguna vez te dijeron que no servís para mentir?

Se muerde el labio, despeinando su pelo con la mano derecha.

May: Bueno, si no vas a hablar me voy por donde vine.

Samuel: Esperá, no flashees. No es para tanto.

May (lo interrumpo): "¿No es para tanto?" (Río). Ah, o sea que es verdad.

Samuel: Pará, no es tan así. Yo cuando estaba con ella apenas había empezado a trabajar para tu viejo y (suspira)...en serio May, estás buscando problema donde no lo hay.

May (me cruzo de brazos): Está bien, no me voy a perseguir.

Habiendo escuchado esas palabras de mi parte, él suelta el aire acumulado, como si se le cayera un peso de los hombros que hace rato venía molestándolo. Pero aquel rostro aliviado dura poco más de cinco segundos.

May: Pero vos tampoco me vas a perseguir a mí. Nos vemos (tomo mi mochila) o, mejor...ojalá que no nos veamos jamás.

Samuel: ¿Qué?

Escucho a mis espaldas ya habiéndome dirigido a la puerta. Sin embargo, no logro escapar ya que, de un segundo a otro, tira de mi brazo y me obliga a mirarlo a los ojos.

Samuel: Es que no entendés, yo ahora no estoy con ella, ni con nad...

May (vuelvo a interrumpirlo): ¿Hasta cuándo estuvieron?

Samuel (bufa): No sé, hace casi un mes que no le hablo.

May (suelto una risita sarcástica): Justo hace casi un mes me estabas confesando estar enamorado de mí. ¿Qué casualidad no?

Samuel: Pero no fue una relación seria (aclara elevando un poco el tono de voz). Lo nuestro si es serio (se acerca hasta quedar a milímetros de distancia de mí y acaricia mi mejilla con delicadeza). May, lo que me pasa con vos es lo más serio que sentí en mi vida, nunca me enganché tanto con alguien. Nunca se me pasó por la cabeza la palabra "noviazgo" con ninguna otra y con vos me pasa todos los días desde esa vez que subiste al auto (hace una mueca similar a una sonrisa) ...y me trataste tan mal.

Río, dándole un pequeño empujón para lograr que se aleje de mí.

May: Si pensás que después de esto hay chance de llegar al noviazgo, te equivocás.

Finalizo para luego caminar hacia la puerta, abrirla e irme de allí, habiendo dado un portazo brutal.

En el resto del día, no aparecen ni señales de vida de su parte, ni en los otros dos posteriores. El jueves a la mañana, mi odio por él ya se encuentra en su fase de alerta y el simple hecho de escuchar su nombre me produce ira.

Y como si fuera poco, para empeorar aún más las cosas, en mi típico intento fracasado de cumplir el rol de una estudiante aplicada termino subiéndome al auto sin llevar nada conmigo, dándome cuenta de haberme olvidado la mochila casi al llegar a la facultad y viéndome obligada a volver por ella. Todo ese suceso me atrasa y me maldigo a mí misma por ser tan torpe en todo, empezando el día con mal pie.

- ¡ALTO! Semáforo en rojo.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Joven Secreto