El Papá De Mi Amiga +18 romance Capítulo 16

—Sí, sé que se merece todo lo que ha alcanzado, hasta ahora no ha dejado de trabajar un solo segundo y a pesar de eso me dedica tiempo... siempre saca un momento para mí —Y de pronto Alicia había bajado la cabeza y suspiraba profundamente como si pensaba en algo que la estaba aniquilando de ese modo.

¿Qué le estaba sucediendo a su amiga? No tenía idea. Sin embargo recordó el noviazgo que mantenía en secreto con Salvatore y supuso que su comportamiento se debía a ello, se sentía mal al estarle mintiendo a su padre y este siempre había sido muy bueno con ella. La culpa se reflejaba en su rostro aunque aún no le confesara que la tenía así. Quizás era eso de lo que le quería hablar y ella estaba dispuesta a ser de todo oídos.

—¿Por qué te pones así? Si hay algo que debas decirme, sabes que voy a escucharte. —le apretó la mano sobre la mesa para transmitirle más fuerza, y lo había logrado, solo un poco.

—Me siento pésima por haberte ocultado la verdad, pero tampoco podría considerarse una mentira, de todos modos debí decirte a ti que eres mi amiga y siempre me cuentas todo lo que te sucede. Solo prométeme que no se lo vas a decir a nadie, sobre todo a papá.

—No, claro que no, yo no iré a contarle nada a tu papá todo lo que tú me digas se va a ir conmigo a la tumba si así es posible. ¿Es tan malo lo que te tiene de esa manera? —le preguntó pero ya sabía qué se refería a Salvatore, el abogado de su padre y eso ya era un problema mayor.

—Digamos que sí, al tiempo que no... porque soy mayor de edad y puedo estar con quién yo quiera, supongo.

Tenía toda la razón respecto, ella podía estar con quien quisiera, nadie podía imponerle algo, ni decidir por ella. Solo que su relación con Salvatore involucraba algo más, no era cualquier hombre mayor sino el abogado de su padre.

—Bien, te voy a contar todo lo que no te he dicho durante este tiempo y debo comenzar con el inicio, ni siquiera cumplía la mayoría de edad cuando el abogado de mi padre llegó por primera vez a esta casa, a mi vida... y yo puse los ojos sobre él, me gusta pensar que fue amor a primera vista; aunque yo fui la primera en darme cuenta de lo mucho que me hacía sentir. Parecía cosa pasajera de una adolescente con las hormonas al tope, sin embargo mi corazón decía que no, que solamente era algo qué se iría con el paso de los meses todo fue creciendo y creciendo hasta que un día le confesé mi amor y resulta que ni siquiera se negó; él también sentía algo fuerte por mí y los dos decidimos darnos una oportunidad, no importa si nos estábamos arriesgando, valdría la pena estar juntos.

Para dar credibilidad a su desconocimiento sobre el asunto, la joven se hizo la sorprendida y abrió los ojos de par en par aunque no demasiado para no hacerla sentir más nerviosa de lo que ya se encontraba, quería que supiera que ella estaba allí a su lado para apoyarla sea cuál fuera su decisión.

—De esa manera comenzamos a salir a escondidas más que todo para protegernos de una posible oposición, yo sabía que papá no iba a permitir que estuviera con un hombres, que me llevaba unos años y ni siquiera tenía la edad correcta para salir con alguien. Como toda mujer enamorada, moría de ganas por estar todo el tiempo que pudiera con Salvatore y la única forma de hacerlo era a escondidas y todo esto lo hemos mantenido durante años. Ya me estoy cansando un poco de ocultárselo a mi padre pero me da miedo que no apruebe nuestra relación. Yo quiero muchísimo a Salvatore pero también amo a mi papá y no quiero arruinar lo que hemos construido todos estos años, siempre ha sido muy protector conmigo y cuando se entere que yo he estado saliendo con Salvatore, todo este tiempo desde que era menor de edad, se que se va a enfadar conmigo.

Por un momento la muchacha creyó que su amiga se iba a poner a llorar, a pesar de que no lo hizo, se notaba que estaba a punto de quebrarse. Y la rodeó con fuerza expresándole al oído que su padre si la amaba tanto como decía, entonces no debía rechazar lo que ellos mantenían, además le recordó que siempre le había hablado cosas buenas de Salvatore. Así que no era un hombre malo para ella.

—Créeme, no hay razón para que se enoje contigo, Salvatore es un buen hombre y te ama, te respeta si no fuera así, yo sé que tú no estarías con él. ¿O me equivoco?

Negó con la cabeza.

—Igual, no sabes cómo es mi padre cuando se pone furioso. —se quitó una lágrima del rostro.

