El Papá De Mi Amiga +18 romance Capítulo 6

Aceptó, aunque no debía, porque seguía siendo un acto incorrecto, estar allí con el padre de su amiga y compartir una plática distendida. Era la primera vez que lo veía de esa forma hablando con ella de temas triviales y ya no se veía tan serio sino amigable con ella a medida que llevaba un bocado a su boca de aquel delicioso pastel de chocolate con troceados de maní y fresa, él no podía evitar ver sus labios y deseaba ser el trozo que llevaba adentro. Por eso se encontró mirándola más de lo debido a lo que ella notó y apartó los ojos de inmediato.

Lo que sucedió por consiguiente casi le quita el aliento de por vida y es que había posado una de sus palmas grandes y fuertes sobre su muslo desnudo porque su pijama consistía un short corto, ropa sugestiva, una de las primeras y más pesadas razonas por las que no debía estar allí.

Solo el toque la hacía sentir fuera de este mundo y es que el toqueteo era peligroso, la sensación de ese ardor que llevaban sus dedos sobre su piel, la encendía, y no se sentía humana aunque ya eso ni siquiera había que admitirlo ni siquiera parecía ser la misma y el pudor había quedado atrás en cuanto lo vio directamente a los ojos y quiso aventarse, hacerlo sin pensar mucho, pero sucedió poco a poco cuando fue acercando su cara a ese precioso rostro que parecía haber sido tallado por los mismos dioses, no habían tomado alcohol ni siquiera una copa de vino pero era como si ese pastel de chocolate ambos los había embriagado, así se sentían o solo era la locura que empañaba el sentido y una forma descomunal que ni siquiera ellos podían entender ni recuperar el timón para que nada se saliera de control o estaban destinados justo a eso, al desastre.

Sea como sea ya no podía hacer nada sino seguir por esa ruta ridículamente provocativa, no sé sentía para nada frenaba más bien quería que eso sucediera, un beso prohibido, que no debía pasar. El hombre lentamente ladeó la cabeza y por fin presionó sus labios sobre los suyos. Una leve presión que no se quedó allí, minguno tenía la intención de sentir un beso casto de manera que en poco sus lenguas bailaban esa danza caliente de la que ninguno pudo escapar y no es que quisieran hacerlo. El beso pasó, entre comillas, de ser inocente a convertirse en algo apasionado y descontrolado tanto así que la muchacha acabó sentada sobre su regazo haciendo más presión contra esa dureza, esa que no fue suficiente, todo lo contrario disfrutó de sentirlo de esa forma y sonrío al saberse la causante de la reacción.

Ambos sabían que todavía parar pero ninguno tomó la iniciativa de ponerle freno a la situación, solo complicaba las cosas al ver lo intenso más y más profundo como la profundidad del mar aunque no se podía avistar cierta comparación que fuera suficiente con lo que ellos estaban haciendo, y de un momento aotro día ni siquiera podían respirar bien y ella empezó a estar sobre él, experimentando con demasía la sensación viril debajo de aquellos pantalones cosa que a él volvió loco, pero se contenía no iba a causar un alboroto.

No importa que la servidumbre ya no estuviera presente de todos modos no era el lugar correcto para dejarse escuchar ni hacer cosas prohibidas.

Fue todo un milagro que pudiera parar y al fin ser suficientemente capaz de decirle que no. Aunque luego tuviera que ir por una ducha fría y sacarse las ganas él mismo, sin embargo esa había sido la decisión acertada, en ese momento no interesaba cuántas veces él había deseado tenerla de esa manera y ahora que podía tocarla y sentirla, ahora que estaba apunto de llevarla a su cama entonces retrocedía y se sintió idiota en parte pero por otro lado era lo mejor. Se estaba ahorrando un problema enorme, en su opinión.

Después de varios minutos en los que ambos estaban tratando de recuperarse del caliente momento, la joven empezó a sentirse bastante arrepentida por lo sucedido y él solo un poco. Hope, la verdad es que tenía ganas de correr o de meter la cabeza bajo tierra, no, incluso deseaba que se abriera un enorme hoyo en la tierra y se la comiera viva no quería verlo a los ojos, permitir eso la hizo sentir como una cualquiera y ya no solo el arrepentimiento hacia acto de presencia (no solo por el hecho de que era mayor sino también el padre de su amiga y de algún modo estaba traicionando a Alicia) que no tenía idea de lo que hace segundos había sucedido en la cocina. Lo correcto era regresar a la habitación, claro, no sin antes pedirle disculpas por ese acontecimiento.

Ya estaba mirándola a los ojos, temblorosa al volver a su taburete y fue testigo de ella tapándose la cara, de como un enorme vergüenza que se le notaba en la cara enrojecida la estaba devorando viva. Pero este alargó la mano y la puso en su espalda empezó acariciarla lentamente de ese modo lograría hacerla sentir mejor eso intentaba, era su objetivo, pero en ese momento nada cambiaría las cosas. La joven sentía todavía la necesidad desaparecer de allí, por lo que nada sustituyó esa urgencia, y esta era tan grande que no se podía medir la forma en que se sentía, nunca se sintió una perra.

