El Papá De Mi Amiga +18 romance Capítulo 19

Al fin se separaron y es que si no lo hacían iban a asfixiarse, entonces los dos se miraron. Ambos tenían la respiración entorpecida debido al esfuerzo, y sus ojos brillaban.

La joven no pudo evitar sonreír tiernamente y dejar salir un suspiro que él tomó de forma positiva, ya le hacía la invitación con la mirada y ella aceptaba de igual forma. Además todavía no dejaba de sostener su cintura y ella podía sentir sus dedos en la zona, apoyados de tal manera que causaba un cosquilleo en su sistema; allí su palma grande y caliente hacía chispear su piel. La atrajo nuevamente hacia él y le dio un beso suave en los labios antes de separarse y volver a mirarla fijamente.

—Podemos ir a una habitación, sabes que quiero estar contigo y tú también. No me lo vayas a negar. Y sí lo haces sabré que me estás mintiendo. —aseguró hundiendo sus ojos en ella.

Su determinación la asustó un poco.

—No te voy a mentir, yo también siento que debemos... ya sabes —jamás había estado con un hombre, así que el tema de tener sexo era todavía un tabú para ella, que no sé atrevía a decirlo como cualquier persona podría hacerlo.

—No seas tímida conmigo, prometo ser delicado, ven conmigo. —le hacia nuevamente la invitación, ella se alejaba de la indecisión, aunque algún peso seguía aplazando dar el paso, un salto en su opinión.

El padre de Alicia por alguna razón ya intuía que ella no había estado con nadie y sonreía para sus adentros a sabiendas de que sería el primero en su vida, cosa que consideraba un privilegio puesto que la joven se había convertido en algo especial para ella, y la trataría con mucho cariño y amor porque quería que esa noche se quedara grabada en su cabeza aunque él también iba atesorar el recuerdo de cuando la hizo mujer. La timidez estaba en su mirada y el pudor de hace rato extinto volvía a dominar sus facciones que a pesar de la poca luz, ya podía evidenciar el sonrojo en su piel blanquecina.

—No estoy segura de hacerlo, tengo miedo en realidad —confesó un poco temerosa ante la idea de entregarse a ese hombre, ahora que estaba a solo unos pasos de hacerlo como lo había soñado tantas veces, algo en su interior retrocedía por miedo a eso tan desconocido.

Por otra parte se sentía un poco patética al no haber hecho nada de actividad sexual cuando ya tenía veintiún años de edad. Hasta Alicia había cruzado esa línea ya hace mucho, antes que ella. Aunque su amigo era más lanzada que su persona.

En todo caso no estaba muy convencida de dejarse llevar más allá de solo haber permitido que ocurriera ese beso. Asthon, a sabiendas de los posibles temores que podrían estar cruzando en la cabecita de la muchacha, tomó su mano y dejó un beso suave y tierno en el dorso de la misma logrando así surtir un efecto de tranquilidad en ella, algo que no se comparaba a ninguna otra cosa. Quería transmitirle que él iba a ser muy cuidadoso, que iba a guiarla en todo momento aunque luego se lo expresó también palabras para convencerla más de que dar el paso no era cosa de otro mundo y que podía ser algo especial.