—Y no quiero saberlo, pero tú más que nadie lo conoces, y eres su pequeña. Te va a comprender tenlo por seguro. Solo confía en que así será, y no te preocupes tanto por el tema. Además tú bien lo has dicho, nos vamos a poner hermosas, porque hoy, hay una reunión importante qué significa muchísimo para él, ya no estés triste, por favor. —le pidió con cariño.

—Sé que no debo ponerme triste por algo así, pero me da miedo el solo pensar que mi papá se va a enojar conmigo y me va dejar de hablar, no sé qué otra cosa podría pasar, yo no lo soportaría, menos cuando mi mamá ya no está, a ella le contaba todas mis cosas y siempre me había apoyado, pero con papá es distinto porque es un poco más duro en cuanto a esos asuntos.

—¿Es decir que tu mamá estaba al tanto de tu relación con Salvatore?

—A alguien tenía que decírselo, no podía callar mi secreto a todos, pero ella lo entendió, ni siquiera me refutó nada, sabía comprenderme muy bien.

Al hablar de Sol se puso a llorar, y Hope tuvo que agarrarla y calmarla; el dolor seguía allí, su partida dolía como si fuera el primer día, unas semanas no eran suficientes para esclarecer la sensación de angustia de ese vacío descomunal.

—Está bien, lo sé, sé que la echas de menos —le decía mientras acariciaba dulcemente su espalda.

—Me siento tonta por seguir sintiendome de esta manera, pero no puedo evitarlo...

—Llorar no hace tanta a ninguna persona. —susurró.

—Igual, gracias por consolarme.

—Aquí siempre voy a estar cuando me necesites.

—¿Qué opinas de lo que tengo con Salvatore? Quiero que sea sincera al respecto. Su opinión es muy importante para mí.

Elevó ambas cejas desprevenida ante la pregunta, si dos personas se amaban la opinión de un tercero debía valer mierda, sin embargo ella comprendía por qué formulada la pregunta. Y estaba dispuesta a darle una respuesta, de seguro la que quería escuchar no solo de su parte, sino también de su padre.

—Mírame, con todo respeto te digo que Salvatore además de apuesto es un hombre qué se ve encantador contigo, nada más como me hablas de él, se nota que lo amas y si ustedes dos se quieren entonces deberían seguir adelante, incluso pasar al otro nivel cuando estén preparados. —le guiñó un ojo.

—¿Tú crees que nosotros podamos casarnos? Porque ese es mi mayor sueño, ser su esposa. He pensado incluso que estamos ya casados, lo imagino y nos imagino a ambos en un lugar donde no solo estamos los dos, sino unos pequeños... quiero tener una familia junto a él, estoy decidida a eso y se lo voy a contar a mi padre ya creo que es hora de decirle todo.

—Todo lo que dices es demasiado hermoso y sé que lo vas a lograr, si de verdad lo quieres, cada cosa que esté resuelta en tu corazón así va a hacerse realidad. —emitió.

—Gracias por levantarme el ánimo, siempre has estado ahí para mí, de lo contrario no sé que podría hacer.

—No hay de qué, sabes que estoy dispuesta a animarte cuando lo necesites y a darte todo mi apoyo.

Y así finalizó la charla, cada cual continuó comiendo y tras engullir completamente cada una sus platillos, decidieron quedarse a mirar un rato la televisión no por mucho tiempo pues antes de las cinco de la tarde, ya ambas empezaron a arreglarse para la celebración de la noche.

No había que pensarlo demasiado, sabía que ese era el vestido correcto, el que había elegido Alicia para ella, nada más de contemplarlo nuevamente, los ojos le brillaban, más al imaginarse metida en el espectacular traje, y lo estudió a fondo sin dejar de suspirar. No perdió el tiempo y entró de inmediato al baño por una ducha ide a gritos su cuerpo, solo que al ver la bañera cambió de opinión. Aún quedaba tiempo.

Desde que se le había asignado esa habitación para ocupar, podía disfrutar siempre cuando quería, (a diferencia de la casa de su tía que no disponía de una) de un espumoso baño. Se metió en la bañera desnuda y apoyó los brazos a los costados del borde de la bañera y luego se dejó relajar. Fácilmente ya había cerrado los párpados y todos son músculos cedieron al completo relax que sentía.

De un momento a otro comenzó imaginar escenas indecorosas qué se sentían tan reales a un punto que llegaron a confundirla. El protagonista de cada episodio era él, sus labios, su cara... Y ni siquiera se sentía mal al pensar en todo eso tan subido de tono, incluso un gemido escapó de sus labios cuando imaginó que la boca experta de aquel hombre cruzaba sus puntos débiles y la llevaban a un nivel alocado como aquella noche en la cocina cuando se dieron un beso apasionado uno que seguía recordando y en el fondo de su ser masoquista, quería repetir. Solo que anhelaba una repetición que no se quedara en ese punto sino más bien los llevara al siguiente.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Papá De Mi Amiga +18