Y es que no se había considerado una hasta ese momento en que un beso que casi los lleva a otra cosa lo cambió todo.

—Lo siento, no quiero que esto te haga verme de otra manera, yo no soy esa persona... ni siquiera sé qué me pasó, simplemente perdí el control pero yo... nunca quise que esto pasara en realidad, por favor discúlpame, esto no está correcto, no está bien.

—No te preocupes, sabes que todo es mi culpa, yo fui quien te besó, la verdad es que tienes razón ha sido un error y no se volverá a repetir, pero no te sientas mal yo soy el único culpable.

—No es cierto yo tengo toda la culpa de esto, fui yo quien te besó, ni siquiera intente hacerme sentir menos culpable, porque no va a funcionar, no puedo creer que haya sido capaz de esto. Usted que me ha dado dónde vivir y un techo sobre mi cabeza, además de comida... esto simplemente es terrible. Alicia es mi amiga y por favor no le vaya a decir nada de esto.

—Lo sé, sé cómo te sientes y descuida que no le voy a decir nada a Alicia, esto es algo que quedará entre nosotros, además somos adultos y no tiene porqué comentarse a alguien más, así que despreocúpate que eso se queda aquí, es un secreto y discúlpame nuevamente por favor.

Por lo que le había dicho no se sintió mejor, seguía experimentando esa fatalidad en su interior de tal forma desmedida, no había remedio, mas que sentir con la cabeza al levantarse del taburete y luego irse hacia la habitación como si nada había pasado, pero antes ella se aseguró de no estar con alguna evidencia encima.

Pronto ascendía las escaleras sin olvidarse de lo sucedido, simplemente no era fácil borrar lo de su cabeza algo que se había metido muy dentro de sus ser y que cambiaba el rumbo al amanecer, cuando la mañana ya fuera un hecho y estuviera de nuevo en la mesa junto a Alicia y su padre, no sabría cómo mirar a este a los ojos luego de aquel beso tan intenso que se habían dado luego de haber estado sobre sus piernas y de sentir esa dureza debajo de la tela apretada, de forma que sacarlo de su mente no había manera, ya todo había pasado y no podía eliminarse como si se tratara de algún archivo local en el teléfono, su cabeza no funcionaba de esa manera, no era un maldito celular.

Ya se sentía un poco furiosa por haber permitido que algo así pasara, es que no sabía en que estaba pensando cuándo se dejó llevar, quizás ese era el problema que no estaba pasando en nada y por eso pasó lo que no tenía que pasar, al menos ambos no fueron al siguiente nivel algo de lo que olvidar sería más difícil, pero esa persona dentro de sí aun quería que pasara más, por supuesto no le importaba el resultado o cualquier consecuencia a futuro; dejando de lado todos esos pensamientos subió cada uno de los peldaños de aquella escalera rumbo a la habitación de su amiga, se sentía un poco enfurecida todavía, sin embargo antes de atreverse a girar el pomo de la puerta puso su mejor cara y fingió estar serena no dejaba de fingir, tanto así que se empezó a sentirse mal por actuar de esa manera pero no había otro modo esa era su única salida para que no se levantaran ningún tipo de sospechas torno a lo sucedido,

Se moriría de la vergüenza de solo imaginarse que Alicia podía enterarse de algo, así Asthon hubiera prometido no decir nada. Seguía escuchando sus palabras rebotando en lo más profundo de su cabeza.

Era como una rola que se repetía, iba y daba vueltas en su mente, una vez entró a la recámara su amiga la vio y negó con la cabeza se puso más nerviosa como si está pudiera entrar en la cabeza y adivinar lo que estaba pensando en ese instante. Se aclaró la garganta y se acercó lentamente hasta volver a ponerse en la cama y se encogió de hombros.

—¿Me vas a explicar por qué has tardado tanto? No creo que haya sido solo un vaso de agua mentirosita, sé que solamente te habías ido porque no te agrado de la película, eres una miedosa. —expresó y y está apenas puedo usar una sonrisa. Alicia no se imaginaba lo que había ocurrido en la cocina, hecho que que venía y se iba para quedarse en los escondrijos de su mente.

—Sí, me has pillado, lo siento, la verdad es que no he sentido que... Sabes que no me gustan las películas de terror y por eso me tardo más de la cuenta, aún así aquí estoy devuelta y la cinta ni siquiera ha terminado. —es lo único que pudo decir bajo esos faroles que se entre cerraban cada vez más.

—¡Ya lo sabía! No seas tonta no estás obligada a ver la película conmigo, si no la querías ver desde un principio, solo debías decirle y ya, no voy a molestar por eso además podemos cambiarla y ver algo más rosa, así como te gustan a ti. ¿Qué me dices? —la invitó y terminó por mover la cabeza, debiendo a la idea. A toda costa quería sacarse la otra cinta subida de todo que habitaba esa mente suya. Pero ni un milagro haría eso, tragó duro, le dolió pasar saliva. Había sido un día cargado de mucho, además de la mañana con su supuesta madre, ahora esto último, el beso, lo único que deseaba era cerrar los ojos y descansar, sí, solo dormir hasta el siguiente día aunque preferiría pensar que esa mañana nunca iba a llegar.

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