El Papá De Mi Amiga +18 romance Capítulo 32

Hope abrió los ojos cuando era la mañana del siguiente día y se sintió adolorida, se inspeccionó el cuerpo y al momento de verse tirada en una cama se encontró desorientada totalmente confusa ante aquella escena. No comprendía como había acabado allí, hasta que los trozos de aquel accidente fatal aunque en parte no lo consideraba de esa forma, puesto que estaba viva, todos regresó su memoria como un balde de agua fría y comenzó a llorar.

A tiempo, una enfermera ingresó a la habitación donde se encontraba y la calmó no podía alterarse demasiado eso no le hacía bien ni para ella o para el bebé, le preguntó a la mujer donde estaba su pequeño que había ocurrido aunque ya sabía la respuesta, pero temía por aquel pequeño que llevaba en su vientre ¿ y si lo había perdido? no podría ni siquiera imaginarlo.

—No, su bebé está perfectamente bien, y usted se va a recuperar.

—Necesito ver a Asthon. ¡Maldición! ¿Dónde está Asthon? ¡¿Dónde?! —exclamó desesperada.

—Debe calmarse, llamaré al doctor.

Después de un rato, ingresó el doctor y le explicó lo sucedido.

—... Su marido está en coma, lamentablemente el accidente lo... —dejó de escuchar. Había caído en la inconsciencia debido a un desmayo.

Cuándo se recuperó pasado los días se le permitió ver a Ashton quién se encontraba aún en coma. Al igual que a su amiga se le había advertido cómo se encontraba, pero eso no aminoró el impacto que tuvo en ella al verlo allí tumbado en una cama sin abrir los ojos. Estuvo un rato a solas con él y le habló sin poder contenerse ya las lágrimas corrían ferozmente por sus mejillas.

—Debes desperta, te necesito, ahora más que nunca debes estar conmigo y con este bebé que viene en camino, no puedes dejarme y no puedes rendirte así de fácil... por favor, despierta vuelve a mí.

Todo se había derrumbado para la muchacha quien mentía sí decía que no tenía miedo. El temor a perderlo se la estaba comiendo viva.

Años después.

Las olas del mar chocaban en la orilla provocando ese sonido tan agradable casi melodía marítima, podía sentarse a orillas del mar y perder la vista en el mar y sonreír tan solo con sentir el viento suave acariciar su rostro y el sol que le regalaba su calor. Muchas cosas habían pasado en su vida desde que llegó a la vida de aquel hombre con quién se involucró sentimentalmente y terminó trayendo al mundo el resultado de su amor.